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Entrevista a Leticia Salomón, directora de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras

«La comunidad internacional debe dar un paso definitivo para resolver la crisis hondureña»

Fuentes: El Clarín de Chile

En entrevista telefónica desde Tegucigalpa, la catedrática Leticia Salomón denuncia: «El panorama es sombrío, hay amenazas de suspensión total de la energía eléctrica y la intencionalidad de los golpistas por entrar a la embajada de Brasil. Lo anterior se compensa por las noticias de que el pueblo continúa desafiando el toque de queda y en […]

En entrevista telefónica desde Tegucigalpa, la catedrática Leticia Salomón denuncia: «El panorama es sombrío, hay amenazas de suspensión total de la energía eléctrica y la intencionalidad de los golpistas por entrar a la embajada de Brasil. Lo anterior se compensa por las noticias de que el pueblo continúa desafiando el toque de queda y en varias colonias populares de la capital, la resistencia está marchando a pie y motorizada y resisten el intento de desalojo de policías y militares»

La economista Leticia Salomón es Directora de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, docente del Departamento de Ciencias Sociales y editora del Centro de Documentación de Honduras; prestigiada analista de la realidad socio-económica, cultural y política centroamericana; especialista en temas de gobernabilidad democrática, defensa, ciudadanía, cultura política, medios de comunicación y seguridad ciudadana, esboza algunas ideas, ante la premura de la crisis hondureña y la urgencia de encontrar una solución pacífica, afirma: «La resistencia hondureña ha desempeñado muy bien su papel, ahora toca que la comunidad internacional dé un paso definitivo para resolver esta situación y demostrar que la democracia no está indefensa y a merced de los bárbaros. De lo que ellos hagan dependerá el futuro del entusiasmo golpista, tanto en Honduras como en otros países de América Latina»

MC.-¿Qué ha sucedido tras el regreso del Presidente Zelaya?

LS.-La noticia provocó conmoción y júbilo en los sectores que resisten el golpe de Estado. Centenares de personas de la capital y del interior del país se movilizaron rápidamente hacia el lugar donde se encuentra el Presidente Zelaya y se organizó una especie de carnaval, para celebrar su regreso. Al mismo tiempo que se esperaban miles de personas provenientes de todas partes del país para manifestar su alegría por el retorno del presidente, el gobierno de facto, luego de verse obligado a reconocer que el presidente se encontraba en territorio nacional, decretó un intempestivo toque de queda de 15 horas que posteriormente fue ampliado a 12 horas más a nivel nacional, situación que culminó con el desalojo violento de los manifestantes en horas de la madrugada del martes, su persecución y concentración en un parque de béisbol de la capital y con el ataque con gases lacrimógenos en contra de las oficinas del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras (COFADEH). El presidente de facto anunció públicamente su satisfacción porque sólo hubo uno o dos golpeados, mientras otros medios presentaban la situación de los reprimidos en distintos hospitales públicos del país, en donde las manifestaciones fueron igualmente reprimidas.

MC.-Usted es una estudiosa de los medios de comunicación, ¿qué coberturas están haciendo?, ¿o encubrimientos?

LS.-Los medios de comunicación golpistas hacen lo que han hecho desde el 28 de junio: obviar el acontecimiento, desinformar, posicionarse en contra y continuar con su transmisión normal. Transmiten para ocultar lo que ocurre en el país y construir una imagen de normalidad que satisface las intenciones de los golpistas. A la vez, interrumpen la energía eléctrica o quitan la señal de los escasos medios que divulgan lo que está ocurriendo, con el objetivo de impedir los llamados a la movilización y al desafío al toque de queda por parte de la Resistencia. En el norte del país, gente del pueblo que se opone al golpe de Estado, se ha plantado frente a Radio Progreso, la radio jesuita, para impedir que lleguen los militares a cerrarla, como han hecho otras veces.

MC.-Micheletti se vanagloriaba de la «inteligencia» militar y decía que era mentira que el Presidente Zelaya estaba en Tegucigalpa, sino que se hospedaba en una «suite de lujo» en Nicaragua; ¿los servicios de inteligencia están desenfocados?, ¿o sectores democráticos del ejército permitieron la entrada de Zelaya?

LS.-Los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas han quedado atrapados en la telaraña de la guerra fría y miran lo que ocurre en el país con el prisma de la vieja contradicción entre comunismo y anticomunismo, cuyo enemigo estaba en la sociedad, en los movimientos sociales y en los pensadores. En ese papel son muy eficientes, pero su desfase histórico los vuelve ineficientes para entender y prever los cambios que han ocurrido en el contexto internacional; por eso no me extraña que no hayan detectado la entrada del Presidente Zelaya, lo que les pone en evidencia, a ellos y al presidente de facto, como incompetentes para detectar los movimientos de quien han calificado como su mayor enemigo. Imagino que hay sectores dentro de las Fuerzas Armadas que están preocupados por la forma en que han destruido la imagen que tenían ante la sociedad hondureña, pero de ahí a pensar que hay sectores democráticos, hay mucha distancia. Los militares no son democráticos, son la principal amenaza para la democracia, como lo han demostrado en este golpe de Estado.

MC.-En el Chile de Pinochet vimos estadios de fútbol habilitados como centros de concentración y tortura; ante el desacato y la resistencia popular hondureña, ¿las cárceles y los diamantes de béisbol no serán suficientes?

LS.-Es un rezago de viejas prácticas golpistas de los militares hondureños. Para meterlos a la cárcel necesitan las órdenes de los jueces y fiscales y, aunque muchos de ellos lo harían con mucho gusto, la cantidad de detenidos sobrepasa su capacidad de emitir órdenes de captura. Además, es difícil armar un caso con pruebas, cuando los detienen por estar ejerciendo un derecho (a disentir, a protestar, a movilizarse) y no por cometer un delito.

MC.-Los golpistas recrudecieron el toque de queda y reiniciaron los crímenes de lesa humanidad, ¿cuál era la realidad hondureña en los días previos al regreso del Presidente Mel Zelaya?

LS.-La represión violenta y generalizada fue contenida por la presencia masiva de organismos internacionales de derechos humanos en el país y por la amenaza de que los represores podían ser procesados a nivel nacional e internacional. Con el retorno del Presidente Zelaya crecieron sus miedos pero también su sensación de impunidad. Militares y policías no han salido a reprimir obligados por el gobierno de facto, lo han hecho con gusto, sintiendo que es su oportunidad para poner en práctica lo que aprenden en las academias y centros de instrucción, y en ello el respeto a los derechos ciudadanos, la vigencia del Estado de Derecho, la apoliticidad constitucional y su condición de servidores públicos, brillan por su ausencia.

MC.-En entrevista con Carmen Aristegui, Manuel Zelaya declaró que responsabilizaba a 10 familias si sufría un accidente, pero se abstuvo de dar nombres; usted enumeró a las 10 familias que auspiciaron el golpe de Estado, ¿serían capaces de atentar en contra de la vida de Mel Zelaya?

LS.- Es muy conocido nacional e internacionalmente que detrás del golpe de Estado se encuentra una alianza política, económica, mediática y religiosa que es la que promovió, financió y sostuvo el golpe de Estado. Están ahí, se muestran o se ocultan y mueven su poderío para impedir la restitución del Presidente Zelaya. Su comportamiento es irracional, absurdo y casi demencial. No dudo que serían capaces de llevar al límite sus miedos, sus mentiras y sus fantasmas.

MC.-Esas 10 familias no dan la cara, tienen a sus candidatos presidenciales, a sus congresistas, jueces, periodistas y hasta a un comisionado de «derechos humanos»; ¿cómo revertir todo el poder fáctico?, ¿mediante una Asamblea Constituyente?

LS.-La situación que vive nuestro país, a raíz del golpe de Estado, ha puesto en evidencia la indefensión de la sociedad ante los que controlan instituciones clave del Estado. Lo podemos ver con claridad al estudiar lo ocurrido el 28 de junio, pero lo podemos ver también con el regreso del Presidente Zelaya: la multitudinaria marcha para apoyar al presidente, proveniente de distintos puntos del país, ha sido frenada por el control directo sobre las Fuerzas Armadas y la Policía, la impunidad de un presidente de facto que emite un toque de queda a nivel nacional, sin estar autorizado para hacerlo, que cierra todos los aeropuertos del país para impedir la entrada de representantes de la OEA y que controla los medios de comunicación y las cúpulas religiosas, para manipular la conciencia ciudadana. Definitivamente, es urgente una Asamblea Nacional Constituyente para eliminar la concentración y abuso de poder político en el poder Legislativo, para debatir sobre seguir manteniendo unas Fuerzas Armadas que para lo único que sirven es para dar golpes de Estado y reprimir a la ciudadanía, a la que asocian con el tradicional enemigo castrense, y repensar la formación, capacitación y equipamiento de una policía que es eficiente para reprimir a los críticos de un gobierno golpista, pero que es ineficiente para reprimir a la delincuencia común y organizada, entre otros aspectos que deben ser valorados.

MC.-En la posmodernidad globalizada, ¿cómo se entendería que 10 familias tengan secuestrada a Honduras sin el respaldo del extranjero?

LS.- Creo que eso es lo más difícil de comprender en esta situación golpista, acostumbrados como estamos, a conocer la injerencia externa en situaciones similares en el pasado mediato. Quien controla las instituciones clave del poder estatal que hemos señalado, cuenta con recursos económicos de los golpistas y con el poder mediador de las iglesias y medios, no necesita apoyo externo para dar un golpe de Estado, aunque posteriormente se han movido intereses políticos internacionales interesados en mantenerlo o en retardar su solución.

MC.-¿Qué está en juego?, ¿la estabilidad democrática de la región?, ¿o es algo doméstico que compete a Honduras?

LS.- El golpe de Estado tuvo causas, circunstancias, recursos y motivaciones internas, que seguramente fue visto con disimulada simpatía por más de algún país y organismos internacionales, aunque la respuesta internacional los ha obligado a mediatizar su entusiasmo golpista.

MC.-Finalmente, ¿qué espera de la comunidad internacional?, ¿qué lectura hace de las primeras declaraciones desde la ONU?

LS.-Es admirable la lucha pacífica de la resistencia hondureña durante tanto tiempo. Ha crecido cuantitativa y cualitativamente en su rechazo al golpe de Estado y ha construido ciudadanía en las calles, lo que la coloca como actor social fundamental en la actualidad y como actor político determinante en el futuro inmediato. Va a jugar un papel fundamental en el proceso electoral más extraño de nuestra historia, con candidatos presidenciales que creen que en Honduras no pasa nada y que la ciudadanía acudirá entusiasmada a votar por ellos que han sido cómplices directos de los golpistas.

«La resistencia hondureña ha desempeñado muy bien su papel, ahora toca que la comunidad internacional dé un paso definitivo para resolver esta situación y demostrar que la democracia no está indefensa y a merced de los bárbaros. De lo que ellos hagan dependerá el futuro del entusiasmo golpista, tanto en Honduras como en otros países de América Latina y se reducirá o ampliará la incertidumbre sobre el tiempo que durará un presidente constitucional, cuando asuma la presidencia de su país»

Fuente: http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=18427&Itemid=5792