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La oposición nicaragüense tergiversa la respuesta del gobierno al Covid-19

Fuentes: Council on Hemisferic Affairs

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Personal del Ministerio de Salud en una visita a las casas para informar sobre el Covid-19

Desde Masaya, Nicaragua. 17 de abril.

La oposición derechista en Nicaragua, que fracasó en su intento de golpe de Estado en 2018, sigue considerando las crisis potenciales como una nueva oportunidad para atacar al gobierno sandinista y, claro está, ha aprovechado la pandemia del coronavirus. Aunque el virus, de momento, apenas ha penetrado en el país, el gobierno está bajo ataque. Los medios de comunicación internacionales aceptan de buen grado la propaganda de la oposición e ignoran o desprestigian las iniciativas del gobierno para manejar la crisis que se avecina, aunque dichos preparativos comenzaron antes que en muchos otros países.

Desde inicios de abril, los líderes opositores bien conectados con el exterior han utilizado a sus contactos en la prensa internacional para lanzar una serie de noticias relacionadas con la pandemia. Según estas noticias –detalladas más adelante– el presidente Daniel Ortega estaba en cuarentena o había fallecido, su gobierno negaba la evidencia del coronavirus o estaba mal preparado o pasivo ante la amenaza. Nada de esto es cierto. Pero lo peor es que reporteros que no pueden desplazarse al país no se preocupen de averiguar qué decisiones ha tomado el gobierno y si las críticas de la oposición tienen algún fundamento.

En el momento de escribir este artículo (el 16 de abril de 2020), Nicaragua solo tiene nueve casos confirmados de Covid-19, todos ellos procedentes del extranjero o relacionados con personas que han venido de fuera (1). La oposición y los medios de comunicación desconfían (sin pruebas) de las cifras que proporciona el gobierno y sostienen que los niveles de infección son mucho mayores. Ignoran las ruedas de prensa diarias que ofrece el Dr. Carlos Sáenz, Secretario General del Ministerio de Salud y afirman que se mantiene en la ignorancia a los nicaragüenses. A pesar de que funcionarios del Ministerio de Salud han visitado 2,7 millones de hogares (2), en ocasiones más de una vez, para ofrecer consejo (véase la foto), la oposición se queja de que no hay directrices para combatir al virus.

Secuencia de los ataques de la prensa internacional

Los ataques dieron comienzo el 4 de abril en BBC Newsdonde, además de criticar al presidente Daniel Ortega por no aparecer en público, afirmaron que su gobierno “no había adoptado medida alguna” ante la amenaza del virus (3). Luego, el 6 de abril, el New York Times se preguntaba ¿Dónde está Daniel Ortega? y afirmaba que su gobierno había sido “muy criticado por su actitud despreocupada” ante la pandemia (4). Citaba a simpatizantes de la oposición según los cuales “el público tenía muchas dudas de las cifras del gobierno”. El 8 de abril, el Guardian afirmó que Ortega “estaba ausente” (5). El 13 de abril, el Washington Post decía que Ortega había “desaparecido” y criticaba duramente la “actitud de laissez-faire de su gobierno (su edición impresa llegó a reportar nueve víctimas mortales por el virus, cuando todavía solo se había producido una) (6). Según el Guardian del 12 de abril, el “autoritario” Daniel Ortega es uno de los cuatro únicos dirigentes que niegan el coronavirus en todo el mundo (entre ellos, claro está, el derechista Bolsonaro en Brasil) (7). Hasta la revista médica The Lancet reprodujo estos ataques. El 6 de abril, un artículo titulado “Love in the time of Covid-19” calificó la actitud del gobierno como “errática” y dijo que “violaba los derechos humanos de sus ciudadanos” (8).

Situación real en Nicaragua

¿Cuál es la situación real en Nicaragua? El país lleva meses efectuando controles sanitarios en sus fronteras, mucho antes de que lo hiciera Estados Unidos. Los viajeros que entran en Nicaragua se someten a un estricto control y las autoridades les hacen un seguimiento telefónico e incluso les visitan personalmente, lo que sé por mi propia experiencia personal y la de algunos de mis amigos tras la llegada al país. Las dos extensas y porosas fronteras terrestres con que cuenta Nicaragua hacen preferible el mantenimiento abierto de los pasos fronterizos para minimizar los cruces ilegales, que imposibilitan los controles sanitarios. Cuando las personas cruzan ilegalmente, los vecinos suelen informar de que utilizan un número telefónico gratuito puesto en marcha hace algunas semanas en el que obtienen información general sobre el virus. Hay 19 hospitales preparados para recibir casos de Covid-19 y 37.000 trabajadores de salud y 250.000 voluntarios han recibido la correspondiente formación (9). El resultado es que –al menos de momento– los 9 casos positivos de Nicaragua suponen la tasa de infección más baja de América Latina.

El distanciamiento social y su coste

Los portavoces de la oposición exigen en la prensa internacional la adopción de medidas más drásticas, como el distanciamiento social y el cierre de colegios. Los periodistas ignoran el evidente dilema al que se enfrentan los países pobres cuando tienen que decidir ese tipo de pasos. Hay que señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha hecho hincapié en la importancia del distanciamiento social, es consciente de este dilema. Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró el 16 de abril:

“Los gobiernos deben considerar que, en algunos países y comunidades, la orden de quedarse en casa puede no ser práctica e incluso causar perjuicios no intencionados. En todo el mundo hay millones de personas que tienen que trabajar cada día para poder comer. No pueden permanecer largos periodos en casa si no se les asiste” (10).

Como hasta ahora todos los casos confirmados en Nicaragua, proceden del exterior, el gobierno asume que no se ha producido transmisión o, si acaso, esta se ha limitado al nivel local o comunitario (11). Esa es la razón por la cual mantiene la vigilancia pero aún no ha impuesto medidas más estrictas. Si el autoaislamiento resulta imprescindible, acarreará graves costes, como se ha visto en Estados Unidos y otros países, ya que la mayor parte de las personas necesitan trabajar a diario para comer. No existe ningún mecanismo fiable para distribuir subsidios, ni pueden los países pequeños y pobres como Nicaragua solicitar créditos para tal fin. Muchos nicaragüenses viven en casas reducidas de barriadas muy populosas, lo que hace extremadamente difícil el distanciamiento social. El gobierno está haciendo todo lo posible para equilibrar la lucha contra el virus y las necesidades económicas de la población. La imposición de un confinamiento indefinido, en un momento en que la propagación del virus parece estar bajo control, no solo causaría un enorme resentimiento y grandes penalidades, sino que podría ser completamente contraproducente. Por supuesto, la política del gobierno está sujeta a cambios a medida que la situación evolucione y cualquier valoración objetiva de su actuación deberá basarse en la gestión futura de la crisis, no solo en su respuesta hasta la fecha.

El artículo de The Lancet se muestra favorable, sin embargo, a las medidas puestas en marcha en El Salvador y en Honduras. En el primer caso, el presidente Nayib Bukele obligó a sus ciudadanos a aislarse y les ofreció un subsidio de 300 dólares por familia, lo que provocó enormes colas espontáneas y posteriormente tumultos frente a las oficinas del gobierno (12). Los Angeles Times informó el 7 de abril de que, en algunas zonas, bandas locales con bates de beisbol obligaban al cumplimiento del encierro (13). En Honduras la “cuarentena militarizada” ha provocado violencia policial, más de mil arrestos y la confiscación de casi 900 vehículos, según el respetado grupo de derechos humanos COFADEH (14). A pesar de la imposición de estas medidas, ambos países tienen niveles de infección mucho mayores que Nicaragua. Y lo mismo ocurre con Costa Rica. Todos estos países vecinos no han tenido reparos en criticar a al gobierno de Ortega y expresar su temor por los contagios transfronterizos, cuando la realidad es que el país que debería temer esos contagios es  Nicaragua. Con esto no quiero decir que la mitigación sea de por sí contraproducente, sino que si la situación exige una cuarentena, los agentes estatales deberían crear un sentimiento de solidaridad y de comprensión en lugar de imponer medidas punitivas y coercitivas que dividen a las personas en lugar de unirlas.

La prensa internacional es más comprensiva con otros países de renta baja

Lo gracioso es que la prensa internacional ha publicado diversos artículos sobre los peligros de imponer medidas draconianas en países pobres. En The Observer, Kenan Malik señalaba que no es lo mismo sufrir el coronavirus en Gran Bretaña o en el mundo en vías de desarrollo (15). Como él dice, en muchos países pobres “solo los privilegiados pueden mantener algún tipo de aislamiento social”. David Pilling señala en el Financial Times que “en los países en vías de desarrollo, los daños del confinamiento pueden ser peores que los que produzca el virus” (16). Mari Pangestu, directora ejecutiva del Banco Mundial, afirma en el Daily Telegraph que, para los países pobres, el mayor peligro del coronavirus todavía está por verse, por sus repercusiones en la capacidad de mantener el suministro de alimentos y medicinas (17).

Sorprendentemente, la prensa internacional considera fidedignas a sus fuentes de la oposición nicaragüense, cuando existe una montaña de evidencias en sentido contrario. En la crisis actual ha llegado a superarse a sí misma, como ha mostrado Ben Norton en The Grayzone (18): crearon una cuenta falsa en la cual se hacían pasar por el Canal 4 de Nicaragua con declaraciones supuestamente de la vicepresidente Rosario Murillo, en las que anunciaba un cierre de las escuelas que nunca fue planeado (19). Pretendían dar recomendaciones sobre temas como el distanciamiento social, como si el gobierno no estuviera haciéndolo ya (y, como señala Norton, varios de ellos ignoran sus propias recomendaciones en su vida diaria) (20). Dentro de Nicaragua, Facebook vibra con falsos rumores procedentes de fuentes de la oposición sobre supuestas muertes causadas por el virus, con la intención de minar la confianza de la gente en las cifras oficiales.

El presidente Ortega se dirige a la nación

En su discurso del 15 de abril (21), el presidente Ortega apenas respondió a las críticas de la oposición, aunque sí mencionó un caso de fake news. Los medios locales habían acusado a una mujer nicaragüense que regresaba a Costa Rica, donde trabaja, por una ruta carente de control fronterizo, de ser portadora del coronavirus. Sin embargo, cuando las autoridades costarricenses la localizaron y le hicieron la prueba, resultó no tener la enfermedad. Ortega también señaló que cuando el fallido golpe de Estado de abril de 2018, la oposición incendió un hospital, varios centros de salud y diversos suministros de equipos médicos; todos ellos habían sido reconstruidos o rehabilitados y estaban disponibles para combatir la pandemia. Haciendo referencia indirecta al clamor para que Nicaragua adopte medidas como el confinamiento empleadas en los países vecinos, Ortega señaló que si no trabaja, el país se muere. Y  echó mano de una nueva estadística: desde que la pandemia se declaró oficialmente el 11 de marzo, en Nicaragua habían muerto 1.237 personas, pero solo una de ellas a causa del coronavirus. Es posible que en los próximos días haya cambios en las políticas de salud pública en Nicaragua, pero cualquiera de esos cambios estará relacionado con la situación en el terreno, no provocado por los comentarios imprudentes de los medios de comunicación internacionales.

Notas:

[1] See https://www.worldometers.info/coronavirus/#countries

[2] Informe Pastran, April 15 2020 (http://www.informepastran.com/prueba/).

[3] “La larga ausencia en Nicaragua de Daniel Ortega, el único presidente de América Latina que no ha aparecido en público ante la crisis del covid-19”, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-52145204

[4] “Where Is Daniel Ortega? Nicaragua’s Leader Drops From View”, https://www.nytimes.com/2020/04/06/world/americas/nicaragua-daniel-ortega-coronavirus.html

[5] “President nowhere to be seen as Nicaragua shuns coronavirus curbs”, https://www.theguardian.com/world/2020/apr/08/nicaragua-daniel-ortega-missing-anger-fear-month

[6] “The president has vanished; his wife, the VP, says the coronavirus isn’t a problem. Nicaragua declines to confront a pandemic”, https://www.washingtonpost.com/world/the_americas/coronavirus-nicaragua-daniel-ortega-missing/2020/04/11/3ad1fafc-79c3-11ea-a311-adb1344719a9_story.html

[7] “Bolsonaro dragging Brazil towards coronavirus calamity, experts fear”, https://www.theguardian.com/world/2020/apr/12/bolsonaro-dragging-brazil-towards-coronavirus-calamity-experts-fear

[8] “Love in the time of COVID-19: negligence in the Nicaraguan response”, https://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(20)30131-5/fulltext

[9] “Brigadistas de salud visitarán a un millón de familias brindando las medidas preventivas ante el coronavirus”, https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:101463-brigadistas-de-salud-visitaran-a-un-millon-de-familias-brindando-las-medidas-preventivas-ante-el-coronavirus-

[10] WHO Director-General’s opening remarks at the Mission briefing on COVID-19 – 16 April 2020”, https://www.who.int/dg/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-mission-briefing-on-covid-19—16-april-2020

[11] This and other details about the effects of the epidemic and steps being taken are published in daily press briefings and on the website of the health ministry (http://www.minsa.gob.ni/).

[12] See https://www.youtube.com/watch?v=Nv0zv1Xv0MQ (March 31, 2020).

[13] “In El Salvador, gangs are enforcing the coronavirus lockdown with baseball bats”, https://www.latimes.com/world-nation/story/2020-04-07/el-salvador-coronavirus-homicides-bukele

[14] “Informe: Crisis de derechos humanos durante la pandemia Covid-19”, https://defensoresenlinea.com/informe-crisis-de-derechos-humanos-durante-la-pandemia-covid-19/

[15] “Whether in the UK or the developing world, we’re not all in coronavirus together”, https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/apr/05/whether-in-the-uk-or-the-developing-world-were-not-all-in-coronavirus-together

[16] “In poor countries, the lockdown cure could be worse than disease”, https://www.ft.com/content/6c3a34c2-73f8-11ea-95fe-fcd274e920ca

[17] “For the poorest countries, the full danger from coronavirus is only just coming into view”, https://www.telegraph.co.uk/global-health/science-and-disease/poorest-countries-full-danger-coronavirus-just-coming-view/

[18] “As Nicaragua confronts Covid, its US-backed opposition exploits the pandemic to create chaos”, https://thegrayzone.com/2020/04/13/regime-change-coronavirus-nicaragua/

[19] See https://www.facebook.com/Canal4Nica/videos/205790274093519/

[20] See https://www.instagram.com/tv/B-Gi31SHlTH/?utm_source=ig_embed

[21] See https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:102299-presidente-daniel-ortega-se-dirige-al-pueblo-de-nicaragua . For an English translation of President Ortega’s complete speech of April 15, 2020, see “DANIEL : ‘It is time to swap nuclear weapons for hospitals’ in Tortilla Con Sal. April 16, 2020, http://www.tortillaconsal.com/tortilla/node/9104

John Perry reside en Nicaragua y escribe sobre América Central para The Nation, London Review of Books, Open Democracy, The Grayzone y el Council on Hemispheric Affairs.

Fuente: http://www.coha.org/nicaraguan-right-wing-opposition-misrepresents-government-response-to-the-covid-19-pandemic/#_ftnref4

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