De acuerdo con datos finales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el ganador de las elecciones del 26 de noviembre es el actual mandatario Juan Orlando Hernández. La Alianza de Oposición denuncia el fraude y la comunidad internacional pide reconteo de actas de mesas electorales y hasta de votos. La Rel dialogó con Rodolfo Pastor, vocero […]
De acuerdo con datos finales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el ganador de las elecciones del 26 de noviembre es el actual mandatario Juan Orlando Hernández. La Alianza de Oposición denuncia el fraude y la comunidad internacional pide reconteo de actas de mesas electorales y hasta de votos. La Rel dialogó con Rodolfo Pastor, vocero de la Alianza.
-¿Puedes reconstruir la que consideran ser la ruta del fraude electoral?
-Todo comienza con un proceso electoral que no cumplió con las condiciones mínimas para que el mismo sea libre, justo y transparente. Tanto en el TSE como en el Registro Nacional de Personas no hay, en sus estructuras de mando, un representante de la Alianza. Esto nos impidió supervisar la preparación de las elecciones.
Tenemos un censo electoral que no ha sido depurado en los últimos 15 años y que tiene un 30 por ciento de irregularidades: más de un millón de personas fallecidas, un millón de migrantes y cientos de miles de cédulas de identidad que no fueron reclamadas y que pueden ser usadas para votar más veces.
Todas nuestras propuestas para actualizar el censo y garantizar un voto transparente fueron rechazadas. Tampoco se llevaron a cabo las reformas sugeridas por la comunidad internacional después de las elecciones del 2013.
Además, hay toda una serie de partidos pequeños financiados por el gobierno, cuyo objetivo es facilitar el tráfico de credenciales y así abrumar a nuestros representantes en las mesas electorales.
Pese a no tener ningún control del proceso, confiábamos en la estructura que habíamos montado para sacar la gente a votar y para defender el voto. Solamente con una participación masiva del electorado y una buena defensa en las mesas teníamos la posibilidad de derrotar al fraude.
También fue importante el acuerdo alcanzado en octubre con el Partido Liberal para la defensa del voto y para el montaje de nuestros propios centros de acopio de actas. Por eso dijimos que no íbamos a reconocer los datos que brindaría el TSE, sino sólo la sumatoria de las actas físicas.
-¿Qué pasó el día de las elecciones?
-La participación fue bastante masiva y dos horas después del cierre de los centros de votación se comenzó a tener una idea más clara de que la tendencia favorecía a nuestro candidato. Sin embargo, el presidente Hernández se declaró ganador de acuerdo a una encuesta interna a boca de urna.
Como Alianza tuvimos que salir a contrarrestar esta estrategia que pretendía desanimar a nuestros representantes en las mesas para que abandonaran la defensa del voto.
El ingeniero Nasralla dio una conferencia de prensa y reveló que con el 71 por ciento de las actas la ventaja del 5 por ciento era irreversible.
Estos datos me fueron confirmados por uno de los observadores internacionales quien, además, me dijo que el magistrado presidente del tribunal, David Matamoros, estaba reunido con el jefe de campaña de Juan Orlando Hernández y un alto miembro de las Fuerzas Armadas. No querían brindar datos oficiales.
Presionamos para que lo hicieran, pero dieron solamente datos del 57 por ciento de las actas y rehusaron decir que la tendencia era irreversible.
Uno de los magistrados me confesó que con el 68 por ciento de las actas ya la ventaja de Nasralla era casi del 7 por ciento, y que los demás magistrados no querían seguir brindando resultados porque el presidente Hernández quería negociar.
A partir de este momento todo se detuvo. Se cayó el sistema, luego el servidor, por alrededor de 24 horas. Cuando volvió, ya la tendencia había cambiado. Hernández recuperaba terreno y el TSE dejó de transmitir copias de las actas a los partidos.
-¿Qué pasó después?
-Reactivaron el envío de actas, pero todo era muy lento y nos dimos cuenta que estaban introduciendo al sistema de cómputo solamente aquellas que favorecían al candidato oficialista.
Cuando ya se cierra la brecha entre los dos candidatos y se da un empate técnico, el sistema vuelve a caer. El día siguiente Hernández comienza a subir hasta cerrar con una supuesta ventaja del 1,6 por ciento.
El fraude estaba en marcha. Revisamos las actas y nos dimos cuenta que hay muchas que están burdamente manipuladas, es decir la copia del TSE tiene cifras diferentes de las que tenemos nosotros y favorecen al mandatario.
Hay más de 5 mil actas que supuestamente no pudieron ser escaneadas desde las mesas electorales, y que fueron introducidas manualmente al sistema de cómputo sin que representantes de los partidos y de las misiones de observación pudiesen revisarlas.
Nosotros tenemos todas las actas, el Partido Liberal lo mismo. Salvador Nasralla gana con una ventaja abrumadora. Queremos cotejarlas con las que tiene el Tribunal porque ahí es donde está la manipulación y el fraude.
Exigimos ver las actas y contar los votos de los departamentos de Lempira, Intibucá y La Paz donde, sospechosamente, la participación al voto es de un 50 por ciento mayor que el promedio nacional.
Las misiones de observación de la Unión Europea y la OEA respaldan esta demanda. El Partido Nacional está con las espaldas contra la pared, no van a querer que veamos las actas.
Una gran maquinaria para el fraude
Un nuevo golpe contra el pueblo
-¿Cuál es, entonces, la ruta del fraude?
-Campaña mediática desigual con uso de recursos públicos, compra de votos, tráfico de credenciales, manipulación de actas, introducción de actas falsas, caída por horas del sistema y el servidor, desbloqueo de la llave de seguridad de la encriptación de conteo de datos y hasta el uso de un algoritmo en la transmisión de resultados que invierte los votos de los dos candidatos principales.
Una cosa es cierta. Independientemente de los diferentes factores de fraude, la población ha perdido completamente la confianza en este Tribunal y por lo tanto ningún resultado va a ser legítimo.
-¿Qué viene ahora?
-Es un escenario muy complicado, porque ya se pasó del ámbito electoral al político. Juan Orlando Hernández sabe que perdió y trata de imponerse por la fuerza.
Su estrategia ha sido llevar el país a un punto crítico, generar violencia para justificar el toque de queda y la restricción de las garantías constitucionales, reprimir la protesta.
De declarar a Hernández como ganador de los comicios, la situación se va a agravar y la crisis se va a generalizar. La protesta va a subir de tono y esto puede desatar más represión.
-Para terminar ¿hay acercamiento entre las partes para negociar?
-No que yo sepa. Además a Hernández no le interesa negociar con la Alianza. La negociación aquí es entre Juan Orlando y sus patrones, es decir los Estados Unidos.
¿Hasta qué punto están dispuestos a permitir una descomposición social en Honduras, apostándole a un candidato que les ha sido un socio confiable en el control del país, cuando este ya no puede y más bien se vuelve un factor de crisis y desestabilización?
Esta es la verdadera pregunta.
Fuente: Rel-UITA
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