Dick Emanuelsson y Mirian Huezo son reporteros independientes. Su trabajo aparece en muchas publicaciones internacionales. Viven en Tegucigalpa y desde el 28 de junio del año pasado han estado reportando sobre la crisis provocada por el golpe militar en contra del Presidente Manuel Zelaya. En esta entrevista hablan sobre sus experiencias cubriendo las actividades del […]
Dick Emanuelsson y Mirian Huezo son reporteros independientes. Su trabajo aparece en muchas publicaciones internacionales. Viven en Tegucigalpa y desde el 28 de junio del año pasado han estado reportando sobre la crisis provocada por el golpe militar en contra del Presidente Manuel Zelaya.
En esta entrevista hablan sobre sus experiencias cubriendo las actividades del Frente Nacional de Resistencia y las secuelas de la constante y brutal represión del régimen golpista durante los últimos siete meses. También hablan de los riesgos que implica este trabajo comparando los acontecimientos en Honduras desde junio del año pasado con la situación en Colombia donde grupos paramilitares se encargan de eliminar la oposición popular al régimen de Álvaro Uribe.
* * *
Tortilla con sal: Dick y Mirian, me imagino que Ustedes han pasado muchas experiencias duras y hasta traumáticos. Pero quizás podríamos empezar por su impresión del impacto del golpe sobre la sociedad hondureña en general.
Dick Emanuelsson: Bueno, Toni, siempre es un placer estar contigo en esta parte tan hermosa de Nicaragua y poder compartir un poco sobre nuestras experiencias.
Es verdad que el impacto del golpe de estado militar del 28 de junio del 2009 ha sido realmente imborrable en la historia de Honduras. Los mismos hondureños dicen que no ha habido una lucha tan tenaz – quizá desde la época del colonialismo en la lucha contra los españoles colonialistas – como esta lucha de siete meses para resistir y para tumbar y combatir ese golpe de estado.
En este sentido ha dejado muchas experiencias y sobre todo ha despertado a un pueblo que, más que todo, estaba dormido, pero es un pueblo que ahora ha demostrado una capacidad de organización tremenda, y que ha adquirido durante estos meses realmente una conciencia política y social que yo sinceramente no pensé que tendría este pueblo. Y en tan corto tiempo.
El golpe no ha sido derrotado, pero los golpistas y los arquitectos del golpe en el Pentágono y los otros arquitectos de la derecha latinoamericana e internacional – entre ellos se encuentra José María Aznar – hicieron un cálculo muy malo porque lo que tienen hoy en día es un pueblo realmente en marcha todos los días en una u otra forma en la resistencia. Y por eso este golpe, aunque no ha sido derrotado, tampoco triunfó. Ellos solo ganaron una batalla, no ganaron la guerra, como dice el viejo dicho.
En ese sentido yo soy muy optimista por el pueblo hondureño. Están formando un movimiento político amplio. Antes era el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado ahora está convertido en el Frente Nacional de Resistencia Popular. Es decir ahí aglutina a muchos actores de esta resistencia.
Como decía la dirigente indígena y popular Betha Cáceres hace poco – este golpe de estado cambió toda la forma de vida del pueblo hondureño y de todos nosotros que estamos allá.
Este Frente Nacional de Resistencia tiene una diversidad tremenda. Por eso es muy fuerte porque es amplio. Y es muy consciente de lo que quiere en este momento. La primera tarea por supuesto es seguir luchando y resistiendo y combatir los efectos y las consecuencias del golpe de estado. Y la tarea práctica y concreta política es la lucha por una Asamblea Constituyente que pueda sacar en raíces los elementos que facilitó y posibilitó el golpe de estado del 28 de junio.
TCS: Mirian, Usted es Hondureña y ha sido muy activa en el movimiento de mujeres en Honduras en los años anteriores en su trabajo en el campo de la educación popular y otras actividades. Para Usted como reportera cubriendo las secuelas del golpe ¿Usted ve algún despertar en las mujeres hondureñas o en el movimiento de la mujer en Honduras? ¿Es diferente ahora?
Mirian Huezo: Yo digo que sí. Es que realmente desde el primer día del golpe hubo una represión fuerte. Porque los golpistas montaron el golpe por la cuestión de la cuarta urna – que fue para que el pueblo decidiera si querría una cuarta urna en el momento de las elecciones presidenciales.
En los días antes del golpe se dio la suspensión de las urnas. Eso fue importante porque cuando se decidió decomisar todas las urnas para la dicha cuarta urna – que al final nunca se dio porque el mismo 28 de junio dieron el golpe de estado – entonces ahí realmente se comenzó a ver la unión de la gente y la indignación y el coraje. Porque era algo tan sencillo, una pregunta, la oportunidad para que el pueblo se expresara, la libertad de decir «púchica, algún día las cosas en Honduras pueden cambiar.» Entonces eso fue un precedente.
Y cuatro días más tarde se dio el golpe de estado. Ahí la gente se levantó con mucha más indignación y se comenzó a dar cuenta de que la lucha comenzaba y que esa lucha solo se ganaba en las calles.
Desde el principio, y a pesar de la represión de la policía, las mujeres siempre han sido la parte más fuerte de la resistencia además de que siempre son más, tantas jóvenes como mujeres adultas y de muchas diferentes organizaciones que aglutina el movimiento.
Pero ahí podemos ver, como decía mi compañero Dick, la diversidad que tiene la resistencia y la capacidad de protestar de una manera pacífica a pesar de la represión tan fuerte que han recibido de parte de la policía preventiva y por parte del ejército de Honduras.
Entonces se ve que es una lucha consecuente y que cada vez entre más represión la gente pierde el miedo. Porque uno como reportero piensa, mañana – porque la lucha se ha mantenido, constantemente, a diario – mañana no va a haber tanta gente por la cachimbeada que le dieron a toda la gente ayer y por los gases que eran terribles.
Y ellos utilizan todo tipo de gases sin ninguna supervisión de ninguna entidad de las Naciones Unidas ni de nadie para saber qué tipo de gases están utilizando. Pero sin embargo, el siguiente día hay más gente.
Y es una diversidad increíble. Van padres con sus hijos, mujeres embarazadas, vendedores, grupos de artistas, homosexuales, lesbianas. Bueno una diversidad increíble.
Es impresionante que cuando uno se acerque para preguntarle a la gente por qué está ahí no tienen miedo de responder y dicen «no, yo no estoy aquí porque me paguen, yo estoy aquí porque yo creo que Honduras puede ser un país diferente.»
Y es que, aunque la lucha empieza, aunque apenas comenzamos a organizarnos – porque dicen que los hondureños siempre hemos sido personas que nos hemos quedado calladas, que no hacemos nada, que no somos violentas – pero la realidad es que no nos gustan las injusticias que hicieron con un presidente que realmente ha generado una gran simpatía. Como dicen los cartalones – «Mel, el único líder» – porque fue Mel que se encargó de abrirle los ojos al pueblo hondureño y de demostrarle quién realmente tiene el poder en ese país – la oligarquía que realmente no quieren nada de bueno para el pueblo. Y es el pueblo el que lucha y el que mantiene el país. Y es al pueblo que ellos explotan.
TcS: ¿Hasta qué punto creen Ustedes que las estructuras de la vida política en Honduras han cambiado para siempre?
DE: Es difícil predecir, o decir a tal grado ha cambiado. Pero sí ha dejado, como tu dices, secuelas muy profundas en la sociedad hondureño. Honduras no va a volver a ser igual a como fue antes del 28 de junio. Eso es obvio para todos.
Pero también depende de la correlación de fuerzas – de si el Frente Nacional de Resistencia Popular puede convertirse en una verdadera alternativa de poder, de gobierno. Entonces allí, sí, todo va a cambiar. Esperamos que sí.
Pero es una tarea del pueblo hondureño. Como periodista, como reportero, nuestra tarea es cubrir, es tratar de transmitir tanto lo que sucede políticamente orgánicamente, y además transmitir el olor, el sabor, los sentimientos, la pena, la alegría, la felicidad de un pueblo que está en lucha.
Y toda esa lucha tiene diferentes formas. Lo que no se ha visto en las múltiples formas de lucha en Honduras es la lucha armada. Porque la resistencia desde el primer día ha dicho – este es una lucha pacífica. Y la sigue siendo aunque han sido asesinado, según las organismos de derechos humanos, ya más de 150 hondureños directamente relacionados con la lucha de la resistencia. Más de 4,000 han sido detenidos. Centenares han sido torturados en los cárceles o en las comisarías.
Sin duda, Honduras no es igual que antes del 28 de junio. Y en ese sentido seguramente habrá cambios.
El nuevo Presidente Porfirio «Pepe» Lobo ha dicho que van a haber diferentes cambios. Pero, bien, es un típico hombre de derecha que hoy en día habla tanto de paz y amor y de reconciliación entre la familia hondureña. Pero es el mismo lenguaje de la ultra derecha en Chile que ya ganó la presidencia. Es el mismo lenguaje de Uribe. Es el mismo lenguaje de Martinelli en Panamá. El mismo hablar del continente Europeo.
En mi propio país – Suecia – donde el partido de derecha, que tanto odio de clase tiene para la clase obrera, el movimiento popular, el pueblo en general, ha dicho que en las elecciones del 2005 que ellos eran el partido obrero. Ellos llenaron un vacío político como algunos derechistas en América Latina han hecho. En el caso de Pepe Lobo – el movimiento popular hondureño no le cree en nada.
Para Pepe Lobo fue muy fácil ganar las elecciones a raíz de que el candidato oficial del Partido Liberal al cual pertenecía, o pertenece el Presidente Zelaya, ese candidato, Elvin Santos, fue cómplice del golpe de estado. Él nunca condenó el golpe. Al contrario, hizo su juego al igual que Pepe Lobo.
De esa forma ellos avalaron el golpe de estado y entonces la base liberal decía que Santos era un traidor y una gran parte de liberales no fue a votar en las elecciones de noviembre pasado que fueron arregladas y organizadas bajo las bayonetas del ejército y las fuerzas militares. Entonces fue fácil para Pepe Lobo ganar esas elecciones, elecciones que son la extensión del golpe de estado del pasado 28 de junio.
TcS: Mirian, ¿Usted puede hablar un poco sobre sus experiencias como reportera durante los últimos meses? Yo sé que estaba bastante afectada por los gases lagrimógenas. ¿Puede darnos una idea de como fue para Usted y para la mayoría de la gente que eran víctimas de ese tipo de represión en las manifestaciones diarias que se dieron en el período después de junio?
MH: Pues, para mí como reportera fue algo que me impresionó mucho. Me impresionó mucho por el nivel de abuso y de represión hacía los medios de comunicación que tenía la policía y el ejército simplemente por el hecho de estar transmitiendo las cosas que realmente estaban pasando en Honduras. La represión de ellos hacía los medios de comunicación estaba bastante fuerte.
Incluso COFADEH [el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras] levantó creo que eran 25 denuncias sobre casos de periodistas internacionales que habían sido reprimidos e instigados por parte de la policía por haber cubierto lo que estaba pasando. Porque a nivel de los medios nacionales no estaban transmitiendo nada.
Entonces eso era como un odio precisamente hacía los medios de comunicación tanto a los que transmitíamos lo que estaba pasando como a la gente que brindaba entrevistas acerca de lo que estaba sucediendo y sobre como ellos se sentían. Era un odio hacía los que seguían de lleno los eventos incluso bajo los gases lagrimógenos, bajo el sol, el agua, bajo los toletos muchas veces, bajo el riesgo de que te quiebren la cámara. E incluso diciéndote cosas indignantes, sobre todo como mujer.
Por ejemplo, una vez que estábamos cubriendo la marcha de Los Blancos nos hostigaron de una manera …
TcS: Los Blancos son los que apoyan a los golpistas, ¿verdad?
MH: Sí, los que apoyan a los golpistas, precisamente. Entonces nosotros cubrimos la marcha para tener las dos panoramas, la de la resistencia y la de la gente que apoyaba al golpe. Y ahí nos tomaron los nombres y comenzaron a seguirnos. A seguirnos pero descaradamente. Y llamaron todavía a las emisoras nacionales para decir que nosotros estábamos allí y que éramos periodistas de la Resistencia.
Y además de eso cuando nosotros íbamos saliendo había un cargo de energía negativa terrible ahí. Yo me sentí acosada. En determinado momento cuando nosotros íbamos a cruzar la valla del ejército venían unos tipos detrás de nosotros. Y uno dijo «¿ya viste esa perra que va ahí?» Se refería a mí. «Qué anda haciendo acá? A esa puta la vamos a matar.» Cosas así. Yo me sentí horrible.
Y entonces yo pregunté a una señora en un momento – «Bueno, ¿y es prohibido cubrir las marchas de Ustedes? ¿Es prohibido que periodistas de medios internacionales cubramos lo que está pasando?»
«No,» me dijo, «Ustedes pueden hacer todas las entrevistas que Ustedes quieran.»
«Pero no parece,» le dije, «porque el señor ahí en frente de Usted nos está denunciando.»
Era una señora de mucho lujo, de ropa carísima, con su sombrero. Parecía que andaba en la playa. Totalmente rosadita. Todo un contraste de lo que es realmente el pueblo hondureño.
TcS: ¿Ustedes creen que es posible hacer un trabajo independiente en Honduras, o que uno termina por fuerza alineándose con un lado o con el otro?
DE: Bueno. Hay que decir, como principio, que no hay un solo periodista en el mundo que sea neutral. Él que dice que es neutral es un hipócrita.
Yo, claro, en toda mi vida nunca he escondido el hecho de que yo tengo mis ideas de izquierda. Yo soy de la clase obrera sueca. Mi papá fue obrero toda la vida. Era comunista. Yo fui también miembro del partido comunista. Desde el año 90 no pertenezco a ningún partido. Pero, claro, yo tengo todos mis principios porque soy un producto de la misma clase obrera.
Fui obrero metalúrgico muchos años. Tenía una formación político-sindical. Viví una lucha en colectivo. Sabía que significa la unidad como factor elemental para tener una victoria, un éxito para el colectivo.
En ese sentido nunca hemos ocultado de que nosotros sí somos de una u otra forma partícipes de ese gran movimiento, no solo en Honduras, sino en toda América Latina donde hay un proceso político sumamente interesante donde los pueblos realmente se levantan y por supuesto, a veces se encuentran con derrotas, pero son derrotas temporales como en el caso hondureño.
Pero nosotros no tomamos parte de nuestro trabajo como tal. Como decía el Che – los revolucionarios no tenemos miedo de la verdad. Y nosotros no tenemos miedo de la realidad de lo que pasa en Honduras. Aunque a veces es muy dolorosa para mucha gente, sobre todo para los víctimas. Ya hay tantas familias que tienen sus casos de tragedias de los asesinatos, los torturados, los encarcelados, etcetera. Pero son derrotas temporales como te decía, son transitorias para poder llegar más allá.
En ese sentido nosotros, como decía Mirian, fuimos a cubrir la marcha de Los Blancos. Y cuando estábamos entrevistando a un ex gobernador, una mujer, del departamento de Francisco Morazán, entonces inmediatamente allí al lado vienen unos tipos y miran nuestros credenciales que dice prensa internacional, dice nuestros nombres, correo electrónico, número de teléfono y los medios que representamos.
Entonces, inmediatamente agarra el celular y llama quién sabe a donde. Pero me imagino que fue a los organismos de seguridad para chequear los nombres nuestros en su base de datos.
Este trabajo tiene sus riesgos, pero hay que hacerlo porque los grandes medios de comunicación no se encuentran en las marchas de la Resistencia. No se encontraron ningunos medios grandes cubriendo la situación en una colonia pobre donde hubo toque de queda durante 38 horas y donde el ejército y la policía entraron disparando en forma indiscriminada a la población civil desarmada, matando e hiriendo mucha gente.
Entonces a los comunicadores sociales que realmente defendemos los principios, la ética de un periodismo objetivo, ahí nos toca estar. Este trabajo tiene sus riesgos, pero hay que hacerlo porque los grandes medios de comunicación no se encuentran en las marchas de la Resistencia. No se encontraron ningunos medios grandes cubriendo la situación en una colonia pobre donde hubo toque de queda durante 38 horas y donde el ejército y la policía entraron disparando en forma indiscriminada a la población civil desarmada, matando e hiriendo mucha gente.
Entonces a los comunicadores sociales que realmente defendemos los principios, la ética de un periodismo objetivo, ahí nos toca estar.
TcS: Han habido muchas amenazas e incluso han habido asesinatos de periodistas que han intentado cubrir la verdad de la situación en Honduras. Usted, Mirian, ¿cómo ve la situación de los periodistas que verdaderamente quieren reportar lo que está pasando y no lo que conviene a los redactores de los medios corporativos? Si alguien verdaderamente está haciendo un trabajo independiente, ¿qué tan graves, o qué tan serios son los riesgos?
MH: Pues los riesgos son bastantes. Y para asumir esos riesgos hay que estar bien conscientes sobre el papel que debe cumplir un medio independiente. Sobre todo si va a hablar contrario a las cosas que les son agradables a los golpistas.
Pero sin embargo, hay muchos que sí dicen esas cosas, por ejemplo la Radio Globo, donde trabajan periodistas que realmente se han comprometido a transmitir lo que el pueblo quiere decir. Son la válvula de escape para este pueblo en resistencia que ha sufrido mucho y que seguirá sufriendo porque la represión sigue, y no solo es en las calles.
TcS: Entonces eso implica que para periodistas como los de Radio Progreso, Cholosat Sur, Radio Globo, El Libertador, la gente de Común Noticias que tiene su sitio web Honduras Laboral, toda esa gente, y Ustedes por supuesto, como individuos, ¿todo esa gente está corriendo bastante peligro por querer reportar la verdad?
MH: Se puede decir que sí.
TcS: En su caso Dick, Usted tiene bastante experiencia de la situación en Colombia, ¿es posible hacer una comparación entre lo que Usted vivió ahí como periodista y lo que está viviendo ahora en Honduras?
DE: Sí, definitivamente. La modalidad de la guerra sucia que comenzó con el golpe de Estado es casi idéntica, aunque por supuesto en menor escala en Honduras que en Colombia – los escuadrones de la muerte, los grupos de sicarios, los diferentes grupos paramilitares que surgieron en Honduras después del golpe de estado y que han estado cometiendo barbaridades – degollan sus víctimas, se encuentra cadáveres sin cabezas, o se encuentra la cabeza pero no el cadáver.
El periodista César Silva, que ha estado cubriendo las actividades de la resistencia, y quien incluso ha sido víctima en varias manifestaciones populares. Él fue secuestrado, bajado de un taxi, llevado en una camioneta blanca sin placas con vidrios oscuros, con gente encapuchada. Fue torturado durante 24 horas.
Sabían de sus diferentes fotos que incluso, fotos de … no me acuerdo el nombre del muchacho que fue asesinado el 23 de diciembre. Entraron a su cuarto y fue, prácticamente ahorcado por sus autores. Hay muchos casos de ese tipo.
Soltaron a ese Silva … pero es que sabían de carpetas con fotos y todo que él había sacado.
Es una modalidad muy parecida a la que aparece en Colombia. Y no es para nada que el Vice-Presidente de Colombia, Francisco Santos, estuvo recientemente en Honduras. Hay una ofensiva de parte del régimen de Uribe de intensificar toda su guerra en el exterior contra todos los exiliados colombianos que viven en el exterior y que no aceptan ese terrorismo de estado que ejerce el régimen de Uribe contra su propio pueblo.
No me cabe ninguna duda que han pasado muchos datos sobre toda la gente que vive en Honduras que no está contenta con el régimen de Uribe, e incluso de los periodistas internacionales que viven en Honduras o en otros países también. Seguramente Francisco Santos estaba entregando varios expedientes que poseen la inteligencia militar colombiana y los organismos de seguridad colombiana a las autoridades hondureños.
A mí no me cabe absolutamente ninguna duda sobre eso porque ellos están muy contentos hoy de que hay una red de gobierno de extrema derecha desde Honduras hasta Patagonia, hasta Chile – en Honduras, en Panamá, en Colombia, en el Perú y en Chile. Con la excepción de Ecuador, casi toda la costa pacífica está bajo el liderazgo de Uribe con una corriente de extrema derecha latinoamericana.
Y ¿al servicio de quién? Pues, nosotros que tenemos algo de experiencia de la historia de este continente sabemos perfectamente bien que el Pentágono y la CIA de una u otra forma están trabajando como los arquitectos políticos para contrarrestar ese movimiento de los pueblos, ese proceso político que comenzó hace diez años con la victoria de Hugo Chávez Frias en Venezuela.
Esa victoria ha significado la creación del campo del ALBA, los países del ALBA que están totalmente independiente del amo del norte. Ha significando la creación de UNASUR, MERCOSUR. Es decir América Latina tratando de caminar con sus propias patas. La región está creando sus propios bancos – Banco del Sur, Banco del ALBA – y tantos diferentes proyectos políticos, sociales y económicos, que por supuesto al imperio norteamericano no le caen nada bien.
TcS: ¿Ustedes dos piensan que el golpe de estado en Honduras va a quedar como un logro más de ese intento de recuperar la influencia de los Estados Unidos y sus aliados en América Latina? O ¿piensan que al final el pueblo hondureños podría lograr revertir los efectos del golpe?
DE: Yo creo que sí. Tarde o temprano el pueblo hondureño va a lograr revertir el golpe. Aunque es bastante complicado porque el enemigo es poderosísimo. Acuérdese que en Honduras está la base de aviación más importante de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, la base Palmerola.
El Presidente Zelaya dijo «muchas gracias por su tiempo acá pero empaque sus maletas y Adiós.» Eso lo dijo después del terrible accidente que ocurrió con un avión del aerolínea Taca en el aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa – el séptimo aeropuerto más peligroso del mundo. Entonces esa decisión de Zelaya, claro, no cayó nada bien.
John Negroponte, que era el embajador estadounidense en Honduras en los años ’80s cuando se militarizó toda la sociedad hondureña. En esa época las fuerzas militares aumentaron su presupuesto anual desde como US$7 millones a US$77 millones en un lapso de solamente tres años que fue el lapso de tiempo cuando Negroponte estuvo allá.
Negroponte llegó a Honduras una semana después de que Zelaya había tomado esa decisión de decirles a los gringos que se fueran de la base Palmerola, creo que fue en mayo del 2008. Y después llegó otra vez una semana antes del golpe de Estado en contra de Zelaya, y también una semana después.
Así que para nosotros no hay ninguna duda de que los gringos están detrás del golpe de Estado. Para el pueblo hondureño es una cosa totalmente obvia. Incluso por el juego sucio, el juego doble, que ha estado jugando la administración de Obama y Hillary Clinton desde el primer día del golpe de estado. Y no solo desde el primer día sino desde las semanas antes cuando toda esa gente incluyendo el Embajador Hugo Llorens en Tegucigalpa se reunió como cuatro o cinco veces con los meros golpistas antes del golpe de estado. Es obvio.
Y además el avión que sacó al Presidente Zelaya del país no salió hacía el sur de Tegucigalpa. No salió hacía Costa Rica. Se fue hacía el norte, se fue 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa a la base Palmerola. Allí aterrizó y allí estuvo. No sé cuánto tiempo pero unos 15 o 20 minutos seguramente para recibir los órdenes de dónde iban. Entonces de allí salió el avión hacía Costa Rica, que quiere decir al sur.
TcS: Bueno, muchísimas gracias Dick y Mirian y espero que se cuidan en el futuro. Mi respeto para los dos. Gracias por su tiempo.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.