En entrevista con teleSUR, Rodolfo Pastor Fasculle, Ministro de Cultura de Honduras, responde desde la Universidad de Harvard, donde fue invitado como profesor por los Departamentos de Historia y Antropología: «Le he prometido al Presidente Zelaya que estoy a su disposición para las gestiones diplomáticas en EEUU. Soy hasta el final un soldado de la […]
En entrevista con teleSUR, Rodolfo Pastor Fasculle, Ministro de Cultura de Honduras, responde desde la Universidad de Harvard, donde fue invitado como profesor por los Departamentos de Historia y Antropología: «Le he prometido al Presidente Zelaya que estoy a su disposición para las gestiones diplomáticas en EEUU. Soy hasta el final un soldado de la resistencia. Sigo publicando en Honduras algunos textos que se escapan a la censura. Y en la medida en que la prensa estadounidense se interese, estaré dispuesto a apartar tiempo para atenderla». Antes de su viaje a Harvard hizo escala en México DF y le tocó vivir el conato de crisis en la Embajada; con toda la experiencia adquirida, desde su anterior responsabilidad como Coordinador del Gabinete Social y dada la importante participación de los artistas, poetas e intelectuales en la resistencia lo consultamos para un análisis histórico y cultural de la coyuntura en Honduras.
MC.-El 22 de junio, en entrevista con Proceso, usted dijo: «Me ha tocado vivir 3 golpes de Estado en mi país. En los dos anteriores la población no opuso resistencia alguna. Al día siguiente, la normalidad era absoluta», dos meses después el régimen de facto se ve acorralado por las multitudinarias manifestaciones; ¿cómo observa el surgimiento de una sociedad civil organizada?, ¿es el resultado del Poder Ciudadano?
RPF.-Para la mayor parte de la gente inteligente que conozco esta transformación de la conciencia colectiva es lo más trascendente. Se manifiesta en la coyuntura pero revela un quiebre estructural con el pasado. Honduras ha sido muy conservadora, una sociedad temerosa del cambio, pero el cambio está ahí. Ha sido por ejemplo bipartidista, en donde solo los partidos tradicionales tenían capacidad de movilización nacional y opción de poder. Pero ahora los partidos políticos no han organizado esas manifestaciones, formalmente se han opuesto a ellas y han intentado sustanciar más bien las manifestaciones de los camisitas blancas, que ya se esfumaron; han sido las organizaciones sociales, la UD y una facción partidaria con identidad propia las que han organizado la resistencia eficaz en las calles y carreteras. El Frente, supone en efecto no sólo el potencial real para hacer retroceder el golpe, sino también una base sustentable para la futura modernización social y política de nuestra sociedad, para otro tipo de organización.
«El Poder Ciudadano pudo haber contribuido, al menos como un marco o una retórica. Pero fue más bien la opción del Presidente Zelaya de gobernar con las organizaciones sociales lo que fue estratégico como desencadenante. Y la causa es más profunda y más antigua, es una evolución de la organización social misma, que viene incorporando a nuevos actores sociales: después de los sindicatos y las cooperativas, ha asimilado a las organizaciones indígenas, a los profesionales independientes»
MC.-En la misma entrevista con Homero Campa, usted advertía el peligro de una inminente guerra civil en Honduras; a un mes de aquélla declaración ¿cambió su percepción?, ¿el régimen de facto tiene los días contados?
RPF.-Yo no sabría contar los días del régimen. La lógica del poder bruto es una lógica elemental. No necesita de mucho. A este régimen no le interesa invertir, ni siquiera continuar los programas que se habían implementado. Entiendo que tienen dificultades fiscales serias y quizás recursos para mantener el actual aparato de Estado por menos de un mes. Pero tienen la opción del recorte radical, con excusas. La derecha interamericana se mueve con energía para conseguirle oxigeno, al menos a manera de espacio de maniobra. Los empresarios seguirán firmes mientras no afecte su comercio y su ganancia el bloqueo. Mientras tanto, siguen teniendo más que perder con el retorno.
«Lo que yo no veo es que la gente se asuste. De verdad no tienen miedo. Aunque han incrementado los niveles de represión con una estrategia para amedrentar, mediante la eliminación selectiva y el procesamiento criminal de los manifestantes, a pesar de todo el movimiento de resistencia sigue creciendo. Y de hecho la represión está provocando que sectores de clase media que originalmente quisieron ser neutros simpaticen con la resistencia y en contra del golpe. Eso pone en predicado la capacidad de control del régimen. Ya nadie creen en los medios golpistas y la información sigue circulando por Internet. Así planteado el conflicto y polarizado, yo sigo viendo la posibilidad de la violencia como resultado directo de la frustración. No me gusta pero soy realista»
MC.-El régimen de Micheletti rompió relaciones diplomáticas con Argentina, los embajadores que respaldaron el golpe de Estado ya fueron cesados y expulsados por los países anfitriones; ¿cómo vivió en México la crisis e intento de asalto a la Embajada?, ¿esperaba una reacción unánime de la solidaridad internacional?
RPF.-El rompimiento con Argentina es una tontería más del golpismo. Los embajadores que tomaron partido por Micheletti pertenecen a una antigua tradición oligárquica en la Cancillería, reducto de dinosaurios envejecidos que pretexta el profesionalismo y abandera el cinismo. El Presidente había cedido a las presiones de esa «tradición» y a la de la Curia capitalina en materia de nombramientos. Significativamente el hoy Canciller golpista López Contreras había sido antes Canciller de las dictaduras militares, es el marido de una ex Vice presidenta del partido conservador, pariente y protegido del ex dictador López Arellano y de la Embajada y la actual Vicecanciller es adalid del Cardenal y del Opus Dei en El Congreso.
«La recuperación de la Embajada en México -cuya heroína fue Rosalinda Bueso- fue si se quiere un incidente menor que, sin embargo, estuvo vinculado a un quiebre y una clarificación de la posición mexicana en el conflicto. Hubo un momento en que la directriz parecía vacilar ante la propaganda golpista que atribuía al gobierno del Presidente Zelaya un «chavismo» radical y no faltó quién pensó que se podía jugar a ambos lados, valiéndose de una interpretación de lo que se ha llamado la Doctrina Estrada. Prevaleció la institucionalidad. México es serio. Había firmado la Declaración de la OEA y suscrito la de Naciones Unidas, la del Grupo de Río; incluso había participado desde los primeros momentos en las reuniones de SICA que condenaron al golpe»
«Yo no esperaba nada pero no me sorprendo con la reacción internacional. El golpe en efecto es un atavismo que pone en riesgo la institucionalidad en toda América Latina y amaga sus intentos por buscar una definición más independiente. Y Barak Obama había proclamado una política internacional multilateral»
MC.-Sabemos que cursó un doctorado en El Colegio de México, en algún momento 3 Ministros de Estado coincidieron en el DF: la responsable de Finanzas, el titular de Educación y usted que representa la Cartera de Cultura, Artes y Deportes, sin dejar de mencionar que tanto el Presidente Zelaya y la Canciller Rodas realizaron una Visita Oficial; ¿a qué atribuye la presencia de los Ministros de Honduras y del Presidente Zelaya en México?, ¿a la presidencia pro témpore del Grupo de Río?
RPF.-Esa es una historia vieja de proximidad geográfica y cultural, de capilaridad y de historia compartida. México ha sido refugio de toda la disidencia iberoamericana, pero más aun de la centroamericana. En cuanto al viaje del Presidente Zelaya, está claro que la batalla se gana en los dos frentes, el interno y el externo. Es mediante esta diplomacia itinerante del Presidente que se puede asegurar el frente externo contra la conspiración de la derecha que además ya se enteró. Tenemos que incrementar la presión para quitarle su base social al golpe y tenemos que asegurar el compromiso interamericano de desconocer el blanqueamiento del golpe a través de una elección controlada por los golpistas. México es un socio especialmente clave por su proximidad a EEUU, de modo que era una lógica primera parada en el peregrinaje del Presidente que sin embargo tiene sus límites.
MC.-¿Realizará gestiones diplomáticas y culturales desde su cátedra en la Universidad de Harvard?, ¿piensa escribir en la prensa norteamericana sobre la actualidad hondureña?
RPF.-Ya lo estoy haciendo cuando le respondo a esta entrevista suya y ese es uno de mis compromisos aquí. Le he prometido a mi Presidente que estoy a su disposición para las gestiones diplomáticas aquí. Soy hasta el final un soldado de la resistencia. Sigo publicando en Honduras algunos textos que se escapan a la censura. Y en la medida en que la prensa estadounidense se interese, estaré dispuesto a apartar tiempo para atenderla. Pero espero prestigiar a mi gobierno y a mi país cumpliendo con mis obligaciones y respetando mis compromisos con la docencia en Harvard, que me tomo igualmente en serio, de enseñar historia cultural y social de América Latina a jóvenes estudiantes que pronto serán cuadros y que acaso es una labor indispensable en procura de lucidez a largo plazo. (Agradezco en Harvard al Centro David Rockefeller para América Latina y a los Departamentos de Historia y Antropología que me han dado tan amable refugio y están de acuerdo). Tengo el escudo de Honduras sobre mi escritorio. Honduras está siempre ahí, en mi desvelo y en mi sueño. La extrañaré después.
MC.-En entrevista con teleSUR, la crítica de arte Helen Umaña me dijo: «El panorama es desolador porque la depredación cultural puede pasar inadvertida (…) sólo la intervención de instancias de prestigio internacional como UNESCO pueda contener la acción depredadora»; ¿ha interpuesto algún recurso para la preservación del acervo cultural hondureño?
RPF.-He solicitado esa gestión al Instituto Hondureño de Antropología e Historia que milagrosamente ha sobrevivido al golpe. Pero más que en UNESCO, confío en una nueva conciencia ciudadana sobre el valor de patrimonio, fruto también de una administración lúcida, que fue por ejemplo lo que impidió que la Ministra del golpismo pudiera llevar a cabo su anunciada intención de entregarle el antiguo Palacio Presidencial restaurado, -en que establecimos un Centro de Investigación-, a los reservistas de la FF.AA. como cuartel, en preparación de la «invasión venezolana».
MC.-Fue contundente al escribir: «Yo acuso»; el entonces Senador Neruda había escrito un discurso con ese título durante la primera persecución a los Comunistas en 1947 y el responsable del Campo de Concentración de Pisagua era Pinochet, años después se mostró como leal al Presidente Allende; usted dijo: «Acuso a Romeo Vásquez Velásquez –quien se impostó, hasta las ultimas horas de su mandato legitimo, como amigo del Presidente y soldado disciplinado– de haber planeado y ejecutado este golpe traidor y violento»; ¿la Historia se repite?, ¿por qué no recordamos los nombres y trayectorias de los golpistas de ayer?
RPF.-Yo soy historiador. La historia no se repite. Tiene nombres propios y fechas precisas, irrepetibles. Pero hay procesos socio histórico que son análogos, fenómenos que se pueden catalogar. El fascismo, por ejemplo, se repite, es una reacción casi previsible ante la modernización democrática y frente a la crisis. Y siempre es paranoico y represivo. La analogía con el golpe de Pinochet contra Allende es válida por eso. Hay una serie de denominadores comunes: un presidente con voluntad de transformación, con una base social ampliada, una empresa privada dispuesta a apoyar el golpe para conservar privilegio, una clase política colaboracionista y una casta militar mediatizada.
«También hay un elemento diferente: Obama. Pudiera ser una diferencia determinante para que Honduras no tenga que sufrir tanto. Y otro, una Honduras que sigue siendo rural y dispersa, y un aparato militar mucho más débil. Y un tercero: La historia de Chile también despertó un internacionalismo de los derechos humanos que no tenía igual fuerza en 1973. Y un cuarto: Mi Presidente no murió en La Moneda. Anda por todo el continente en un avioncito que le han prestado, armando revuelo y se comunica con su pueblo. En cuanto al título del «Yo acuso», es clásico, decimonónico. Francés. Balzac. Significativamente, nadie publicó el «Yo acuso» en Honduras. No se atrevieron»
MC.-La burócrata de facto que usurpa el Ministerio de Cultura, despidió a Nathalie Roque, la entonces Directora de la Hemeroteca Nacional denunció el pasado delincuencial de Romeo Vásquez Velásquez y de otros golpistas; ¿recordar la Historia es un delito?, ¿qué desagravios hará en calidad de Ministro de Estado cuando retorne la democracia?
RPF.- Esa pobrecita señora es una calamidad pública del golpe, una causa celebre y cómica, el hazmerreír de la comunidad, por su ignorancia irredenta, su impericia administrativa y su confusión profunda. Despidió a todos los cuadros técnicos del Ministerio porque quiere emplear activistas políticos para su campaña. Ya sus propios intelectuales orgánicos del golpe empezaron a pedir su cabeza. Pero como ha estado rodeada siempre de delincuentes anda tratando de buscar un pelo en la sopa, tratando de encontrar delitos. La bruja dedicada al caza-brujismo. No habrá que hacer nada en contra de ella. Ella ya hizo en contra suya propia todo lo que podía hacer, con eficiencia rotunda.
MC.-En agosto de 2001, analizó: «El Caso Hondureño, prensa, ciudadano y poder», las variables eran otras, sobre todo el mal manejo de la economía y el «83% de ‘popularidad’ del señor Flores» gracias a «la colaboración amplia y estrecha de los medios (…) minimizando las posibles objeciones»; ¿qué índice de popularidad tendrán los golpistas en la prensa y en la historia? Lo pregunto porque El Heraldo es una columna golpista y La Tribuna es propiedad del mismo señor Flores…
RPF.-Mario, eres un entrevistador ilustrado. La Prensa hondureña manipulada por los barones de La Asociación de Dueños de Medios de Comunicación, all five of them, y todos o casi todos golpistas es un problema toral de la Honduras de nuestros días y del futuro inmediato. El golpe hubiera sido imposible sin la manipulación mediática y se sostiene en parte porque esa manipulación continua ocultando y suplantando la realidad nacional con la propaganda. Y esa prensa es el vínculo por excelencia entre los empresarios golpistas y el régimen. Como en todo hay excepciones. Aunque no todos sus parientes, el dueño de periódico y televisora Jaime Rosenthal se rebeló contra los golpistas y su hijo, el joven líder Yani, a pesar de los costos que eso representa para sus empresas por las represalias del gobierno y de los demás empresarios, se ha declarado contra el golpe. Sin embargo, Carlos Flores sigue al mando de la asociación ilícita de los manipuladores, junto con J. Canahuati y dominan casi todos los medios importantes.
«Pero la historia nunca se ha plegado a lo que dijeron los medios de comunicación. ¿Qué crees tú que decían de Hitler los medios alemanes durante el Tercer Reich? La historia moderna y crítica precisamente (y a diferencia de la crónica medieval) está diseñada como disciplina para desmontar y desnudar la propaganda. Ya hoy incluso la clase media que es una clientela natural de los medios manipulados ha comenzado a dudar de su prensa, porque se pasan, exageran sin pudor. El pueblo en la calle grita en las manifestaciones ‘!Prensa golpista, fuera!’ y otra, que me gusta mucho, en esas marchas multitudinarias ‘No somos cuatro, no somos cien, prensa vendida, cuéntanos bien’. No tengo ninguna duda de lo que va a decir la historia acerca del golpismo. ¿Tú si?»
MC.-Finalmente, ¿qué mensaje le enviaría a todos los poetas, escritores, artistas, actores de teatro e intelectuales que el próximo domingo realizarán un Concierto desde la resistencia en Tegucigalpa?
RPF.- Estoy orgulloso del gremio y de la comunidad de los hombres y mujeres pensantes y creadores de mi país. Como otros de América Latina en el pasado reciente han reaccionado con heroísmo, con imaginación, con sensibilidad y con profesionalismo. Van a las marchas y hacen arte para manifestarse. No sólo este próximo domingo, si no desde horas después del golpe, y de manera continúa, en las ciudades hondureñas, se canta contra el golpe en la calle, se baila y se escribe poesía y teatro y ensayo sociológico y político contra el golpe, se lleva la crónica de las infamias del golpe, se pinta contra el golpe, en los muros y en el papel. Eso habla de una madurez cívica ciudadana nueva y unificada, aunque diversa siempre, de los gremios de artistas y académicos. Los timoratos y los traidores son tan pocos que no merece la pena hacer la lista. Ojalá pueda yo contribuir en algo como levadura. Esta conciencia lúcida es en el fondo la única prueba de que el trabajo de los últimos treinta años no ha sido en vano, que no hay tal retroceso como quieren estos y la señal mas clara de que vamos a prevalecer.
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