
Podría decirse que Chile era una olla a presión calentándose desde el 11 de marzo de 1990, cuando Patricio Aylwin puso en marcha el primer gobierno de la postdictadura, y que lo que ocurrió el 18 de octubre de 2019, cuando se produjo el gran estallido de rebeldía social, no fue sino un aumento del calentamiento, hasta un punto de que lo único que de la olla podía esperarse era una explosión.