
Las autonomías con menos mortalidad, gobernadas tanto por el PP como por el PSOE, tampoco derivaban a hospitales de manera prioritaria a los mayores, pero sí los atendieron en centros intermedios, coordinaron a Sanidad con Asuntos Sociales, hicieron cribados masivos y vieron venir que sería “una masacre” si no se actuaba. Madrid los dejó sin hospital en lo peor de la Covid, pero también sin ningún refuerzo de atención sanitaria.