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Resolución política del Plenario Nacional - Corriente de Izquierda

La esperanza exige soluciones urgentes y coherentes con el Frente Amplio fundacional

Fuentes: Correspondencia de Prensa

Balance político de la victoria electoral del 31 de octubre 1-  La contundente victoria electoral del 31 de octubre ha ratificado que, para la mayoría del pueblo uruguayo, el Frente Amplio es visualizado como el instrumento político popular, para llevar adelante los cambios imprescindibles a los que el pueblo aspira. Este resultado es la consecuencia de varias […]

Balance político de la victoria electoral del 31 de octubre
 
1-  La contundente victoria electoral del 31 de octubre ha ratificado que, para la mayoría del pueblo uruguayo, el Frente Amplio es visualizado como el instrumento político popular, para llevar adelante los cambios imprescindibles a los que el pueblo aspira. Este resultado es la consecuencia de varias décadas de luchas y de acumulación política del pueblo uruguayo contra la oligarquía y el imperialismo en la que centenares de compañeros dieron su vida por las transformaciones de fondo que se precisan.

2- Se ha producido, con el triunfo del Frente Amplio, el derrocamiento del sistema de alternancia de los partido blanco y colorado por el cual unas pocas familias políticas se adueñaron durante extenso tiempo del país.
3-  La Corriente de Izquierda reafirma su identidad frenteamplista y declara que con sus fortalezas y debilidades ha contribuido esforzadamente a este triunfo, no sólo electoralmente sino también animando el proceso de organización, movilización y lucha popular contra los sucesivos gobiernos neoliberales que hambrearon al país.
4- En este marco de expectativas y esperanzas, la Corriente de Izquierda plantea que es necesario abrir el cauce a una ancha participación y movilización popular, fortaleciendo a los sindicatos y a las organizaciones sociales, a los comités de base y coordinadoras dentro de la estructura del Frente Amplio, dando participación e instancias de decisión a las bases que fueron artífices privilegiadas del triunfo popular.
5- Abrimos una expectativa esperanzada, pero atenta, al gobierno del F.A. a partir de marzo de 2005. Pero esta actitud no nos impide ver con preocupación que resoluciones fundamentales, como el visto bueno a la entrega de parte de la telefonía celular a América Móvil, se adoptaron sin ningún tipo de consulta a la orgánica frenteamplista, desconociendo la opinión de la unidad temática respectiva y claros pronunciamientos populares contra la privatización de ANTEL. En este punto, como en el de los alcances de la reforma constitucional en defensa del agua y de la vida, la Corriente de Izquierda apoya las claras posiciones adoptadas por los sindicatos SUTEL, FFOSE, ANCAP y Unión Ferroviaria, en lucha contra todas las privatizaciones. 
 
Asimismo la CI rechaza la votación favorable al envío de tropas a Haití, que se aparta de una larga tradición antiimperialista de nuestra fuerza política.
6- Rechazamos enfáticamente la presencia en el futuro gabinete del gobierno nacional de quienes, como el señor Lepra -pieza trascendente de la Texaco en la región del Plata-, que siempre han defendido al gran capital, se han opuesto a la lucha de los trabajadores, apoyando a los partidos de la burguesía uruguaya, el partido colorado y nacional, como sucede con el señor Lepra, que entendemos no podría ser ratificada como Ministro de Industria, debiendo dar paso a otra persona en su lugar.
7- La Corriente de Izquierda apoya las demandas del movimiento sindical hacia un salario mínimo de $ 5.500, convocatoria inmediata y designación electiva de los Consejos de Salarios de todas las ramas de la actividad, incluyendo a rurales y domésticos, propiciamos la sanción de una ley de negociación colectiva y de protección a la actividad sindical, así como la derogación del impuesto a los sueldos, del artículo 29 de la Ley de Inversiones, del secreto bancario, de la ley 16.713 en cuanto crea y regula las AFAPs, al igual que la efectivización de un sistema de salud de cobertura universal.
8- La Corriente de Izquierda apoya el reclamo de todos los organismos de derechos humanos, por verdad y justicia para terminar con la vergonzosa impunidad de la que siguen gozando los torturadores y asesinos de la dictadura, debiéndose promover la anulación de la ley 15.848 que estableció la pretendida caducidad del poner punitivo del Estado.
9- La Corriente de Izquierda insiste, como lo hizo durante toda la campaña electoral, que es necesario revisar y rediscutir todos los compromisos con el Fondo Monetario Internacional, porque la deuda externa no se puede pagar a costa de la miseria del pueblo y de la postración nacional. Cualquier política de gobierno orientada a impulsar el trabajo nacional y a comenzar a solucionar la crítica situación de la salud, la educación y la vivienda popular, requiere de un enérgico plan de inversión pública que no podrá llevarse a cabo si se aceptan las recetas del F.M.I.
 
Denunciamos que existen normas legales en vigencia que no se le explican al pueblo y que autorizan al no pago de la deuda. En efecto, es absolutamente válido en el plano jurídico y político, pedir el amparo del Pacto de las Naciones Unidas, que nuestra ley 13.701 ratificó y que impide que a un Estado se le afecten los medios de subsistencia por el pago de la deuda – situación que es la del Uruguay por la crisis de trabajo, salario, salud y vivienda. En segundo término, de acuerdo con la Convención de Viena (artículos 46 y 49), a la que también adherimos, como ha sido reconocido por la jurisprudencia internacional, la auditoría de la deuda externa permite excluir del pago aquella parte de la misma generada durante un gobierno dictatorial y usurpador de la soberanía popular.
 
10- Seguimos creyendo que la única alternativa que tenemos los trabajadores frente a esta sociedad capitalista, deshumanizada y cada vez más dura hacia los de abajo, es la lucha revolucionaria en la construcción de un gobierno obrero y popular que comience a transitar hacia una democracia socialista, junto a todos los pueblos de la región. 
 
Montevideo, 19 de diciembre 2004