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Entrevista a Víctor Manuel Ramos, intelectual y médico hondureño

«Los golpistas controlan todo el andamiaje para el fraude electoral»

Fuentes: El Clarín (Chile)

En entrevista telefónica desde Tegucigalpa, el escritor y médico Víctor Manuel Ramos (1946) respalda el regreso del Presidente Zelaya: «al producirse por sus propios medios, sin el amparo ni la suscripción del Pacto de San José, no está obligado a someterse a las limitaciones que le impone el presidente Arias. Ahora sus exigencias están determinadas […]

En entrevista telefónica desde Tegucigalpa, el escritor y médico Víctor Manuel Ramos (1946) respalda el regreso del Presidente Zelaya: «al producirse por sus propios medios, sin el amparo ni la suscripción del Pacto de San José, no está obligado a someterse a las limitaciones que le impone el presidente Arias. Ahora sus exigencias están determinadas por las aspiraciones populares: cárcel para los golpistas, no más elecciones fraudulentas, convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva Constitución que incluya los derechos de todos los sectores de la nacionalidad».

Autor de los libros: Acuario (poemas en prosa); Monsieur Hérisson y otros cuentos (con ilustraciones de Eloy Barrios Alayón); Ratoncito gris   (finalista en el concurso A la orilla del viento del FCE); Aventuras de un globo terráqueo (Primer Premio del Concurso Centroamericano de Literatura Infantil y Juvenil); Viaje al arco iris (basado en las cosmogonías precolombinas del origen de los colores) y Viaje a Xibalbá (inédito), entre otros libros de neuroanatomía, teoría clínica e historia hondureña. Poeta, médico, narrador, crítico de arte, catedrático, historiador, periodista, creador de antologías de poesía, editor y director de revistas universitarias; Miembro de número de la Academia Hondureña de la Lengua, de la Academia Hondureña de Geografía e Historia del Instituto Morazánico y de la Asociación de Prensa Hondureña, Víctor Manuel Ramos habla de la represión que vive Honduras y analiza la crisis político-social a 3 meses del golpe de Estado. 

¿Cuál es la situación vigente en Tegucigalpa?

Tegucigalpa es, en estos momentos, una ciudad militarizada, con toque de queda que impide la libre movilización de sus habitantes. Sin embargo, el pueblo capitalino y casi toda la nación ha desobedecido al gobierno usurpador y ha salido a las calles, en los barrios y repartos, para manifestarse en contra del golpe de Estado, desconociendo al gobierno usurpador y exigiendo una transformación total de la vida nacional mediante la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva Constitución que incluya, en la conducción de la nación, a los marginados de siempre. Los militares y la policía han respondido con una brutalidad enorme contra los manifestantes, disparando a mansalva y provocando la muerte de algunos compatriotas, igualmente armados de garrotes con clavos, han dejado lesiones severas en la espalda y la cara de los manifestantes agredidos. Sin embargo la represión, en vez de atemorizar a los manifestantes, les ha reafirmado su decisión de lucha. No puedo dejar pasar esta oportunidad sin destacar la participación valiente de las mujeres y de los jóvenes en esta lucha desigual. Hay una anciana, Dionisia Díaz, que no ha fallado a ninguna marcha en contra del golpe de Estado y que fue encarcelada a raíz de la represión en contra de los manifestantes frente a la Embajada de Brasil, el lunes 22 de de septiembre. En la noche, las fuerzas represivas están atacando a los manifestantes en uno de los barrios de la Capital. Se han abierto algunas ventanas de esperanza porque se ha iniciado el diálogo entre el Presidente Zelaya y algunos actores del régimen golpista.

En 1968 describió a Honduras , como una: «Sublime magnolia, aroma de pólvora/Sostenida por un cáliz de esperanza/Poesía indefinida, su estatura de maíz»; en la actualidad ¿qué aroma predomina en Tegucigalpa?, ¿el fétido olor de pólvora o el cruento gas lacrimógeno?

En 1968, el país estaba bajo el dominio de los militares que se entronizaron en el poder de la República mediante un cruento golpe de Estado que se ensañó con los guardias civiles, quienes fueron asesinados a pesar de que habían sido desarmados. Había, entonces, en el aire de la nación, el olor de la pólvora y de la sangre de los asesinados. Posteriormente, durante la Presidencia de Roberto Suazo Córdoba, se instauró nuevamente una horrorosa represión contra los hondureños dirigida por el sicópata «general» Gustavo Álvarez Martínez en que fueron asesinados y desaparecidos centenares de hondureños y ciudadanos de otros países que se encontraban en Honduras. La escena se repite en estas nuevas circunstancias de otro golpe de Estado militar. Los militares pensaron que el pueblo protestaría por unos tres días y luego olvidarían todo. No ocurrió así, por el contrario, los hondureños han dado el más extraordinario ejemplo de lucha en defensa de las libertades y llevan ya tres meses de protestas ininterrumpidas en las calles, a pesar de la represión militar y de la persecución con gases lacrimógenos, con garrotes y con balas.

Además de ser poeta y editor, usted es médico; ¿qué se dice en los hospitales sobre los heridos de la resistencia al golpe?, ¿están imposibilitados para salir a ejercer con el toque de queda indefinido?

Siento decirlo, pero el gremio médico hondureño, con algunas excepciones, no ha mostrado la esperada solidaridad con el pueblo hondureño. El Colegio Médico de Honduras no se ha pronunciado oficialmente, sin embargo se comprometió a que sus miembros asumieran su papel prestando atención médica a quienes la necesitaran. En los Hospitales públicos, que es a donde acuden los heridos por la policía y los militares, se han atendido con muchas limitaciones porque las instalaciones de salud del país pasan por una enorme precariedad. Para que un médico pueda salir a cumplir con sus tareas deberá portar una autorización que debe ser extendida por el Director del Hospital en el cual trabaja. Quienes no son médicos empleados de una institución pública no tienen esta posibilidad de movilizarse so pena de ser capturados y llevados a las bartolinas en donde deben pasar la noche. Tenemos, sin embargo los médicos brigadistas cubanos y los muchachos médicos jóvenes graduados en Cuba que han asumido un papel profundamente solidario con el pueblo en resistencia.

Recientemente escribió el poema Es la hora del combate: «Los amaneceres, las amapolas ensangrentadas/Y ha llamado a repique de campanas libertadoras»; ¿por qué no podemos dejar pasar el tiempo?, ¿cómo ajustar las manecillas del pretérito imperfecto?

Indudablemente la hora del combate llegó, para Honduras y los hondureños. Nunca antes los hondureños habían adquirido una conciencia que les ha convertido en actores de su propio destino. Por casi dos siglos, desde la declaración de la independencia, el país ha estado en manos de una camarilla oligárquica, enriquecida a costa de la miseria del pueblo, interesada exclusivamente en sus intereses de grupo, marginando a las grandes mayorías que se han debatido en la marginalidad y el arrinconamiento político. Ahora hemos comprendido que estamos, justamente, en el momento de los grandes cambios para Honduras y las grandes mayorías de los hondureños, que han sido los olvidados de siempre, nos hemos enterado de que somos también dueños del país. En 1954, el pueblo hondureño dio un gran ejemplo de lucha yéndose a una huelga general para hacer respetar los derechos laborales de los trabajadores. Vencieron después de una ardua lucha. Estoy seguro de que hoy los hondureños venceremos también.

En su faceta de ensayista ha escrito: «Elecciones sí, para la Constituyente» y analiza los procesos electorales desde que usted tiene memoria (de Julio Lozano Díaz a Manuel Zelaya), ¿qué pronóstico haría sobre el sufragio fraudulento de noviembre? 

No creo que haya condiciones para elecciones en noviembre. Ir a esa mascarada sería volver a ser derrotados porque todo el proceso está preparado para perpetuar este sistema injusto y antidemocrático. Nuestra democracia ha sido exclusivamente electoral: durante las campañas llueven los compromisos, los que se olvidan el mismo día en que han tomado posesión los electos, generalmente en elecciones fraudulentas. Los hondureños no tenemos ahora por quién votar. Los candidatos no representan los intereses del pueblo, no son nuestros candidatos y los candidatos nuestros están en franca desventaja porque los otros controlan todo el andamiaje necesario para repetir el fraude en contra de la voluntad mayoritaria de los hondureños. Luchamos por una nueva Constitución, por una Constituyente integrada por representantes legítimos de todos los sectores de la nacionalidad.

Escribió un interesantísimo artículo sobre: «La gloria de las gloriosas Fuerzas Armadas», durante la guerra sucia; actualizando la información, desde el 22 de septiembre las agresiones y crímenes se han intensificado, ¿por qué los milicos reprimen y torturan a un pueblo pacífico?

Exactamente porque defienden los intereses de la oligarquía, de la que forman parte los miembros de la cúpula militar, enriquecida tras el saqueo de las arcas nacionales durante el tiempo en que tuvieron a su cargo el gobierno del país a través de la fuerza bruta. Paradójicamente los soldados que disparan en contra de los hondureños humildes. Cuando la guerra con El Salvador, ese país nos invadió con el patrocinio de los industriales norteamericanos, el ejército nuestro fue incapaz de defender al país, y los soldados salvadoreños cometieron atrocidades contra los civiles en las poblaciones ubicadas en los territorios que tomaron por la fuerza y que abandonaron gracias a la intervención de la OEA y no por la heroicidad de nuestras ineptas Fuerzas Armadas. Entonces el pueblo entendió que estos milicos eran valientes cuando se ensañaban en contra de los manifestantes y de los pobres, pero eran cobardes para defender la soberanía nacional. El pueblo les obligó a entregar el poder y se inició el proceso de esta democracia de mentirijillas, en donde los milicos, como parte de la oligarquía dominante, siguieron gobernando el país para proteger los intereses de los poderosos, incluidos ellos mismos. Yo diría que las Fuerzas Armadas ahora han firmado su sentencia de defunción. El pueblo está determinado a que, luego del triunfo, sean totalmente abolidas.

Ha dedicado un par de ensayos para desenmascarar a los propagandistas del golpe: «Al oído de César Indiano» y « Lo que Juan Ramón Martínez no quiere ver»; ¿escribirá algo sobre el remedo nonato de Renato Álvarez?, ¿qué otros periodistas son despreciables por su promiscuidad dictatorial?

La resistencia ha tenido muy pocos medios y periodistas dedicados a su defensa y a informar, con la verdad de los acontecimientos. Esos medios son Radio Globo, Canal 6 Cholusat Sur, Diario Tiempo y otros pocos medios más, sobre todo emisoras de poca potencia en los pueblos. La gran prensa y las cadenas radiales y de televisión han estado al servicio del golpe de Estado y han distorsionado la verdad. Forman parte de la oligarquía. Silencian completamente todas las actividades de la resistencia o si las mencionan minimizan las grandes multitudes que participan, y, sobre todo, no dicen nada acerca de que todo el país está levantado en contra del golpe de Estado. Es indudable que los más visibles mentirosos son: Renato Álvarez, el programa Abriendo Brecha y todos sus periodistas, Edgardo Melgar, de los noticieros de la Televisión, y muchos otros lameculos que un día antes del golpe hacían loas al Presidente Zelaya. Pero todos estos tipejos solamente son mandaderos de los grandes empresarios de los medios: Rafael Ferrari dueño de la Radio y de la Televisión, Jesús Canahuati, dueño de La Prensa y El Heraldo y Carlos Flores, ex presidente de Honduras, dueño de La Tribuna, todos dedicados al 100% a defender el golpe de Estado.

El 14 de junio de 1988, publicó en el periódico Tiempo de Honduras: «en la patria del canciller, la crítica a sus acciones es antipatriótica y traidora», ese político es el actual ministro de relaciones exteriores de facto; ¿qué geopolítica ejecuta el canciller de facto si no es bienvenido en la ONU?, ¿qué noción de patria tiene López Contreras 20 años después?

En aquel entonces López Contreras era el canciller del régimen que toleraba a la contra nicaragüense en la guerra sucia en contra del gobierno sandinista de Nicaragua. Ahora intenta de nuevo ser canciller, pero se ha llevado un gran fiasco. Como el régimen golpista no ha sido reconocido por ningún país, ni por la ONU ni por la OEA, este señor no es canciller, a lo sumo llega a «Ministro del interior», pues, a duras penas tiene relaciones con su mujer (ella dirige a las elites aglutinadas a favor del golpe) y con el golpista Micheletti. La patria de entonces, para López Contreras, es justamente la misma que ha surgido después del golpe. Esa patria es totalmente otra diferente a la que aspiraba nuestro héroe Francisco Morazán en su Manifiesto de David. Así que la noción de Patria para el señor López Contreras, que no canciller, no ha cambiado. Ahora están enfrentados con los Estados Unidos dirigidos por Obama, pero habría un tremendo contubernio si ese país estuviese gobernado por Bush.

¿Qué opinión le merece el regreso del Presidente Zelaya a Tegucigalpa?

El regreso del Presidente Zelaya a Honduras ha sido un gran alivio para los combatientes de la Resistencia. Además, como su retorno se ha producido por sus propios medios, sin el respaldo ni la suscripción del Pacto de San José, no está obligado a someterse a las limitaciones que le impone el presidente Arias. Ahora sus exigencias están determinadas por las aspiraciones populares: cárcel para los golpistas, no más elecciones fraudulentas, convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva Constitución que incluya los derechos de todos los sectores de la nacionalidad. El pueblo no acepta negociaciones que limiten estas aspiraciones y no quiere diálogos con los golpistas. La decisión de triunfo es total y decidida.

Finalmente, ¿desea compartir alguna idea con los lectores del Clarín.cl a 3 meses de resistencia en contra del golpe de Estado?

Quiero agradecer la solidaridad internacional que ha animado la lucha del pueblo hondureño. La solidaridad de los pueblos de América y de sus Presidentes han hecho más llevaderos los sufrimientos del pueblo sometido a la brutalidad militar. Pero queremos decirles a los pueblos del mundo que los hondureños estamos en la calle, luchando, enfrentándonos sólo con nuestros pechos a las balas y los garrotes para que en el planeta, los militares no vuelvan, nunca jamás, a burlar la voluntad de las mayorías. Parafraseando al Presidente Salvador Allende: en Honduras se están abriendo las nuevas avenidas por donde se iniciará el tránsito de la humanidad hacia un mundo más justo.

Fuente: http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=18472&Itemid=2729