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Entrevista a Bertha Cáceres, directiva del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH)

Entre involución societaria y despertar del pueblo

Fuentes: Rel-UITA

A poco más de dos semanas del cuestionado voto en Honduras, el continente latinoamericano, a excepción del gobierno de Colombia que en estos últimos días parece estar alineándose con la posición ambigua de Estados Unidos, parece enrumbarse hacia el desconocimiento de la farsa electoral con la que el gobierno de facto pretende legitimarse en el […]

A poco más de dos semanas del cuestionado voto en Honduras, el continente latinoamericano, a excepción del gobierno de Colombia que en estos últimos días parece estar alineándose con la posición ambigua de Estados Unidos, parece enrumbarse hacia el desconocimiento de la farsa electoral con la que el gobierno de facto pretende legitimarse en el poder e institucionalizar el golpe de Estado. Mientras tanto, el pueblo en resistencia espera el desconocimiento de este circo electoral por parte del Partido de Unificación Democrática (UD) y del Partido de Innovación y Unidad (PINU), tal como lo hizo la Candidatura Independiente Popular.

Para profundizar en el análisis de esta crisis que afecta a todo el continente latinoamericano, Sirel conversó con Bertha Cáceres, directiva del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y ex designada de la Candidatura Independiente Popular.

-Faltan poco más de dos semanas para las elecciones y sigue la táctica dilatoria de los poderes del Estado para no restituir al presidente Zelaya. ¿Cómo se está viviendo esta situación entre las filas de la Resistencia?
-Seguimos con las acciones, movilizaciones y actividades en todo el país, no sólo en Tegucigalpa, y esto es algo que debe ser tomado en cuenta por la conducción colegiada del Frente de Resistencia que está radicado en la capital. Hay una gran incertidumbre entre la población sobre el tema de la restitución del Presidente y esto ha generado un gran debate en las comunidades, contribuyendo al crecimiento político de la gente.

-La Candidatura Independiente decidió salir de la disyuntiva y se retiró del proceso electoral para ser consecuente con la posición antigolpista asumida en estos cuatro meses. ¿Qué sigue ahora?
-Hemos estado haciendo consultas en todo el país, hablando con la gente y pidiendo que expresara su opinión en vista de la participación al proceso electoral. La inmensa mayoría nos dijo que no podía haber participación sin la restauración previa del orden constitucional, que pasa por la restitución del presidente Zelaya.

También hicimos un análisis de las condiciones en que se desarrollarían las elecciones.

Tenemos una sociedad militarizada, un cerco mediático a favor de los candidatos golpistas, la participación de sectores religiosos fundamentalistas en la observación de las elecciones, la impunidad para los violadores de los derechos humanos, el involucramiento del Tribunal Supremo Electoral en el golpe y su participación a un fraude electoral que desde ya estamos denunciando.

Además, hemos consultado con la gente la disposición a participar en la construcción colectiva de un proyecto histórico de liberación como es la Asamblea Constituyente y la respuesta ha sido contundente.

Así que nuestra decisión de no participar desemboca ya en un proyecto que es más a mediano y largo plazo, y que comenzaría el próximo año, acumulando alrededor de la figura de Carlos H. Reyes todas estas fuerzas que han surgido a raíz de la Candidatura Independiente Popular.

-¿Hay conciencia entre la gente de los Departamentos del interior de lo que está ocurriendo en estos días en la capital?
-Las comunidades están buscando todas las formas posibles para mantenerse informadas y en este sentido las radios comunitarias están jugando un papel muy importante. Existe ya un llamado firme al desconocimiento de las elecciones y tienen también conciencia de que el pueblo tiene derecho a la autodefensa y que no puede seguir soportando la represión. Ya son muchos los episodios de hostigamiento con helicópteros con vuelos rasantes e incursiones de tropas militares. En algunos lugares la gente ha reaccionado y ha logrado expulsar a los policías y militares y la represalia ha provocado capturas ilegales y torturas. Lamentablemente nadie está hablando de lo que ocurre en las comunidades.

-¿De qué manera la firma del Acuerdo Tegucigalpa-San José afecta la agenda de la Resistencia?
-Aunque se trate de dos agendas distintas es evidente que la firma del acuerdo nos ha afectado, ya que existe una interacción entre el presidente Zelaya y la Resistencia.

El diálogo y el acuerdo han sido una estrategia de los Estados Unidos después de haber, de alguna manera, respaldado el Golpe. Y ahora quieren presentarse como los grandes estrategas, juntándose con los golpistas para debilitar a la Resistencia y cercenándole la posibilidad de expresarse directa e indirectamente a través de una Asamblea Constituyente.

Ya se sienten satisfechos y ahora tratan de obligar al resto de la comunidad internacional a aceptar y reconocer la farsa electoral y levantar las sanciones. En este sentido esperamos que el resto de los países sigan firmes, aunque ya hay señales que nos indican que no le están dando el justo protagonismo al elemento más activo de esta coyuntura, que es la Resistencia.

Nadie estaría hablando de Honduras si el pueblo en resistencia no hubiese luchado y sacrificado su vida por casi 140 días. El gran actor de toda esta historia es el pueblo hondureño y lo que debe prevalecer es su mandato.

-De ahora en adelante en la historia de Honduras va a haber un antes y un después del 28 de junio de 2009. ¿Qué ha cambiado en la sociedad hondureña?
-Desde el punto de vista de lo que ha significado el Golpe de Estado seguramente ha habido una gran involución, y todavía no tenemos la percepción de su impacto y de su costo para la sociedad.

Han suspendido proyectos, desviado fondos para programas sociales y para la resolución de los conflictos agrarios, han saqueado los fondos de la ALBA y están dando un gran espacio a los sectores religiosos fundamentalistas como el Opus Dei. Además, están fortaleciendo los cuerpos represivos e invirtiendo una gran cantidad de dinero para hacer lobby entre los políticos en Estados Unidos para que respalden al gobierno de facto.

Sin lugar a dudas nada va a ser lo mismo, sin embargo el pueblo ha despertado. Ha crecido su conciencia política, ha comenzado a mencionar con nombres y apellidos a los oligarcas, a los golpistas, y ha aprendido a darle un significado diferente a las palabras.

De ahora en adelante ningún político demagogo podrá ser creíble ante el pueblo al momento de usar palabras como ‘democracia’, ‘libertad’, ‘justicia’, ‘constitución’.

Desde este punto de vista, la involución que trajo el golpe ha sido contrabalanceada por el despertar del pueblo y la tarea es profundizar este avance, que es intensamente humano y que todavía no podemos dimensionar ni medir.

En este sentido, las elecciones del 29 de noviembre se van a enfrentar a un gran rechazo popular, porque a pesar del bombardeo mediático el pueblo sabe entender y decidir. Este pueblo va a dar sorpresas y hay que tenerle fe, intensificando el trabajo para que se desconozca esta farsa.

Fuente: http://www.rel-uita.org/internacional/honduras/con_bertha_caceres-4.htm