A 50 años del golpe de Estado

Rafael Agacino | 

Una memoria impostada es herramienta de los cínicos, una memoria auténtica es experiencia, y ella, simiente de proyectos de emancipación.

A 50 años del golpe de Estado

Recorro lentamente las siete cuadras hasta mi casa… Mientras abrazo sollozando a María Cristina y a mi hijo, nos estremece el estruendo del primer rocket sobre La Moneda.

A 50 años del golpe de Estado

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Gran parte de los partidos comunistas a lo largo del mundo acaban por asimilar las orientaciones revisionistas provenientes de la Unión Soviética. De modo similar a lo ocurrido entre el Partido Comunista Soviético y el Partido Comunista Chino, los sectores anti-revisionistas de diversos países acaban rompiendo con sus respectivos partidos de origen. Al calor de dicho proceso, una escisión maoísta del falso Partido Comunista de Chile, quiebra y en 1966 nace el Partido Comunista Revolucionario (PCR).

Manuel Acuña Asenjo | 

Estamos convencidos que, para la escena política (especialmente, para el Gobierno), la vía social no posee validez alguna.

Wallmapu

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Para manifestar nuestro descontento y oposición a la ley de usurpación (glosa 10) que el gobierno y legisladores intentan implementar para obtener más herramientas legales para la militarización y represión en contra de comunidades en general.

A 50 años del golpe de Estado

Mario Amorós | 

En 1933, un año después de licenciarse como médico cirujano, participó en la fundación del Partido Socialista, una fuerza heterodoxa por su adscripción al marxismo y su distanciamiento tanto de Moscú como de la Segunda Internacional.

A 50 años del golpe de Estado

“El único político que se atrevió a entrar con nosotros al fondo de la mina… fue el compañero Salvador Allende”.

AIT Chile | 

Tenemos grandes desafíos por delante, pero hay una verdad que la historia nos enseña: la clase trabajadora y el pueblo es capaz de levantarse y luchar una y otra vez, y así será hasta la victoria.

«La lección es nítida: sólo el pueblo ayuda al pueblo, y la tarea es construir sus propias fuerzas para autoemanciparse. No puede confiar en los ‘progresistas’ ni en los ‘capitalistas democráticos’, ni en aquellos políticos y sus cantos de sirena que sólo buscan aprovecharse de la buena fe popular. Ya basta»

De un lado, un médico, las urnas y la democracia. Del otro, un general golpista, las armas y la dictadura. Entre los protagonistas del 11 de septiembre de 1973, el panteón chileno debería poder elegir fácilmente. Y sin embargo…