El Gobierno prevé decretar estado de calamidad pública debido al problema de hambruna que sufre el país centroamericano La hambruna que sufre Guatemala suma, hasta el momento, 54.000 familias afectadas y 25 niños muertos, debido a la escasez de alimentos provocada por una prolongada sequía y la crisis económica, según el Gobierno y las Naciones […]
El Gobierno prevé decretar estado de calamidad pública debido al problema de hambruna que sufre el país centroamericano
La hambruna que sufre Guatemala suma, hasta el momento, 54.000 familias afectadas y 25 niños muertos, debido a la escasez de alimentos provocada por una prolongada sequía y la crisis económica, según el Gobierno y las Naciones Unidas.
Para encarar la crisis alimentaria, el presidente Álvaro Colom analiza decretar un estado de calamidad pública por la hambruna, lo que permitirá al Estado asignar recursos para la compra de insumos y víveres sin licitación.
Desde Guatemala, el representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Willem van Milink, confirmó que en el país centroamericano el 49% de 2,5 millones de niños menores de cinco años padece de desnutrición crónica, uno de los índices más altos del mundo y el primero en Latinoamérica.
El funcionario también destacó que el costo anual del país por desnutrición crónica es de 11,4% Producto Interno Bruto (PIB), que equivale a 3.700 millones anuales.
Datos proporcionados por el propio Mandatario guatemalteco indican que el hambre ya afecta a más de 50.000 familias y podría arrastrar a otras 400.000 antes de que termine este año.
El Presidente calificó la situación como una tragedia de dimensión «histórica», dado que el 51% de los 13 millones de habitantes pobres del país sufre las consecuencias de la escasez de alimentos.
Por ello, el Gobierno de Álvaro Colom decretará un estado de excepción con el objetivo de paliar la crisis que afecta a cientos de comunidades, principalmente en los siete departamentos que integran el llamado «Corredor seco», ubicado en el este del país, informó la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia.
Un estudio de la Secretaría Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Sesan), presentado el 16 de agosto, indica que el número de comunidades en peligro de hambre se elevó en 113% en los últimos tres meses, pasando de 1.901 en mayo a 4.059 a principios de agosto.
El Gobierno guatemalteco destinará 7,4 millones de dólares y promueve ante la comunidad internacional el desembolso de mayores recursos económicos para encarar la emergencia.
El delegado adjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Guatemala, Iván Yerovi, señaló a El Telégrafo que la situación de crisis alimentaria en el país es cíclica, pero «lastimosamente este año se ha agravado debido a la sequía que ha causado la pérdida de grandes extensiones de producción de varios cultivos».
El funcionario señaló que en el departamento de Jalapa, donde en los últimos meses han fallecido 25 niños a causa de la desnutrición crónica, se registra el mayor número de casos de menores y familias afectadas por la falta de alimentos.
Ante esto, Yerovi responsabilizó al Gobierno de tomar acciones tardías, pues mencionó que en el mes de julio la Secretaría Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutrición generó un reporte donde se alertaba sobre la crítica situación.
No obstante, señaló que el Gobierno ha adoptado las medidas pertinentes y que trabaja junto con los organismos de ayuda internacional para distribuir alimentos y fórmulas lácteas para los niños en los hospitales.
El embajador de Estados Unidos, Stephen McFarland, manifestó recientemente que el gobernante explicó al cuerpo diplomático «las bases estructurales del problema de desnutrición», pero que su país necesita que Guatemala declare la emergencia para activar la asistencia lo antes posible.
De acuerdo con el diplomático, normalmente los países donantes esperan una declaración de emergencia para estimular y aumentar los recursos a un país. Esa apreciación fue compartida por representantes de Suecia y de la Unión Europea, que han comprometido su ayuda.