Hay ocasiones en las que la palabra estalla cuando es recogida y nombrada con rigor, autocrítica, compromiso y entrega. Esto es lo extraordinario manifestado en las memorias desde el olvido. Aún más poderosa es la palabra cuando recoge y es en movimiento. Viene del Estallido y lejos de concluirlo y congelarlo como lo hacen los historiadores de los vencedores, no sólo regresa al mismo sino que sigue en él y es el Estallido el que sigue.