El régimen norteamericano se considera el más democrático del mundo. Esto es lo que siempre han dicho a los cuatro vientos los presidentes de Estados Unidos, y lo que su sistema monopolístico de comunicación siempre ha propagado por todo el mundo. Esto ya se ha convertido en sentido común, como lo demuestra una de las máximas nazis más famosas: una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en verdad (en la conciencia del público en general).