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El Doi Moi vietnamita y la encrucijada de la revolución cubana (II)

Fuentes: CEPRID/El Militante

Vietnam y la independencia nacional, el modelo estalinista y sus consecuencias Desde el desenlace de la lucha contra el imperialismo francés, el proceso de Vietnam estuvo marcado por el factor de la Segunda Guerra Mundial. Un pueblo sometido físicamente por un ejército imperialista, es un pueblo que lógicamente aspira a su liberación nacional. La liberación […]

Vietnam y la independencia nacional, el modelo estalinista y sus consecuencias Desde el desenlace de la lucha contra el imperialismo francés, el proceso de Vietnam estuvo marcado por el factor de la Segunda Guerra Mundial. Un pueblo sometido físicamente por un ejército imperialista, es un pueblo que lógicamente aspira a su liberación nacional. La liberación nacional es una consigna que tiene una base material en la explotación por la metrópoli y es una aspiración en la mente de millones, es una consigna transicional de enorme connotación para las masas.

La sociedad vietnamita -incluso ahora después de 20 años de desarrollo capitalista desde el Doi Moi-, es una sociedad mayoritariamente rural; de 87 millones de habitantes, setenta por ciento de la población sigue viviendo en el campo. Esto le ha dado un balón de oxígeno al régimen por todo un periodo histórico y ha explicado en parte su permanencia desde 1954 tras la victoria sobre el imperialismo francés.

Por supuesto la independencia de Vietnam del yugo imperialista es un elemento altamente progresista y es fuertemente aplaudido por los marxistas. Así, la independencia nacional incluso en forma de bonapartismo proletario, dada la derrota del capitalismo y el latifundismo, marcó un paso adelante en la lucha por el socialismo en la medida que el pueblo vietnamita dejó de tener una existencia de postración y esclavitud feudal. Se aplaude la economía planificada centralmente, a la vez que se reconoce que la ausencia de democracia obrera y el aislamiento nacional, asfixiaron la posibilidad de desarrollar la sociedad hacia el socialismo partiendo desde las condiciones feudales y sin necesidad de haber transitado primero por el capitalismo.

Bajo el capitalismo, la liberación nacional de los pueblos ex coloniales es más formal que real. Por ejemplo, si comparamos la soberanía de la India actual contra la India colonial, veremos que ahora han cambiado los mecanismos de explotación, pero la extracción de recursos y explotación de mano de obra sigue latente tanto o más que durante la colonia. Esto no quiere decir que la lucha por la independencia haya sido en vano en la India, en China, Vietnam, Cuba, México o cualquier otro país. Nada parecido, por supuesto que no decimos que haya sido en vano. Haber conseguido la «independencia nacional» pone de manifiesto en la mente de millones las limitaciones de clase de la democracia burguesa que es la cara inversa de una misma moneda, la dictadura del gran capital. El desarrollo de un potente proletariado industrial y urbano (propongo eliminar las anterior dos palabras: «y urbano»), así como su organización consciente en sindicatos y partidos obreros supone un enorme avance en la lucha por el socialismo internacional, versus la postración de las enormes masas campesinas explotadas bajo el yugo colonial. Pero una vez dicho esto, hoy, los rifles, soldados e invasiones directas han sido sustituidos por los mecanismos del mercado, de la deuda, los préstamos, los bajos salarios, las devaluaciones, la Inversión Extranjera Directa (IED), la exención fiscal, etcétera. Lo mismo aplica a todos los países ex coloniales.

En México, por ejemplo, los niveles de pobreza y explotación proporcionalmente hablando, son mayores ahora queue durante la colonia española; la deuda externa, por ejemplo, se ha pagado por lo menos diez veces y sigue siendo un pozo sin fondo (22).

Entre tanto, los servicios públicos, salud, educación, vías de comunicación, etc., cada día pierden calidad y son más precarios. La burguesía se apresta a celebrar el 200 aniversario de la Independencia y, el México «independendiente» del siglo XXI no es siquiera autosuficiente en alimentos. No se necesita explicar mucho más para entender que sobre bases capitalistas la liberación nacional de México, así como la de la India o cualquier otro país ex colonial, no es una realidad para las masas trabajadoras del campo y la ciudad.

Sin desarrollo de fuerzas productivas no puede haber liberación nacional porque la dependencia se exacerba; con la propiedad monopólica de los medios de producción no puede haber independencia nacional porque la dependencia se profundiza, con el mecanismo de la deuda no puede haber liberación nacional porque el sometimiento se hace cada vez mayor. Sólo bajo el socialismo es posible una auténtica liberación nacional. Así como la semilla da paso a la planta, -es decir se niega y a la vez se trasciende a sí misma para dar paso a una nueva semilla-, una auténtica liberación nacional dialécticamente pasa por el desarrollo de las fuerzas productivas sin el cinturón de las fronteras nacionales y la propiedad privada de los medios de producción. Así, la nación se funde en una federación socialista continental y mundial que la hace avanzar socialmente de acuerdo a un plan central de la economía regional y mundial. Esta es la única forma de preservar realmente la soberanía de una nación.

Pero sobre bases capitalistas esto se convierte en una utopía. Entonces, más que liberación nacional, lo que se desarrolló en Vietnam fue la revolución proletaria sobre la base de la deformación bonapartista (23) con un carácter más o menos represivo.

Los pueblos de las colonias y ex colonias no pueden esperar pacientemente a que la instauración del socialismo en un país industrializado detone la revolución mundial. En la medida que la instauración del socialismo en los países industrializados se sigue aplazando y la gran industria sigue bajo dominio del capitalismo, es inevitable que en los países atrasados, coloniales o ex coloniales, se presenten toda una serie de deformaciones de la naturaleza del Estado. Esta situación se sesgó enormemente en el periodo en el que el estalinismo degeneró a la III Internacional o Internacional Comunista, convirtiéndola de una poderosa herramienta de lucha por el socialismo internacional, en una herramienta que descarriló la revolución mundial en el periodo entreguerras y tras la Segunda Guerra, dando al estalinismo un lugar primordial en las relaciones internacionales por todo un periodo histórico. Fue así por ejemplo, que el PC francés en vez de colaborar con el proceso vietnamita en el sentido de contribuir a su liberación nacional, se alió con la burguesía imperialista para sostener las colonias de Francia. La liberación nacional es una cuestión de clase y no debe verse sólo con sentimientos patrióticos, ya que la patria también es un concepto de clase. Nadie puede estar en desacuerdo en que no es lo mismo la patria para un magnate o un terrateniente, que para un obrero, un desempleado urbano o un campesino pobre. Los marxistas aspiramos a una patria socialista, una sociedad sin clases, sin propiedad privada de los medios de producción, ni fronteras nacionales. Con la Victoria del pueblo vietnamita sobre la metrópoli francesa, se adoptó en el norte un modelo basado en la contrarrevolución bonapartista en la Unión Soviética como modelo de «socialismo». Todos los problemas de la revolución nacional, la reforma agraria, la superación de los remanentes feudales no se podían resolver sobre la base del capitalismo, así que Ho Chi Min tuvo que voltear necesariamente hacia Pekín y Moscú.

Un régimen bonapartista es por definición, un régimen en crisis. Sin base social, se apoya en un cuerpo de hombres armados en defensa de sus intereses de casta burocrática o de clase capitalista, según sea un bonapartismo proletario o burgués, respectivamente. El atraso de la revolución en Europa, el desarrollo del estalinismo así como su extensión a China y el hecho de que las cosas no pudiesen continuar con las antiguas relaciones sociales coloniales, hizo que la revolución permanente en Vietnam tomase un carácter nacionalmente limitado y con distorsiones básicas desde el inicio.

La burocracia de Vietnam, así como la de China o la URSS, estaban empeñadas en mantener y hacer crecer sus privilegios, ingresos y prestigio, que estaban basados en la propiedad estatal de la economía, al mismo tiempo, se presentaban aspectos progresistas como la reforma agraria o la industrialización. Es decir, es necesario diferenciar entre tres elementos: 1) El movimiento consciente de la incipiente clase obrera que en las condiciones de Vietnam no jugaba un peso relevante, sino más bien marginal -una revolución socialista requiere que la clase obrera participe a través del control consciente de la producción y de la distribución; sin esto no puede darse la transición al socialismo y para esto suceda es imprescindible un auténtico partido marxista de masas, que en el caso de Vietnam estaba totalmente estalinizado y supeditado a Moscú y Pekín que no querían una revolución sana ni en Vietnam ni en ningún otro lado del planeta-; 2) El campesinado pobre era y sigue siendo la mayoría de la población vietnamita, este es un factor que en parte explica la instauración de un Estado obrero con deformaciones estalinistas y en parte ha permitido el actual giro al capitalismo, -el campesinado, como está comprobado históricamente, no puede jugar un papel independiente, apoya a la burguesía o al proletariado, o puede ser usado para la expropiación de la burguesía en la consolidación del bonapartismo proletario-; 3) La ideología burocrática nacionalista. La burocracia usufructuó el progreso de haber roto con las relaciones feudales, pero el avance de las fuerzas productivas estuvo determinado por la Guerra fría y por la invasión estadounidense -Ho Chi Min y la burocracia estalinista en Vietnam eran los representantes de la base creada por le revolución, es decir, la economía nacionalizada, que tras la victoria sobre Estados Unidos en 1975, rápidamente entró en contradicción con el desarrollo de la sociedad-. Si la Unión Soviética y China hubiesen orientado sus esfuerzos hacia el desarrollo de la revolución mundial y estados obreros sanos principalmente en los países industrializados, otra hubiese sido la historia de la humanidad. El «socialismo en un sólo país» demostró ser un fracaso incluso para subcontinentes como la Unión Soviética y China. El capitalismo desarrolló una economía única. Así, el internacionalismo es una derivación material de la unidad de la economía mundial, no es sólo una idea grandiosa o un sentimiento superior o caprichoso. En vez de internacionalismo proletario, cada burocracia veló por sus propios intereses, abriendo la puerta a las deformaciones bonapartistas con una expresión nacional de toda una serie de países. Vietnam, Egipto, Yugoslavia, Corea del norte, Europa del Este, Argelia, Cuba, etc. De ser un freno relativo al desarrollo económico, la burocracia en la URSS y China se tornó en un freno absoluto. Teniendo en cuenta el inmenso prestigio personal de Mao, las tendencias pro-capitalistas dentro de la burocracia no podían tener un pleno desarrollo mientras él viviera. Pero afloraron bruscamente al día siguiente de su muerte. Una posibilidad es que eso sea lo que pueda pasar en Cuba tras la muerte de Fidel Castro, aunque no está escrita la última palabra, dado que la coyuntura mundial a la que asistimos en este período es de ascenso del movimiento obrero y factores como el de Venezuela pueden impactar en Cuba en el sentido de una salida leninista a su encrucijada. Lo que sí se puede afirmar como un hecho es que en todos los casos, la burocracia fue es y será cada vez más incompatible con el desarrollo de la sociedad, al grado de estancar e incluso destruir las fuerzas productivas.

En su camino nacional, es decir, «socialismo chino», «socialismo vietnamita», «socialismo cubano», etc., las contradicciones internas significan inevitablemente una economía de atraso y escases; esto deriva necesariamente en el escalamiento de capas privilegiadas de la burocracia y sus purgas internas son indicadores de la agitación de este proceso de superarse unas a otras, ya que la permanencia de un sector de la burocracia se da a acosta de la caída o minimización de otro. Cuando la burocracia administra la escases, se reduce a administrar la crisis y entonces las presiones para encontrar salidas se aceleran. Así como la naturaleza aborrece el vacío, una economía estancada no puede permanecer indefinidamente en el tiempo. Esto se catalizó con la caída del llamado «socialismo real» en la URSS (24) y los países del Este de Europa a finales de los años ochentas.

Tras el enorme acontecimiento que significó la caída de la URSS, China entró en un acelerado proceso de reinstauración del capitalismo llevándose consigo a Vietnam. Con la independencia del Estado de su base de masas sobre la gestión de la sociedad, conjuntamente con el atraso de las fuerzas productivas, es imposible iniciar el proceso de extinción del Estado, aún con el apoyo activo o pasivo de parte importante de las masas, tal como sucede en Cuba por ejemplo. Esta es la base material para la degeneración burocrática que no es una cuestión sólo de la voluntad individual. Aunque es muy cierto que hay sectores que a pesar de todo, se mantienen firmes en los principals del leninismo y buscan una salida internacionalista a la encrucijada de la revolución, tanto en Vietnam como en Cuba. Sin embargo el aislamiento y estancamiento de las fuerzas productivas propician que un sector más o menos mayoritario de la burocracia degenere cada vez más y trate de encontrar «salidas» a la inmovilidad y escases. Tarde o temprano, dichas «salidas» apuntan hacia el capitalismo, lo cual es inevitable que trastoque las relaciones de producción y propiedad. La burocracia se ha y se está transformando en la nueva clase de propietarios. Eso pasó en la URSS, en China y está pasando en todos los países del Este. Así que Vietnam no es la excepción. ¿A quién se traspasa le propiedad de la tierra, las fábricas y los centros de servicios que son del Estado? La respuesta es simple y a la vez compleja. Los nuevos dueños son los burócratas del régimen bonapartista, que pasan de ser funcionarios del Estado a ser burgueses y por tanto, los trabajadores del Estado pasan a ser empleados del nuevo burgués o del burgués extranjero que ha invertido en una fábrica. Esto lleva en automático a las relaciones capitalistas de producción. Todas las contradicciones capital-trabajo se cristalizan.

El Doi Moi

Los orígenes

De 1975 a 1990, Vietnam practicaba una especie de trueque con los países del Bloque del Este a través del CAME (25), la caída del estalinismo catalizó el proceso de contrarrevolución capitalista al cerrar la válvula del comercio. La puerta al mercado mundial se cierra y el FMI arrodilla a Vietnam con el bloqueo que será levantado hasta 1994. En 1995 Vietnam se integra a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). En 1999 Estados Unidos reduce tasas a las exportaciones vietnamitas como nación favorecida y en 2001, Estados Unidos se convierte en el principal socio comercial de Vietnam.

Desde 1979, es decir, cuatro años después de la victoria sobre el imperialismo estadounidense, en Vietnam se presentan elementos de ruptura en la planificación central. Desde el inicio, incluso antes del VI congreso, el FMI buscaba que el proceso fuese mucho más rápido en Vietnam, sin embargo el PCV fue con pies de plomo (26) y ralentizó la vuelta al capitalismo por todo un periodo. En este punto podemos situar a la economía familiar agropecuaria, de cultivos no arroceros, aves de corral y ganado menor. En esta vertiente de propiedad familiar, se aprueba en la Asamblea Nacional de 1987 la posibilidad de subarrendar la tierra. También se da el fenómeno del impuesto decreciente en especie en el cultivo del arroz (27). En 1988 se elimina el plan central de producción agrícola y los campesinos pueden producer como les convenga, es decir, «la explotación familiar» fue reconocida como unidad de producción autónoma. Sin embargo fue hasta 1993 cuando la propiedad de la tierra no deja lugar a confusiones. La economía planificada centralmente -cuyo ente básico era la cooperativa agrícola- desaparece cediendo el espacio a la familia campesina que adquiere potestad sobre la propiedad de la tierra (28). El mercado empieza a sustituir al plan de forma consistente y ya no como algo marginal; pero en 1991 el comercio exterior aún es monopolio exclusivo del Estado. De 1976 a 1980 en el norte de Vietnam donde la colectivización había sido más impulsada, las cifras indicaban crisis: la producción de alimentos aumentaba en un 1.4 por ciento al año, mientras que la población crecía a un ritmo anual de 2.6 por ciento. En contraste, la economía agrícola, sin el freno de la planificación burocrática y sobre la base del mercado capitalista, empezó a crecer considerablemente. Desde 1989 la producción agrícola crece a un ritmo de 7 por ciento anual y crece el consumo per cápita de arroz pasando de 216 kilos en 1980, a 268 kilos en 1989 y a 311 kilos en 1998. Las exportaciones de arroz crecen de cero en 1988 a cuatro millones de toneladas en 1998. Hace 20 años Vietnam producía 5 mil toneladas de café, en 2001 la cifra alcanzó las 800 mil toneladas, Vietnam es hoy el segundo mayor productor cafetero del mundo. En mayo de 2006, 20 años después del Doi Moi, se firma el acuerdo de adhesión a la Organización Mundial de Comercio (OMC), Vietnam pasa a ser el miembro número 150 (7/11). Bajo el tratado, Vietnam redujo15 por ciento sus aranceles al 94 por ciento de los productos manufacturados y 75 de los agropecuarios, es decir, levantó sus restricciones contra la mayoría de las importaciones estadounidenses. Hanoi también acordó con Estados Unidos abrir sus servicios financieros, de energía y telecomunicaciones, además de no seguir adelante con una inversión de 4 mil millones USD, para mejorar sus industrias textiles y de indumentaria, algo que Estados Unidos consideraba como un subsidio al sector. Vietnam entra postrado de rodillas a la OMC y paralelamente, como icono de la contrarrevolución capitalista, el parque central de Hanoi, el parque Lenin -en su tiempo reconocido como símbolo del desarrollo urbanista del socialismo- es revitalizado gracias a los fondos proporcionados por algunas compañías multinacionales como Ford, Microsoft y Unilever.

En el terreno industrial, hay una primera fase de IED que en 1987 autoriza empresas mixtas que van a la mitad con capital del Estado y tienen la particularidad de ser «étnicamente chinas» (Taiwan, Singapur, Hong Kong y Corea del Sur). La IED se liberaliza totalmente hasta 2002; en el primer semestre de 2008 la IED crece 370 por ciento con relación al mismo periodo de 2007. Hay una industrialización creciente en fábricas de procesamiento de alimentos, prendas de vestir, calzado, construcción de maquinaria, minería, carbón, acero, cemento, fertilizantes químicos, vidrio, llantas, aceite y papel.

Un diálogo imaginario

Y ante estas cifras, los apologistas del mercado gritan a viva voz:

– «¿Lo ven? ¿Qué no se dan cuenta? ¡En estas maravillosas cifras está la mano mágica del mercado! ¡He aquí la comprobación de la inutilidad y fracaso del socialismo! ¡Lo que necesita Cuba es seguir el modelo Doi Moi! ¡Se ha pasado del atraso agrícola al desarrollo industrial!».

Y algunas voces dubitantes pueden responder:

-«Sí, aparentemente el poder de compra per cápita ha crecido en Vietnam, ha disminuido la pobreza (29), los índices de mortalidad infantil van a la baja (30), pero ha crecido la desigualdad social y la gratuidad de la seguridad social se ha aniquilado». (31)

A lo que los pro capitalistas responden:

-«Bueno, la desigualdad social es un mal necesario que fomenta la competencia y la competencia es un elemento progresista que ataca el paternalismo del Estado. El paternalismo del Estado es lo que tenía postrado al Vietnam comunista; con el Doi Moi avanzaremos hacia el socialismo porque se desarrollarán las fuerzas productivas. La riqueza es una cuestión de actitud y de genes. Además ¿cuál es el problema? ¡Ahora seremos los poseedores de los medios de producción, esta es la ley de la selva, no te puedes abstraer de ella! ¿O prefieres seguir como antes?»

Las voces dubitantes voltean hacia el mundo, no acaban de entender cuál es la salida, y se preguntan:

-«¿Cómo salir de este atolladero sobre la perspectiva del leninismo internacionalista?

En 1986 en el VI congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV) (32) se le da un marco legal a lo que en la práctica se venía desarrollando. La burocracia optó por el Doi Moi para salvar el pellejo y evitar una crisis revolucionaria que desplazara al régimen. Nguyen Van Linh se convierte en el líder del partido e introduce reformas económicas capitalistas. El Estado debe limitarse a «crear las condiciones propicias para el funcionamiento eficaz de los establecimientos económicos». Durante la colonia francesa, por definición no se industrializó Vietnam y se paralizó al artesanado; se exportaban tres productos a la economía mundial: arroz, caucho y carbón, pero se tendió al monocultivo de arroz. A diferencia de China, el factor de las guerras jugó enormemente en el proceso de contrarrevolución capitalista en Vietnam. En China la economía planificada dio grandes progresos en el desarrollo de las fuerzas productivas, pero en Vietnam de 1950 a 1980 el ingreso per cápita no se movió, entre tanto en China creció 2.4 veces, en Tailandia 3.1 y en Corea del sur 5.1 veces. Sin duda, un terrible estancamiento de la economía vietnamita.

En un repaso de los principales indicadores económicos, encontramos por ejemplo, que el primer plan quinquenal (1976-1980) apuntaba un objetivo de crecimiento del 13 por ciento anual, pero consiguió apenas el 0.4 por ciento. Hacia 1986 -aún sin crecimiento- la inflación era de 77.5 porciento y por supuesto había un fuerte déficit presupuestal y comercial. Un escenario explosivo: inflación sin crecimiento. Se producía poco, se importaba todo, se gastaba más de lo que se ingresaba. Política es economía concentrada, por tanto, se vivía un coctel social y político explosivo que fermentaba sublevaciones campesinas. Condiciones complicadas pero no imposibles para volver a Lenin y al internacionalismo proletario. Sólo la presencia de un auténtico partido leninista habría podido avanzar en tal sentido, apoyándose en la revolución mundial. Habría que navegar contra el decadente estalinismo.

¿Cómo hacerlo en medio de la Guerra fría? ¿En medio del inicio de un proceso de contrarrevolución capitalista en la Unión Soviética? ¿Después de lo que la confrontación chino-soviética había significado para el mundo colonial y ex colonial?

Sin embargo, las condiciones objetivas estaban dadas no sólo maduras sino pudriéndose. El ascenso revolucionario de los años setentas expresado en Chile, Portugal, la transición española, América Latina ardiendo con expresiones guerrilleras, etc. Faltaba una condición primordial, es decir, el factor subjetivo: la existencia de un partido auténticamente leninista con implantación internacional (33). Pero, en Vietnam había mucho desgaste tras prácticamente 30 años de guerra. El pueblo estaba exhausto, aún viviendo en una economía agrícola, es decir, un Vietnam mayoritariamente campesino atrasado, sin industria, con apenas una clase obrera incipiente. Hubo muchos factores en contra, entre ellos el pérfido papel de las direcciones sindicales reformistas del mundo industrializado que le dan soporte al capitalismo; pero fue principalmente el factor del estalinismo lo que profundizó hasta niveles indecibles, llevando a derrota tras derrota el proceso de revolución mundial y eso determinó el destino de la revolución vietnamita generando un Estado obrero deformado.

El VI congreso

Para la burocracia del PCV el fracaso del modelo que «justificó» el Doi Moi, se debe a la política estalinista de la vía vietnamita al «socialismo». Claro, había que culpar a alguien, faltaba más. El VI congreso cuestionó «el mecanismo de gestión centralizada burocrática que reposaba sobre las generalizadas subvenciones del Estado» y «el sistema de índices detallados del plan, con fuerza de ley e impuestos por las instancias superiores […] que no dejaban ninguna autonomía a las unidades de base». Es muy sintomático cómo la burocracia del PCV rebusca, adorna, plantea confusamente, pero sobre todo intenta revestir el informe político del VI congreso de un halo de mistificación «socialista» (34), a fin de facultar a la burocracia del PCV para seguir apareciendo al frente del podio en la dirección del Estado y en última instancia convertir a la burocracia en los nuevos poseedores de los medios de producción y las principales palancas de la economía, tal es el objetivo y no otro, el que busca la burocracia del PCV al intentar «justificar» al Doi Moi como un paso en el camino hacia el «socialismo».

Así, el objetivo primordial de la burocracia fue conservar el poder, incluso al precio de la traición ideológica más descarada, aunque nunca confesa, por ejemplo, existe la tendencia de que los representantes de la central sindical oficial Confederación General de Trabajadores de Vietnam (35) (CGTV), ocupen puestos directivos en las empresas del sector privado y de ahí dan el salto a la participación de la propiedad. También en muchas publicaciones no vietnamitas, análisis, ensayos, estudios academicistas, se trata de justificar al Doi Moi como una fase necesaria hacia el socialismo, y más sintomático aún son las publicaciones de académicos cubanos con un lenguaje especialmente rebuscado y confuso (36), como quien trata de hacer malabares para que no se caiga la papa caliente de las manos. El Doi Moi o Renovación, se plantea al pueblo vietnamita como una necesidad para transitar al «socialismo». ¿Por qué no decirlo con todas sus palabras, es decir, aceptar que se trata de volver al capitalismo, que se asiste a la contrarrevolución capitalista en toda la regla? ¿Qué pasaría si el VI congreso lo hubiese planteado claramente? ¿Se trata de una cínica trampa mentirosa del PCV? Sin duda, el heroico pueblo de Vietnam que derrotó a tres imperialismos, entiende perfectamente el significado de volver al capitalismo, lo puede ver ahora en Rusia, en China y en sus propias entrañas. Toda la basura del pasado está resurgiendo, prostitución, narcotráfico, corrupción, tráfico de niños (37), desempleo, explotación, salarios miserables, etcétera. En 1986 no se había llegado al punto de no retorno, era posible volver a la economía planificada si en la vuelta al capitalismo algo salía mal. La misma burocracia no lo tenía claro. Ahora no hay dudas de queue este proceso ha ido demasiado lejos. Tal como en China y en Rusia, el capitalismo está instalado en Vietnam.

«Es necesario», reza el VI congreso, «aplicar el principio de igualdad en el plano jurídico […] todos aquellos que produzcan bienes y que hagan cosas útiles para la sociedad […] tienen derecho al disfrute de ingresos en correspondencia al resultado de su trabajo y de su explotación legal». Y continúa: «Para los establecimientos en los que la forma estatal no convenga más, hay que cambiar la forma empresarial, la propiedad o eliminarlas». Es decir, por un lado, el Congreso abre la puerta a la inversión privada, nacional y extranjera a la privatización de la industria pública y por tanto a la acumulación y, por otro lado, esgrime el viejo argumento capitalista de la «igualdad de oportunidades», intentando posicionar al desarrollo económico en la audacia, astucia y potencia individual, que aterriza después inevitablemente en el artificio de argumento de que «se es pobre porque se es flojo e irresponsable». No es objetivo de este trabajo contestar todas los intentos de justificación del Doi Moi, pues además de ser una tarea titánica, perdería el foco de lo que realmente buscamos los marxistas agrupados en la Corriente Marxista Internacional (CMI) (38), que es fortalecer los lazos y tender un puente para el debate con los revolucionarios honestos de cómo seguir construyendo una alternativa marxista internacionalista tanto en Vietnam como en Cuba.

Notas:

(22) Felipe Calderón gestionó y obtuvo en abril de 2009, un préstamo de 77 mil millones de dólares (mmd), proviniendo 47 mmd del FMI y 30 mmd del gobierno estadounidense. Con este préstamo, el gobierno panista ha adquirido la carga de la deuda pública más cuantiosa de toda la historia de México. Entre enero y febrero de 2009, fueron reconocidas como deuda del Estado las Pidiregas (Programas de Inversión de Impacto Diferido en el Gasto) de Petróleos Mexicanos; conjuntamente con el préstamo de Calderón y las Pidiregas, la deuda pública se incrementó en 243 por ciento.

(23) El concepto de «Bonapartismo» está ampliamente desarrollado por Ted Grant en Democracy or Bonapartism in Europe – A Reply to Pierre Frank

http://www.tedgrant.org/archive/grant/1946/08/frank.htm

El bonapartismo burgués refleja una sociedad en crisis donde el Estado se eleva sobre la sociedad y las clases, consigue un papel relativamente independiente y, sólo en última instancia, refleja a las clases poseedoras porque se basa en la defensa de la propiedad privada. La forma proletaria del bonapartismo por su propia naturaleza representa una caricatura del gobierno obrero. En una sociedad donde la propiedad privada ha sido eliminada y no hay democracia, los poderes del Estado se amplían enormemente. El Estado se eleva sobre la sociedad y se convierte en una herramienta de la burocracia a través de distintas formas: militar, policial, partidista, «sindical» y directiva. Se convierten en una capa privilegiada dentro de la sociedad. Es la única capa dominante. En la transición de la sociedad capitalista al socialismo, la forma económica resultante sólo puede ser la propiedad estatal de los medios de producción, con la organización de la producción basada en un plan centralizado. Sólo el control democrático de los trabajadores y los campesinos puede garantizar esa transición.

(24) Al respecto se recomienda el libro de Ted Grant, Rusia de la Revolución a la contrarrevolución, (Fundación Federico Engels) http://www.engels.org/libr/rusia/rusia.htm

(25) Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME o Comecon). Fue una organización de cooperación económica formada en torno a la Unión Soviética por los países del llamado «socialismo real» y cuyos objetivos eran el fomento de las relaciones comerciales entre los estados miembros en un intento de contrapesar a los organismos económicos internacionales de economía capitalista, así como presentar una alternativa al denominado Plan Marshall desarrollado por Estados Unidos para la reorganización de la economía europea tras la Segunda Guerra Mundial. Existió entre enero 1949 y abril de 1991.

(26) Cambiar la propiedad de una empresa pública puede asumir formas diferentes: una empresa estatal (central) puede convertirse en una empresa provincial, ella puede también devenir en empresa mixta «sea con agentes privados del país o extranjeros»; por último, ella puede resultar «accionarizada» con una participación estatal mayoritaria en una primera etapa que después se tornará minoritaria, quizás nula. Al final del ciclo, la empresa pública puede ser privatizada. Incluso cuando el Congreso no lo dice explícitamente, no excluye esta posibilidad. La acumulación primitiva del capital en Vietnam, desde Doi Moi de 1986 hasta el ingreso a la Organización Mundial del Comercio (2006). Jaques Nagels. http://www.ruthcuadernos.org/articulos/28.pdf

(27) Entregas de arroz de las cooperativas al Estado Año / Millones de toneladas: 1976 / 2.03; 1977 / 1.84; 1978 / 1.59; 1979 / 1.40

(28) El artículo 2, de la Constitución estipula que: «los hogares y los individuos que han recibido tierras del Estado tienen el derecho de intercambiar, de transferir la posesión, de legarla y de aportarla en garantía».

(29) El índice de la población viviendo por debajo de la línea de la pobreza: 37 por ciento en 2000, 15 por ciento en 2008.

(30) 30.83 por cada mil nacimientos en 2003, contra, 23.61 en 2008.

(31) Ver el apéndice, hay muchos datos de cómo se ha incrementado la desigualdad social.

(32) Informe político del VI congreso del PCV, publicado en La acumulación primitiva del capital en Vietnam, desde Doi Moi de 1986 hasta el ingreso a la Organización Mundial del Comercio (2006). Jaques Nagels. http://www.ruthcuadernos.org/articulos/28.pdf Todas las referencias sobre el Informe político del VI congreso se obtuvieron de esta publicación.

(33) La IV Internacional, no pudo cubrir ese papel porque nació muerta, nunca se pudo consolidar como una Internacional de masas. La muerte de Trotsky a manos de Stalin, precipitó el aborto de la IV Internacional. Ver. Los Gangsters de Stalin, de León Trotsky (Fundación Federico Engels-México) .

(34) Según el artículo 4 de la Constitución de 1992, «el Partido Comunista de Vietnam, vanguardia de la clase trabajadora, fiel representante de la clase obrera, del pueblo laborioso y de la nación entera, iluminado por la doctrina marxista-leninista y el pensamiento de Ho Chi Minh, es la fuerza directriz del Estado y de la sociedad». La propiedad del suelo sigue siendo aquella «de todo el pueblo»; el Partido Comunista vietnamita es «la fuerza que conduce al Estado y la sociedad»; las reglas resultantes del «centralismo democrático» son retomadas, etcétera.

(35) La CGTV fue fundada 29 de julio de 1929 como la Red de Trabajadores de la Unión General en el norte de Vietnam, y se extendió en todo el país tras el colapso de Vietnam del Sur en 1976.

(36) Algunos ejemplos: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/cuba/if/marx/documentos/22/El%20marxismo%20ilumina%20el%20camino%20de%2 0la….pdf, http://ceaa.colmex.mx/aladaa/imagesmemoria/jesusaisesotolongo.pdf, http://www.trabajadores.cu/materiales_especiales/columnistas/juan-dufflar-amel/vietnam-los-frutos-del-doi-moi

(37) Existen 182 zonas donde actúan más de 650 traficantes, autores de la venta de siete mil infantes y jóvenes muchachas; en la mayoría de los casos, las mujeres y los niños son vendidos como esclavos sexuales o para duros trabajos. A ello se suman otros incidentes más recientes de comercio de hombres y embarazadas para vender sus órganos en el exterior.

(38) La web de la CMI es www.marxist.com

Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1073

Ver también:

El Doi Moi vietnamita y la encrucijada de la revolución cubana (I)

Samuel Santibáñez