La maniobra realizada por el Congreso de Perú al propiciar la vacancia contra el presidente Vizcarra, creó un caos generalizado que llevo a la calle a miles de manifestantes. La represión indiscriminada, que causó dos muertos y cientos de heridos y desaparecidos a manos de las fuerzas policiales, ha acentuado la crisis política y de gobernabilidad, generando por el momento el nombramiento de dos presidentes en una semana y el reclamo por una nueva Constitución.
Decenas de miles de jóvenes manifestantes salieron a las calles de Lima y otras ciudades de Perú cuando el Congreso consiguió la destitución de Martín Vizcarra como presidente de Perú.
Faltando seis meses para las elecciones generales y desafiando la pandemia de Covid-19, que ha provocado la muerte de miles de personas debido a la ausencia del Estado para el auxilio a los sectores más vulnerables, la multitud irrumpió en el escenario político para expresar su repudio a los manejos históricos de la partidocracia tradicional, que, desde instituciones como el Congreso, ha convertido al país en una calamidad para los sectores populares.
Con una muchedumbre que sigue acercándose al Congreso para expresar su homenaje a los dos jóvenes asesinados en las manifestaciones del sábado, Jack Brian Pintado Sánchez de 22 años y Jordán Inti Sotelo Camargo de 24 años, y reclamar por la libertad de los detenidos y la aparición con vida de las decenas de desaparecidos, de los cuales se desconoce el lugar de detención ilegal, tomamos contacto con la candidata al Congreso por la coalición Juntos por el Perú y vocera de la organización Nuevo Perú, Lucia Alvites, a quien preguntamos sobre las movilizaciones que se viene desarrollando “Son movilizaciones masivas, a nivel de todo el territorio nacional, que no se veían desde finales de la dictadura fujimorista en los noventa, cuyo componente principal han sido jóvenes, muy jóvenes, que, muchos de ellos, por primera vez han tenido esta experiencia, hartos de una clase política corrompida, hartos, de que hayan secuestrado los principales poderes del Estado. Son ellos y el pueblo en la calle los que han cerrado el paso a la “repartija”, como decimos acá, a este reparto de cargos infame que se quería lograr desde el Congreso”, calificando, “Es una movilización que ha empezado desde el hartazgo, pero, sin embargo, hoy día se mantiene como un rechazo a este modelo político, donde se empieza a arengar por una nueva Constitución, donde se empieza a recoger esta demanda por una nueva Constitución”. Sobre este tema y en relación al próximo acto electoral nos comentaba ” en este sentido nuestra propuesta desde Juntos por el Perú, es que el 11 de abril, como lo planteara a la prensa nuestra candidata presidencial Verónika Mendoza, se podría abrir una segunda urna, donde el pueblo decida, si quiere o no, una nueva Constitución; donde el pueblo soberanamente decida que pacto quiere construir, dejando atrás el pacto de la corrupción, el pacto de los abusivos, el pacto que hicieron Montesinos y Fujimori, con un país en dictadura, con militares en las calles, con universidades intervenidas y trabajadores despedidos en los años 90. Es ese pacto, el que nos ha llevado a esta crisis, el que ha mercantilizado nuestros derechos y que ha permitido que sean los corruptos los que copen nuestras instituciones” agregando “Primero, necesitamos plantear este proceso, abrir un debate nacional sobre un proceso constituyente; definitivamente creemos que debe ser una Asamblea Popular Constituyente, donde sean los amplios sectores de la sociedad quienes elijan a sus representantes ante una Asamblea que redacte un nuevo pacto, que escriba un pacto donde la vida este en el centro, y no, los privilegios y el bolsillo de unos cuantos”; concluyendo, “En el marco de las elecciones del 11 de abril, Juntos por el Perú, ha convocado un gran bloque, en el que se encuentran diversas organizaciones como Nuevo Perú y distintos espacios ciudadanos, que se articulan como una alternativa, que este 2021 pueda plantear los cambios de fondo que el país reclama” .
Es evidente, que los escándalos de corrupción y la impunidad sobre diversos delitos, entre ellos los de Lesa Humanidad que se han desarrollado desde 1993, han impactado sobre el sentir y la conciencia de los peruanos, fundamentalmente de los jóvenes, que hoy empujados por la pandemia al desempleo y a la miseria, visualizan como otro de los males que corroen su futuro, a la clase política que desde el Congreso trata de mantenerse en el poder eternamente.
Perú necesita urgente un proceso de refundación, un nuevo pacto social, una nueva Constitución, generada desde el pueblo y que contemple su diversidad y sus intereses.
Una Constitución que haga del Estado un manto protector, una mano amiga para los sectores vulnerables y un garante de justicia. Eso es lo que expresa el pueblo en las calles y lo que reclama la juventud con su sangre.