En este artículo el autor analiza los factores que llevaron al poder a los gobiernos progresistas de América Latina a principios de siglo y el modo en qué pueden regresar en estos próximos años.
El neoliberalismo y el antineoliberalismo tuvieron historias muy similares en seis países latinoamericanos: Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador. Nacieron de manera similar, acumulando fuerza en la resistencia a los gobiernos neoliberales en sus países, erigiendo líderes nacionales para liderar la construcción de gobiernos, ganando y gobernando con enorme éxito.
Fueron muy cercanos en el tiempo, desde la elección de Hugo Chávez en 1998 hasta Rafael Correa en 2006. Gobernaron simultáneamente durante al menos una década, llevando a sus países a tener los gobiernos más virtuosos de su historia y proyectaron a los líderes de izquierda en el siglo XXI: Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales y Rafael Correa.
Promovieron la prioridad de las políticas sociales en lugar de la prioridad de los ajustes fiscales. Promovieron los procesos de integración regional e intercambio Sur-Sur en lugar de los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos. Promovieron el rescate del papel activo del Estado, en lugar del Estado mínimo y la centralidad del mercado. Lograron que las economías de sus países volvieran a crecer, con distribución del ingreso, reduciendo las desigualdades, mientras que otros gobiernos, en América Latina y el resto del mundo, profundizaban las desigualdades, la exclusión social, el hambre y la miseria.
Este fenómeno, que abarcó buena parte de la primera década de este siglo en esos seis países de América Latina y parte de la segunda, se cortó con la recomposición de la derecha en varios de estos países, retornando gobiernos neoliberales en países como Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Uruguay. Todo sucedió también de manera similar en algunos de estos países: a través de elecciones democráticas en Argentina y Uruguay, a través de golpes en Brasil y Bolivia, a través de un tipo diferente de golpe en Ecuador.
Los nuevos gobiernos de derecha tuvieron en común la reanudación del modelo neoliberal, en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, demostrando que la derecha no tiene otra política que la neoliberal. Y fallaron en Argentina y Bolivia, fallaron en Brasil y Ecuador, tienden a fallar en Uruguay.
Y la izquierda comenzó a regresar al gobierno a través de elecciones democráticas en Argentina y Bolivia, tiende a regresar en febrero en Ecuador, y bien puede regresar en Brasil y Uruguay. Donde regresó -Argentina y Bolivia – y está a punto de regresar -Ecuador- lo hizo de manera similar. ¿Qué lecciones se pueden extraer para Brasil y Uruguay de estos retornos?
Primero, que el eje de fuerza política y electoral que permitió a la izquierda regresar al gobierno fueron las mismas fuerzas que habían gobernado en el período anterior: el kirchnerismo en Argentina, el MAS en Bolivia, las fuerzas correístas en Ecuador, y no otras fuerzas de izquierda o algún tipo de alianza entre diferentes fuerzas de izquierda y de centro. Estas fuerzas son las que representan, con toda legitimidad, a los gobiernos que han mejorado sustancialmente la vida del pueblo, y que canalizaron el apoyo que previamente habían obtenido para ser electos y reelegidos.
Fue el kirchnerismo el que comandó el proceso de victoria electoral y la construcción de un nuevo gobierno en Argentina, es el MAS el que lo hizo en Bolivia, son las fuerzas correístas las que tienen ese rol en Ecuador. La lección es que esta función le pertenece al PT en Brasil y al Frente Amplio en Uruguay.
Para defenderse de la judicialización de la política, que perseguía legalmente a los dirigentes del período anterior -Cristina Kirchner, Evo Morales y Rafael Correa-, se buscaron candidatos para sortear esta persecución. Alberto Fernández fue elegido candidato en Argentina, Luis Arce en Bolivia, Andrés Arauz en Ecuador.
Así, en estos tres países se contó con el liderazgo indiscutible de Cristina Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa, para reconstruir las fuerzas que conducen al regreso de la izquierda al gobierno. Asimismo, en Brasil, Lula cuenta con el liderazgo y el prestigio indiscutibles para ser el candidato de la izquierda, si logra recuperar sus plenos derechos políticos, o tendrá el papel fundamental en la definición del candidato alternativo, así como lo tendrá el PT el papel central en este proceso de devolución de la izquierda al gobierno. El Frente Amplio comienza a definir su recomposición y podrá contar con estas experiencias, para completar el regreso de la izquierda al gobierno en estos seis países latinoamericanos.