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Las razones del Frente Amplio y de la sociedad de Honduras

Fuentes: Barómetro Internacional

La violencia estatal y de bandas del narcotráfico, los feminicidios, la persecución a dirigentes sociales y políticos, los asesinatos de periodistas y una nación sumida en la pobreza y la desigualdad, muestran a Honduras en una fuerte encrucijada, donde las situación crítica empeoró a partir del golpe de Estado de 2009 que derrocó al presidente […]

La violencia estatal y de bandas del narcotráfico, los feminicidios, la persecución a dirigentes sociales y políticos, los asesinatos de periodistas y una nación sumida en la pobreza y la desigualdad, muestran a Honduras en una fuerte encrucijada, donde las situación crítica empeoró a partir del golpe de Estado de 2009 que derrocó al presidente Manuel Zelaya.

Frente a este panorama, desde la irrupción de la dictadura y la posterior elección como presidente de Porfirio Lobo, los movimientos sociales y políticos progresistas hondureños se aglutinaron, en una gran mayoría, en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

Pero ahora, con el ex presidente Zelaya en Honduras, fue lanzado el Frente Amplio de Resistencia Popular (FARP), instrumento político que tiene como objetivo presentarse en las próximas elecciones, una razón crucial para unirse en la lucha.

Retomando una postura latinoamericanista y expresando el descontento social de la sociedad, esta agrupación se muestra como una opción real que cambie el funcionamiento del país, tarea difícil y compleja teniendo en cuenta la realidad hondureña.

Para esa sociedad centroamericana y para la FARP hay más de una razón para apoyarse mutuamente.

Campesinos en la mira

Luego de producido el golpe de Estado, en Honduras se desató una persecución a partidarios de Zelaya y a campesinos, principalmente los agrupados en el Valle del Bajo Aguán. En esta zona del país, el blanco de la violencia es el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), que cuenta con la mayor cifra de miembros ultimados.

A finales de agosto, el vicepresidente de esa organización, Pedro Salgado, y su esposa, Reina Mejía, fueron asesinados a balazos y posteriormente degollados. En el Bajo Aguán, los campesinos reclaman la tenencia de tierras, que pertenecen al empresario Miguel Facusé, ligado estrechamente a los militares y civiles que encabezaron el golpe de Estado contra Zelaya.

Durante el gobierno del mandatario derrocado, en esa zona se inició un proceso de repartición de tierras que quedó truncado al asumir la dictadura del empresario Roberto Micheletti.

El mes pasado, un enfrentamiento entre los guardias de seguridad de Facusé y los campesinos finalizó con 15 personas muertas. Frente a esto, el gobierno del presidente Porfirio Lobo militarizó la zona, situación rechazado por el Muca y por el Frente Amplio de Resistencia Popular (FARP).

Persecución

Si algo caracterizó a la dictadura de Micheletti fue la permanente persecución a quienes rechazaron el golpe de Estado.

Movilizaciones reprimidas brutalmente y el asesinato de dirigentes y referentes sociales fueron una constante que, en la actualidad, parecen no haber terminado. La semana pasada, otros dos asesinatos demostraron que el aparato represivo hondureño sigue intacto.

Las muertes del reconocido militante del Farp, Emmo Sadloo, y del periodista, Medardo Flores, ponen en evidencia que el gobierno de Lobo no tuvo capacidad para detener las fuerzas represivas desatadas por la dictadura.

Feminicidios

La fiscal especial de la Mujer, Grissel Amaya, anunció que el Ministerio Público de Honduras, confirmó en lo que va del año la muerte violenta de 300 mujeres.

La funcionaria agregó que en la capital, Tegucigalpa, y en la ciudad de San Pedro Sula se registraron los mayores índices de feminicidios.

El año pasado, la criminalidad contra las mujeres se cobró la vida de unas 425 personas. Pese a esta situación, sólo el 3% de los casos se encuentra bajo investigación por carencias de recursos materiales y humanos, en tanto que la Fiscalía hondureña apenas obtuvo unas 35 condenas por casos de abusos en 2011.

Los menores en riesgo

La organización humanitaria Casa Alianza reveló que en la actualidad, más de 350 mil menores de cinco años padecen desnutrición crónica y el 24,7% de los niños y las niñas carece de una nutrición adecuada. Basado en datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la agrupación indicó que las regiones más afectadas están en los departamentos de la zona sur del país, Choluteca y Valle, donde el 32% de su población padece de desnutrición.

Por su parte, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió que Honduras integra una lista de países en alto riesgo de sufrir hambruna. Con un 80% de pobreza y un desempleo que afecta a casi la mitad de la población económicamente activa, Honduras es otro víctima de políticas neoliberales que, en el caso de Centroamérica, se ven agravadas por la fuerte dependencia con Estados Unidos.

Hasta el momento, una alternativa real para cambiar esta situación sólo la muestra el Frente Amplio de Resistencia Popular (FARP) y la figura del ex presidente Zelaya.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.