El golpe de Estado en Honduras, además de mantener el país en un estado de fragilidad y dejarlo aislado internacionalmente, ha generado también una situación extremadamente preocupante en cuanto a los derechos humanos. Según el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), más de 4.000 casos de violaciones de los derechos humanos fueron […]
El golpe de Estado en Honduras, además de mantener el país en un estado de fragilidad y dejarlo aislado internacionalmente, ha generado también una situación extremadamente preocupante en cuanto a los derechos humanos.
Según el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), más de 4.000 casos de violaciones de los derechos humanos fueron registrados desde el inicio del golpe, incluyendo a por lo menos 30 asesinatos de activistas de la Resistencia, denunciados ante la CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos) y la CIP (Corte Penal Internacional).
El Comité de Presos Perseguidos y Exiliados Políticos, plataforma que reune a diferentes organizaciones de derechos humanos hondureñas, afirmó recientemente en conferencia de prensa que existirían más de treinta personas que «fueron obligadas a salir del país debido a las amenazas a muerte, los intentos de secuestros y atentados contra su integridad física».
Para analizar esta difícil situación, Opera Mundi conversó con Gilberto Ríos, Secretario de Formación Política de Los Necios, organización ligada al FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular), quien tuvo que abandonar su país por temor a su vida y pidió omitir su ubicación por razones de seguridad.
– Diferentes organizaciones de derechos humanos han denunciado que varias personas tuvieron que abandonar el país por la represión. ¿Es cierto eso?
– Como parte del golpe, son muchos los dirigentes de todos los niveles de la Resistencia que, a raíz de las amenazas y las intimidaciones, tuvieron que tomar fuertes medidas de seguirdad en las propias ciudades donde viven, aunque ya tenemos conocimiento de por lo menos cuarenta miembros activos que tuvieron que dejar Honduras porque su vida estaba en peligro.
– ¿Qué tipo de represión existe en este momento?
– Hay una gama que comprende amenazas a través de llamadas telefónica, secuestro, golpes y tortura, y hasta el asesinato. Con respecto a los años 80, cuándo vivimos una temporada de terror como parte de la doctrina de la Seguridad Nacional, apoyada por el entonces embajador norteamericano John Dimitri Negroponte, ahora los órganos represivos ligados al Estado no atacan sobre todo a los dirigentes más importantes, sino a miembros de la base y a los cuadros intermedios de la Resistencia.
Una verdadera represión selectiva con el objetivo de crear terror entre la población.
– ¿Qué tipo de ayuda reciben los exiliados?
– La Resistencia no tiene la capacidad para apoyar a todas estas personas. No obstante, los movimientos sociales y las organizaciones solidarias con la lucha de la Resistencia en el exterior les están dando su apoyo en esta difícil situación.
– ¿Cuál es la importancia internacional de la resistencia?
– Hicimos un trabajo muy fuerte para configurar un frente internacional de resistencia, cuyos objetivos son romper el cerco mediático, informar sobre lo que ocurre en el país, manifestarse a favor de otras causas y luchas de los pueblos a nivel mundial y también encontrar los mecanismos para ayudar a la población que necesita abandonar el país.
– Se habla poco sobre los derechos humanos en Honduras. ¿Qué otros mecanismos de información existen?
– Por lo general los grandes medios están controlados por corporaciones y en el caso de Honduras, el 98 por ciento está en manos de tres familias. No obstante, hay que reconocer el gran trabajo que hacen las redes de información alternativa. Hemos aprendido a romper este cerco y es importante que cada persona que entre en resistencia, en Honduras o en el exterior, asuma este papel de multiplicar y retransmitir las informaciones a nivel mundial.
Fuente: http://www.operamundi.com.br/