
A finales de enero de 1939, Barcelona, capital republicana martirizada por los bombardeos, está a punto de caer en manos de los franquistas. Antonio Machado, que ha buscado refugio allí, se ve obligado entonces a emprender con algunos familiares y amigos una precipitada huida hacia la frontera francesa. Cinco días les va a costar llegar, y a pie y empapados por una fuerte lluvia han de recorrer los últimos centenares de metros hasta ella.