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Elecciones en México II… el canto de las sirenas y sus alternativas

Fuentes: Rebelión

A rio revuelto… La ceguera del triunfo conduce al abismo. «Ganar» en el México posterior las elecciones presidenciales ya no es una posibilidad sino un mandato, de la historia, de la justicia, de quien sea. Se preparan movilizaciones y el rumor de violencia comienza a circular. La polarización se hace presente. ¿Quién podría estar interesado […]

A rio revuelto…

La ceguera del triunfo conduce al abismo. «Ganar» en el México posterior las elecciones presidenciales ya no es una posibilidad sino un mandato, de la historia, de la justicia, de quien sea. Se preparan movilizaciones y el rumor de violencia comienza a circular. La polarización se hace presente.

¿Quién podría estar interesado en fomentar los estallidos violentos que ya se han comenzado a detectar? ¿El Partido de la Revolución Democrática (PRD) y sus seguidores? ¿El Partido Acción Nacional y sus simpatizantes? ¿El gobierno? Todos dicen querer la paz social. «Nuestra lucha es no-violenta» dicen unos a quienes los otros responden «La fuerza de nosotros, los pacíficos prevalecerá». Paz por aquí y paz por allá. El discurso se consume irreflexivamente cual dogma de fe por los partidarios de uno y otro. Y es entonces que la realidad explota en la cara: ¿Por qué se agredió al panista Felipe Calderón? ¿Por qué en respuesta se despedazaron unos carteles que favorecían a López Obrador? ¿Por qué la golpiza de un grupo de perredistas en Monterrey al norte del país?

La respuesta puede venir de la política internacional. ¿Quién es el mejor amigo de George W. Bush? Osama bin Laden naturalmente. Uno justifica al otro, o al menos eso es lo que cree Noam Chomsky y con él algunas de las voces más lúcidas del planeta. Entonces ¿quién podría estar interesado en fomentar los estallidos violentos entre los militantes de uno y otro partido? Los nombres los desconocemos, pero conocemos su perfil: Son dogmáticos, oportunistas, poco solidarios, mezquinos, crueles y -considerando que Bush es clínicamente un retrazado mental- estúpidos. Esta es solamente la punta del iceberg.

Jasón y las Sirenas

Pero entonces ¿quién fomenta esta violencia? Los nombres brincan como conejos, y es normal porque siempre es más fácil acusar que proponer. Los unos dicen «Es el Estado que favorece al candidato oficial, son ellos los provocadores, nosotros somos las víctimas: ya nos ha robado la elección en el pasado y lo quieren hacer una vez más. Ahora no lo vamos a permitir» en la explicación está el reto que la contraparte entiende como amenaza. La respuesta no se hace esperar «Es el PRD y sus militantes, siempre han sido violentos, ahora sólo repiten lo que saben hacer muy bien: desestabilizar. Como Jasón, la sociedad en su conjunto corre el riesgo de sucumbir al canto de estas sirenas del desastre; y como Jasón, esta misma sociedad debe hacer lo posible por amarrarse al mástil de este barco que se llama México para no naufragar siguiendo estos cantos. Y es que eslóganes propagandísticos de esta naturaleza tienen probada efectividad en despertar el temor, el odio, y con base en estos dos, la acción violenta. Nuevamente, ¿quién gana con todo esto? Podemos especular, solamente tenemos la certeza de quién pierde: Todos los mexicanos sin distingo alguno.

«No es tiempo de mediación» ha dicho un perredista. «El diálogo es inútil» han respondido los panistas. «No es tiempo de diálogo, es tiempo de afianzar posiciones» profundizó un personaje que fue miembro del PRI, del PAN y que ahora ganó un escaño en el senado por el PRD. En su conjunto parecería ser que hay un común denominador que une a los extremos de una y otra de estas banderas: Conviene polarizar. En eso parecería que existe un acuerdo implícito. ¿De verdad serán tan incapaces de algo más constructivo y más político (en el sentido que le daba Hannah Arendt al quehacer político)?

¿Y los que pierden? Solamente tienen la culpa de la irreflexión. Con el pecho hinchado y a todo pulmón esgrimen consignas a favor y en contra en ambos lados de la barda. Su corazón es azul o amarillo. Ambos sienten la injusticia potencial de la que pueden ser objeto una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emita su fallo. «Estamos haciendo patria, estamos defendiendo la democracia» es el pensamiento que alienta sus acciones y que también se teje como común denominador entre ambos grupos. La meta es buena ¿también el camino?

Irreflexión es la palabra clave. ¿Por qué el mexicano, que siempre se ha quejado de las promesas incumplidas, de la corrupción partidista, del acarreo y de los discursos vacíos hoy se moviliza creyendo a pie juntillas todo lo que sus «líderes» dicen? ¿No ven acaso el más mínimo dejo de contradicción? ¿O es que a los «líderes políticos» en tiempos electorales comienzan a decir la verdad y es entonces cuando se les puede creer? Mientras estos se afilan las uñas y los dientes para lo que creen que va a venir (y que con seguridad sólo unos pocos quieren) aquellos escupen palabras sin tener la más mínima idea de lo que pueden provocar. ¿Solamente tienen la culpa de irreflexivos? ¿Peccatta minuta?

El arte de la guerra

El argumento no es en contra de tomar partido, sino a favor de tomar el partido correcto. «Son dos proyectos irreconciliables» es el contra-argumento inmediato. Puede tener un dejo de validez, en la superficie. Y es que lo que importa de fondo en este momento no debería ser el resultado («Ganar» / «Perder» ) sino el proceso. El partido que se debe tomar es el de la no-violencia. «Idealismo ingenuo» viene con velocidad a la mente de aquellos que por falta de conocimiento minimizan el poderío que tenía el Imperio Británico cuando Gandhi consiguió la independencia de la india. Idealista ingenuo pues, no es el que pone esta idea sobre la mesa, sino el que la rechaza sin fundamento histórico, incluso táctico-militar. La historia parece demostrar que los instrumentos de combate de Gandhi y Sun Tzu eran mucho más efectivos en lo político y militar que los de Maquiavelo y Karl von Clausewitz respectivamente. Si los generales que se disputan la presidencia con baterías de artillería verbal, legal y legaloide tuvieran el más mínimo conocimiento de la historia militar sabrían que la no-violencia resulta mucho más efectiva que la «guerra total» en la que se embarcan cada día más, llevándose a la sociedad y al país entre las patas. ¿No violencia? ¿Resistencia pacífica? ¿Saben de lo que hablan? ¿Saben hacerla? ¿Conocen sus condiciones de efectividad? Lo dudo mucho. Para muestra basta un botón: Una precondición de la resistencia no-violenta es procurar evitar el distanciamiento entre las partes, y estos se alejan tanto como uno del otro como Dios del Diablo. Son buenos para la tarea infantil de la «generación de la imagen del enemigo» pero inútiles en la más elaborada y útil tarea de generar alternativas, viables, mesuradas y creativas.

…ganancia de pescadores

Alguien tiene que ganar. Este es un hecho contundente. ¿Pero quién? ¿Calderón? ¿recuento de votos?, ¿ninguno de los dos con una anulación? ¿Qué tal los dos con un empate, y al final solamente uno en una segunda vuelta pasado un breve interinato? La idea puede ser buena o mala, pero hay que discutirla antes de calificarla. Los pescadores que revuelven el río con la misma lógica criminal en la que se sustenta «Se está con nosotros o con los terroristas» (Bush) no necesariamente pueden ser quienes ganen. Otros pescadores pueden ganar con otro dicho popular: llevando agua a su molino. ¿Qué pescadores? Los moderados, los que repudian la violencia en los hechos y no solamente en los discursos. ¿Quiénes? Los que como Jasón pueden resistirse a la seducción de las sirenas de la violencia, conteniendo su propia ira y frustración sin cambiar el curso. ¿Quiénes? Aquellos que están dispuestos a anteponer un barco que se llama México a otros más pequeños que se llaman PRD y PAN y que no quieren que encalle. ¿Quiénes son estos? Los que ven como una tontería el decir «después de que ganemos entonces habrá paz» y que confían más, con Gandhi, en que no hay camino a la paz, sino que la paz es el camino.

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