Compañeros y compañeras Partido Libertad y Refundación Pueblo de Honduras Pueblos del Mundo Hoy se cumplen cinco meses desde que me fueron impuestas arbitrarias medidas cautelares que me mantienen privado de libertad, y que, además, amenazan con ser el argumento para mi traslado súbito a la penitenciaría nacional, donde nadie es capaz de garantizar mi […]
Compañeros y compañeras
Partido Libertad y Refundación
Pueblo de Honduras
Pueblos del Mundo
Hoy se cumplen cinco meses desde que me fueron impuestas arbitrarias medidas cautelares que me mantienen privado de libertad, y que, además, amenazan con ser el argumento para mi traslado súbito a la penitenciaría nacional, donde nadie es capaz de garantizar mi vida. Desde la última vez que escribí, sucedieron muchas cosas, pero el sistema que me avasalla con sus descabellados argumentos sigue vigente, determinado e impune. Puedo afirmar que las cosas, tanto para mí, como para mi familia y para mi pueblo se han deteriorado muchísimo en los últimos treinta días.
A pesar de nuestros constantes llamados al cumplimiento del Acuerdo de Reconciliación Nacional, suscrito en Cartagena en mayo anterior, diversos voceros del gobierno se burlan una y otra vez de la voluntad de nuestro pueblo de darle una oportunidad a la paz y al dialogo. No entendemos si el presidente Lobo Sosa, ignora las declaraciones de funcionarios judiciales, del Ministerio Público, del Congreso Nacional, y otras instituciones. Lo cierto es que estamos convencidos de que es tiempo de que el presidente Lobo Sosa aclare públicamente si este Acuerdo es solo una expresión personal de buena voluntad, o fue suscrito por el Presidente de Honduras. Aquí queda una tarea para los periodistas acuciosos y responsables de nuestra patria, yo no puedo hacer la pregunta desde mi prisión.
El Coordinador General del Frente Nacional de Resistencia Popular, hizo llegar una misiva al Presidente Lobo Sosa hace casi dos meses; en ella se volvía a plantear un llamado al dialogo verdadero y franco para reconciliar la familia hondureña. Ninguna respuesta salió de la Casa de Gobierno, ni siquiera se escuchó referencia a la misma en ninguna de las intervenciones del jefe de Gobierno. Nos preguntamos entonces, si su constante discurso de respeto a los derechos humanos no es más que palabrería para llenar huecos en sus alocuciones públicas. Esta es otra tarea para quienes alguna vez tienen la oportunidad de ser escuchados por el señor presidente.
A pesar de todo el cumulo de absurdos a los que nos enfrentamos día a día, hemos seguido el camino de la construcción de una alternativa de poder para el pueblo, que ante el juego letal de la oligarquía, condena desde ya a muerte al bipartidismo, compuesto por partidos tradicionales que hicieron de la miseria y el dolor de las mayorías una constante histórica. Me siento orgulloso de ser parte de este momento en la historia de Honduras, y, en medio del sacrificio de cientos y de miles de hombres y mujeres libres, yo aporto un grano de arena, aun cargando el difícil peso del cautiverio y la incertidumbre que se cierne contra mi integridad física. Me llena un sentido de agradecimiento con la vida, por dejarme ser parte de esta gesta de nuestro pueblo que muchos, incluso su clase política,creyeron condenado para siempre a la oscuridad y a la esclavitud; por ser parte de tantos seres humanos que hoy iluminan con su convicción revolucionaria la senda hacia la libertad.
Nuestro partido Libertad y Refundación LIBRE, verdadero partido del pueblo, se yergue victorioso, sorteando los valladares que le separan del poder de la república, paso fundamental para impulsar la refundación de Honduras;proceso del que soy parte con disciplina y entusiasmo, cumpliendo mis deberes desde la reclusión que nos quita movilidad, pero que ni limita nuestras facultades, ni cercena nuestros principios y convicciones. Si la idea es humillarnos para que demos la espalda al proceso revolucionario que vive nuestra tierra, fallaron, han fallado cada uno de los ciento cincuenta días que me han retenido ilegalmente, ya deberían entender que los procesos históricos no los detienen ni los caprichos ni los intereses mezquinos de unos cuantos, y que su única salida digna es dejar que me defienda en libertad, bajo la presunción de inocencia que indican las leyes de nuestro país.
Como todo ser humano temo perder la vida por la mano ensangrentada de una clase dominante obsoleta, agotada y derrotada; pero mi temor esta en dejar mi familia, porque entiendo el dolor que produce la pérdida de un ser querido, de ningún modo temo sacrificar mi existencia por el triunfo de nuestra lucha. Sé que cualquier atrocidad de este tipo que se le ocurriera a uno de los cientos de sicarios que pululan en todas las instituciones del Estado a partir del golpe de Estado de junio de 2009, solamente será un elemento detonante de una situación inestable e insostenible. Lo admita el gobierno de Porfirio Lobo Sosa o no, lo acepte el Estado y sus mal llamados operadores de justicia, yo soy un prisionero político; mi delito esta en mi consciencia, en oponerme a seguir el juego de los que mancharon todo sentido de decencia que haya tenido alguna vez en nuestra Honduras.
Hoy estoy más firme que nunca, mi espíritu más LIBRE que nunca, convencido de que en HONDURAS LA REVOLUCION ES INEVITABLE; y de que nuestro pueblo ha iniciado su marcha a la libertad y ya nada lo detendrá. Hagan lo que hagan, no nos detendrán, y cada día que pasa mi prisión los condena más a ellos y nos absuelve a nosotros.
¡Hasta la victoria siempre!
Enrique Flores Lanza. Miembro Comisión Política del Frente Nacional de Resistencia Popular. Partido Libertad y Refundación
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.