El objetivo de este texto no es responder punto a punto a un ensayo academicista y sus acusaciones reduccionistas, sino aclarar ciertas denuncias infundadas contra nuestro colectivo.
El Bloque Latinoamericano de Berlín se fundó en 2018 como un espacio de intercambio, debate y acción política concertada en torno a acuerdos político-ideológicos compartidos por diversas organizaciones y sujetos. Somos personas y grupos migrantes, provenientes de diferentes territorios, realidades y saberes, todas de izquierda, críticas y comprometidas. En el Bloque convergen comunistas, socialistas, ecologistas, feministas, anarquistas, progresistas, militantes de partidos, compañerxs que no se sienten representadxs por ninguna de esas categorías e, incluso, personas que se identifican con varias de ellas y otras simultáneamente. La clave reside en que, para nosotrxs, esas corrientes no son excluyentes entre sí al momento de caminar hacia nuestros objetivos comunes.
En ese sentido, un eje fundamental de nuestro accionar político es la diversidad de perspectivas, narrativas y estrategias. Para nosotrxs, la construcción de nuevas y mejores formas de hacer política para intervenir en la realidad que nos toca transitar está atravesada inevitablemente por la heterogeneidad. No renegamos de ella. Al contrario, la reivindicamos como una de nuestras principales fortalezas. Lo que algunxs atacan como una debilidad es, para nuestra forma de entender los procesos organizativos, parte necesaria de la tarea que nos presenta este momento histórico: construir organización desde la diversidad para mejorar nuestra capacidad colectiva de transformar la realidad. Somos conscientes de que la política en el neoliberalismo está recorrida por el riesgo de ser diluida y apropiada por códigos mercantiles. Sin embargo, creemos que la lucha revolucionaria, anticolonial, antiimperialista y popular debe de ir siempre de la mano con el reconocimiento de las diferencias, los afectos y las emociones. Comprobamos día a día en nuestra práctica que esta forma de hacer política no es incompatible con el análisis crítico de la realidad, sino que, al contrario, permite ampliar los horizontes y la comprensión. Pensamos que promover una mentalidad monolítica, sectaria y dogmática es una de las derivas más reaccionarias que se puede tomar. Tenemos detrás nuestro más de un siglo de luchas, resistencias y fracasos que nos lo demuestran.
En torno a las posturas políticas consensuadas del Bloque, nuestras redes sociales están a disposición de cualquiera que desee leerlas e interpretarlas. Destacamos en ellas tanto las posiciones del Bloque como también las opiniones de miembrxs de nuestra organización. No podemos dejar pasar en alto la crítica que se nos hace por, supuestamente, no haber tomado posición condenando el golpe de estado en Bolivia en 2019, ya que nuestra organización lo hizo de forma clara y sin compromisos. Nos resulta difícil comprender cuáles puedan ser las razones para desconocer posicionamientos políticos públicos y abiertos como este.[1] Solo nos queda suponer que la persona que denuncia que se tomó una postura tibia para garantizar el «buen estado de ánimo del grupo» ignora las declaraciones del Bloque Latinoamericano Berlín o, en su defecto, ha escrito esas líneas influenciado por su propio estado de confusión frente a una organización que no conoce de verdad y solo observa desde la cómoda lejanía de su móvil.
Nuestras posiciones políticas han sido siempre resultado de debates profundos y respetuosos. Acorde a la heterogeneidad que nos caracteriza, la discusión interna a veces implica destinar tiempo y esfuerzo a incluir diferentes visiones en nuestras declaraciones públicas. Entendemos que este proceso colectivo puede resultar más engorroso que redactar declaraciones individuales ostentosas tras bambalinas, pero decidimos cotidiana y colectivamente tomarnos el tiempo que el debate democrático requiere.
A su vez, nos gustaría aclarar nuestra postura político-ideológica en torno al concepto de «verdad», utilizado en el texto que intenta ser una crítica a nuestra organización, paradójicamente sin referirse a absolutamente nada concreto de nuestro trabajo político. Por suerte, en el Bloque Latinoamericano no hay delirios de grandeza, ni pugnas por el poder, ni camarillas que persigan apropiarse de “la verdad». Construimos consensos y tomamos decisiones a través del debate colectivo en combinación con nuestro accionar político de base. Es por eso que, difícilmente, nos interesamos por debatir sobre “la verdad” como entelequia abstracta, ideal y trascendente. Para nosotrxs, la verdad es algo en construcción, un proceso cotidiano y constante de reflexión y práctica que nos lleva a configurar una praxis emancipadora: hacia el futuro que queremos construir, pero también hacia la realidad que queremos transformar en el aquí y en el ahora.
Nuestro camino conjunto inició ante la necesidad de reaccionar a la arremetida brutal de las derechas en nuestros países y territorios, en Alemania y a nivel global. Por ello, consideramos que la urgencia actual exige sumar manos, fuerzas, corazones y gargantas para alzar la voz. No entendemos el objetivo de señalar con el dedo a organizaciones como la nuestra, donde compañerxs con visiones diversas nos unimos para poner el hombro día a día en la lucha por un mundo más justo.
Finalmente, aprovechamos para reivindicar el sentipensar del poeta salvadoreño Roque Dalton, asesinado, por cierto, injustamente por sus compañerxs en medio de intrigas y falsas acusaciones de colaboración con el enemigo:
«El árbol poderoso comienza en la semilla
y aunque el amor sea profundo y alto
es también mínima la semilla del hombre (sic).
El nacimiento del arroyo, el polen,
el huevecillo de la blanca paloma,
la piedra que ha rodado por el monte nevado,
desde su pequeñez llegan al mar,
al girasol, al vuelo interminable,
al planeta de nieve que nada detendrá.
En la lucha social también los grandes ríos
nacen de los pequeños ojos de agua,
caminan mucho más y crecen
hasta llegar al mar.
En la lucha social también por la semilla
se llega al fruto,
al árbol,
al infinito bosque que el viento hará cantar.»
Nota:
Grupo de Coordinación del Bloque Latinoamericano de Berlín