«La educación empieza con la vida, y no acaba sino con la muerte«José Martí Los docentes hondureños no se dejan atemorizar y tampoco provocar: a pesar que el gobierno de facto haya confirmado que no pagará los días perdidos por la protesta en curso, los educadores continúan su marcha decidida a reclamar justicia. Siempre en […]
José Martí
Los docentes hondureños no se dejan atemorizar y tampoco provocar: a pesar que el gobierno de facto haya confirmado que no pagará los días perdidos por la protesta en curso, los educadores continúan su marcha decidida a reclamar justicia.
Siempre en forma pacífica, están llegándole a la capital Tegucigalpa, de todas las provincias del país, para apoyar la ocupación del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA) y el bloque de la nueva ley sobre la educación, que trata de privatizar la escuela y eliminar el estatuto del maestro.
Los docentes hondureños están ocupando el Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA) para exigir el pago de las contribuciones que han vertido y que el estado robó; hecho que si continúa, llevará a la quiebra de la institución.
Además son convocados a la marcha nacional del 18 de agosto de 2010.
Hoy, el 12 de agosto de 2010, millares de docentes, partiendo de la Universidad Pedagógica, donde una parte de los manifestantes se encontraron en asamblea, han marchado hasta el Hotel Maya para apoyar las negociaciones de sus dirigentes y el régimen de facto.
Mientras bloquearon la calle delante del hotel, sentados en forma pacífica, para demostrar el apoyo general a la lucha, muchos camiones del ejército y de los cuerpos especiales COBRAS, llegaron para amenazar a los manifestantes y actuar la usual guerra psicológica y de terror, que bien conocemos en Honduras, desde el 28 de junio de 2009, cuando un golpe de estado cívico-militar quebró la democracia en el país centroamericano, hiriéndola a muerte.
Los uniformados se presentaron armados hasta los dientes, demostrando arrogancia y superioridad exageradas en contra a los maestros desarmados y absolutamente pacíficos.
En las primeras horas de la tarde empezaron a abandonar las estructuras del Hotel Maya, para buscar otra estructura más idónea para tratar los temas más fuertes: un hotel privado resultó no muy cómodo.
Todavía lejanos de un acuerdo, los docentes no claudican y siguen reclamando sus derechos, sin importarle de la persecución del régimen de facto.
Ida Garberi, periodista de defensoresenlinea.com
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