El pasado 29 de junio, el Juzgado de Letras de Tegucigalpa dictó sentencia a favor de cientos de familias que integran el Movimiento Auténtico Reivindicador del Aguán (MARCA), restituyéndoles el derecho de propiedad sobre casi 1,800 hectáreas de tierra que venían reclamando desde hace 18 años. De esa manera se reconoció la ilegalidad de la […]
El pasado 29 de junio, el Juzgado de Letras de Tegucigalpa dictó sentencia a favor de cientos de familias que integran el Movimiento Auténtico Reivindicador del Aguán (MARCA), restituyéndoles el derecho de propiedad sobre casi 1,800 hectáreas de tierra que venían reclamando desde hace 18 años. De esa manera se reconoció la ilegalidad de la adquisición de estas tierras por parte de los terratenientes y productores palmeros Miguel Facussé Barjum y René Morales Carazo.
La histórica sentencia, que sienta un importante precedente para todas las organizaciones campesinas del Bajo Aguán que luchan por tener acceso a la tierra, permitió al MARCA entrar nuevamente en posesión de las fincas San Isidro, La Trinidad y El Despertar.
Según explica un comunicado de FIAN Honduras, los integrantes del MARCA fueron despojados de sus tierras en 1994 cuando, en el contexto de la Ley de Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola, se presionó a los campesinos para que las vendieran. Junto con las demás organizaciones campesinas del Bajo Aguán, el MARCA continuó denunciando el atropello sufrido y luchando para que se les reconocieran sus derechos sobre casi dos mil hectáreas de tierra, lo cual generó una persecución contra sus dirigentes y afiliados.
Para las organizaciones y redes internacionales que conformaron la Comisión Internacional de Verificación de los derechos humanos en el Bajo Aguán y que en mayo pasado convocaron a una Audiencia Pública, en los últimos dos años y medio han sido 48 los campesinos organizados asesinados en esta zona, 9 de los cuales afiliados al MARCA¹.
«Llegamos con nuestro abogado y con el juez ejecutor, escoltados por las fuerzas de seguridad del Estado y tomamos posesión de las tres fincas. Después de 18 años se nos está haciendo justicia. Estamos recuperando lo que es nuestro y que nos fue arrebatado con el engaño», explicó a Sirel, Rafael Bulnes, presidente de la finca San Isidro.
Bulnes dijo que alrededor de unas 350 familias podrán gozar ahora de una mayor estabilidad y seguridad. «Es algo increíble, difícil de explicar y es el resultado de tantos años de lucha y sangre derramada. No podemos olvidar los tantos desalojos que sufrimos, ni a los compañeros asesinados. Vamos a seguir exigiendo que se haga justicia y se castiguen a los responsables», aseveró el dirigente campesino.
Pese al histórico logro alcanzado, el hostigamiento contra los campesinos no cesa. Julián Hernández, presidente de la finca La Trinidad, denunció que el mismo día de la toma de posesión de la tierra, llegó a su casa una camioneta con a bordo varias personas en uniforme militar, dos de ellas encapuchadas. «Pasaron cuatro veces frente a mi casa y se estacionaron mirando hacia mi. No dijeron nada pero fue evidente el mensaje de amenaza que quisieron lanzarme», dijo Hernández.
Esta sentencia, además de sentar un importante precedente, despierta nuevas esperanzas para las demás organizaciones campesinas que, en el Bajo Aguán, siguen luchando por sus derechos violados. «Hemos demostrado que estábamos luchando por algo justo, por algo que sí era nuestro. Ahora se abre una gran esperanza para el resto de organizaciones y familias campesinas del Bajo Aguán», concluyó Bulnes.
Nota:
¹ Secundino Fuentes Paz, Henry Roney Diaz Pineda, Joel Santamaria, Genaro Acosta, Guillermo Recinos Aguilar, Olvin Omar Gallegos, José Luis Lemus Ramos, Catalino López y Secundino Ruiz Vallecillo.
Fuente: http://nicaraguaymasespanol.