Un libro sobre Copinh, Berta y la exigencia de justicia
El tercer aniversario de la siembra de Berta Cáceres y el Centro de encuentros y amistades «Utopía» del Copinh fueron el escenario más acertado para la presentación en Honduras del libro Las revoluciones de Berta. La Rel conversó en exclusiva con Claudia Korol, activista feminista, escritora y amiga de Berta.
Fuimos grabando cosas, escribiendo, corrigiendo, pero el tiempo se fue alargando. Berta siempre andaba en mil cosas, siempre estaba en revolución.
Después de su asesinato me costó mucho pensar de qué manera se podía llevar a cabo el proyecto. Había que hablar de su muerte. Además me dolía mucho revisar textos, escuchar su voz en las grabaciones.
Pasé un tiempo sin avanzar, hasta que un día surgió la idea de que Bertita y Laurita, hijas de Berta, participaran con el relato del proceso de búsqueda de justicia y la lucha de la familia y el Copinh contra la impunidad.
En ese momento se había intensificado el ataque mediático que pretendía desprestigiar la figura de Berta -y del Copinh- alejándola de su pueblo y de los pueblos del mundo.
Sentimos que se había trascendido el objetivo inicial del libro y que había que publicarlo.
Ya no se trataba solamente de enfocar su pensamiento político, sino de dar a conocer quién era Berta, con distintas miradas sobre una mujer que era muy libre, muy revolucionaria y una amiga entrañable para muchas de nosotras.
Era audaz y miraba más lejos. Tenía una capacidad muy creativa de interpretación de la realidad y de análisis político. Además tenía una confianza infinita en los pueblos, algo que a veces les falta a los dirigentes y a los intelectuales de izquierda.
Fue una amiga entrañable, una amistad sin cálculos, ni especulaciones. Ambas sabíamos que en lo que necesitáramos estábamos la una para la otra.
También tenía una mirada muy profunda desde un feminismo popular. Berta abrió un espacio de reflexión sobre como el machismo, el patriarcado, también atraviesan las comunidades y las organizaciones.
Sufrió en carne propia los ataques machistas adentro del movimiento popular e incluso del Copinh. Su reflexión durante su estadía en Argentina nos marcó, y de este encuentro surgió el proceso colectivo de formación que llevó a la creación de Feministas del Abya Yala.
Era de un feminismo profundo y muy radical en términos de ejercicio de construcción colectiva de poder para las mujeres, de lucha contra la violencia.
Además, en las entrevistas siempre fue muy precisa en las denuncias y en señalar, con nombres y apellidos, los vínculos que existían, por ejemplo, entre los militares, la empresa Desa2, los políticos y los grandes grupos económicos.
Ella los conocía, los estudiaba, sabía cómo actuaban y los denunciaba. Esta franqueza era muy amenazante y nunca se lo perdonaron.
No se trata sólo de mostrar que el modelo de desarrollo es extractivista y que está en contra de los pueblos, sino de qué manera actúa. Berta tenía la gran capacidad de combinar la teoría con la práctica en términos metodológicos.
Vio venir con mucha antelación que Honduras iba a ser un laboratorio de ejercicio del poder imperialista y que la derecha conservadora iba a tomarse el continente.
Lo importante es que no haya una simple ritualización de la muerte, sino una identificación llena de contenido, desde la educación y la comunicación popular, a través de la articulación de otros movimientos.
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