Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Mientras enviamos este artículo, el aire en Puerto Príncipe está cargado de disparos y humo de neumáticos en llamas. Las ciudades de todo el país y el aeropuerto nacional están clausurados por las manifestaciones. Muchos están enfurecidos por el anuncio del jueves por la noche de que dos candidatos presidenciales llegaron a la segunda vuelta: Jude Celestin, del ampliamente odiado partido gobernante del presidente Rene Préval, y Mirlande Manigat, de la extrema derecha. El anuncio revela otra manipulación obvia de lo que ya ha sido una elección descaradamente fraudulenta. Una votación democrática es una cosa más que se ha arrebatado a la mayoría marginada de Haití, que se suma a sus numerosas pérdidas desde el terremoto del 12 de enero del año pasado.
¿Qué está en juego en Haití? ¿Qué intereses subyacen en la lucha por el poder en el país? Una respuesta es la gran cantidad de dólares que circula para la ayuda y el desarrollo. Entre los que se benefician generosamente con la ayuda para el desastre hay corporaciones estadounidenses que han obtenido contratos del gobierno de EE.UU. Más adelante informamos sobre una corporación estadounidense y sus subsidiarias que han recibido contratos que involucran tanto un conflicto de interés como el daño a uno de los sectores sociales más numerosos y vulnerables de Haití: los pequeños agricultores.
«Ya estábamos en una terrible miseria después del terremoto del 12 de enero. Pero el arroz que descargan en nuestro país compite con el nuestro y pronto vamos a caer en un profundo agujero», dijo Jonas Deronzil, que ha cultivado arroz y maíz en el fértil Valle Artibonite de Haití desde 1974. «Cuando dejen de suministrarlo, ¿vamos a morir todos?»
Deronzil lo explicó en abril en un almacén de bloques de hormigón ligero, en el que se encontraba desde marzo, en sacos de arpillera, toda la cosecha primaveral de arroz, sin vender gracias al dumping de USAID (Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional) del arroz producido por la agroindustria estadounidense, subvencionado con dineros públicos. El gobierno de EE.UU. y las corporaciones agrícolas, que han estado debilitando la agricultura campesina haitiana durante tres décadas, amenazan actualmente con mayores niveles de desempleo para agricultores y una crisis alimentaria agravada en la población más hambrienta del hemisferio.
Dos subsidiarias de la misma corporación, ERLY Industries, se benefician de diferentes contratos estadounidenses pero sus intereses están en conflicto. La misma compañía a la que se le paga por monitorear la «inseguridad alimentaria» se beneficia de políticas que aumentan la inseguridad alimentaria. American Rice gana dinero exportando arroz a Haití, menoscabando los medios de vida de los agricultores, la producción nacional y la seguridad alimentaria. Chemonics ha recibido contratos para realizar evaluaciones del hambre, y ahora para distribuir semillas de Monsanto.
Haití es el único país del hemisferio que sigue siendo mayoritariamente rural. Cálculos del porcentaje de ciudadanos haitianos que siguen siendo pequeños agricultores -o campesinos, como se autodenominan- varían entre un 66% y un 80%. [1] A pesar de la mayoría de agricultores, las importaciones de alimentos representan más de un 50% del consumo de los haitianos [2], y a pesar de ello la nación sufre una calamitosa crisis alimentaria, en la que se estima que más de 2,4 millones de los 9 millones de haitianos están afectados por la inseguridad alimentaria. La desnutrición aguda entre niños menores de 5 años es del 9%, y la desnutrición crónica en ese grupo de edad es 24%. [3]
Solía ser diferente. A principios de los años ochenta, Haití era en gran parte autosuficiente en el consumo de alimentos e incluso era una nación exportadora. La destrucción de la agricultura y de la seguridad alimentaria tuvo lugar mediante decisiones políticas. En 1986, y de nuevo en 1995, el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó préstamos a Haití con la condición de que el gobierno redujera los aranceles sobre bienes importados al país. Aunque los aranceles anteriores de algunos alimentos básicos habían llegado a un 150%, en 1995, el gobierno haitiano, bajo presión sobre todo del FMI y del gobierno de EE.UU., redujo los aranceles sobre alimentos básicos hasta a un 3%. [4]
Al no poder competir con productos importados, y por lo tanto no poder sobrevivir, los agricultores haitianos se fueron en masa a la abarrotada capital en busca de sustento. Se han sumado a las filas de los desocupados o han sido recibidos por maquiladoras y se han establecido en viviendas mal construidas, edificadas en terrenos inseguros, como barrancos y laderas de escarpadas montañas. El devastador número de víctimas del terremoto, entre 250.000 y 300.000 muertos en la capital, Puerto Príncipe, y sus alrededores, se debe en parte a que los agricultores no pudieron quedarse en sus casas en el campo.
El arroz es uno de los cinco cultivos más subvencionados en EE.UU., ya que los productores de arroz recibieron 12.500 millones de dólares en subsidios entre 1995 y 2009. [5] La producción subvencionada y su escala industrial, sumada a la reducción de aranceles de importación en Haití, se combinaron para convertirse en un filón de oro: desde comienzos de los años ochenta, el arroz producido en sitios como Arkansas y California y embarcado a Haití podía venderse más barato que el arroz cultivado en un campo vecino en el Valle Artibonite. El show de la televisión de EE.UU. «Miami Vice» gozaba de mucha popularidad en la época, y a medida que se desarrollaba la amenaza a los productores locales, los haitianos llamaron a las importaciones «Miami Rice».
Entre 1992 y 2003, el arroz importado a Haití aumentó más de 150%, y el 95% de las importaciones provenía de EE.UU. [6] La Federación del Arroz de EE.UU. afirma en su sitio en la Red que un 90% del arroz que se consume actualmente en Haití proviene de EE.UU. [7]
La inundación de arroz importado ha aumentado desde el terremoto. Inmediatamente después del desastre, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) compró 13.045 toneladas de arroz para Haití. [8] En semejante crisis humanitaria catastrófica, hasta las organizaciones campesinas haitianas que normalmente se oponen a la ayuda alimentaria aceptaron que esa ayuda a corto plazo era esencial.
Al mismo tiempo, sin embargo, los alimentos producidos localmente estuvieron y siguen estando disponibles. «Si los extranjeros quieren ayudar, no debería ser con alimentos. Tenemos la capacidad de producirlos. Deberían darnos la posibilidad de cultivar nuestro propio alimento para que la agricultura pueda sobrevivir,» dijo Rony Charles, agricultor y miembro de la Cooperativa de Productores Agrícolas de Verrettes. Pero una ley adicional de ayuda en el Congreso de EE.UU. -la Ley de Empoderamiento, Ayuda y Reconstrucción de Haití (HEAR)- que, entre otras cosas, habría aumentado el porcentaje de ayuda alimentaria adquirida a los productores haitianos, parece estar condenada al fracaso ante la oposición republicana. Grupos de propugnación en Washington, como Haití Renacido, trabajarán para lograr que se vuelva a presentar la ley en enero, pero es poco probable que haya alguna compra local durante varios años.
ERLY Industries es una corporación estadounidense que se beneficia ampliamente de la ayuda y de las oportunidades comerciales en Haití. ERLY es la sociedad matriz de American Rice, que ha estado vendiendo arroz a Haití desde 1986 a través de su subsidiaria haitiana, Rice Corporation of Haiti. A mediados de los años noventa, American Rice importaba entre 40 y 50% de todo el arroz consumido en Haití. [9] Un comunicado de prensa de la Federación del Arroz de EE.UU., de la cual es miembro American Rice, se refirió a la «colaboración» y los «esfuerzos proactivos» de la federación con el USDA y USAID en el envío de arroz a Haití inmediatamente después del terremoto. [10]
Chemonics, otra subsidiaria de ERLY Industries, ha dirigido dos proyectos financiados por USAID desde antes del terremoto y recibió de USAID uno de los primeros contratos posteriores al desastre en Haití, por 50 millones de dólares. Chemonics obtiene un 90% de su financiamiento de USAID y trabaja en más de 75 países. [11] Una de las áreas en las que se concentra Chemonics es el trabajo agrícola, con muchos proyectos que apuntan al desarrollo de oportunidades comerciales internacionales. Chemonics también ha sido un gran beneficiado por contratos de USAID en las guerras de Iraq y Afganistán. [12]
Uno de los contratos de Chemonics en Haití anteriores al terremoto, como en otros países del mundo, entre 2006 y 2010, es la Red de Sistemas de Advertencia Temprana de Hambruna de USAID. FEWS NET II, como se conoce, monitorea la seguridad alimentaria e informa sobre temas como precios de los alimentos, el clima y los flujos del mercado.
Chemonics también tiene un contrato, para 2009-2014, de 126 millones de dólares de USAID para su Watershed Initiative for National Natural Environmental Resources (WINNER) basada en Haití. Algunos de los objetivos de Winner señalados en el contrato incluyen el aumento de la productividad agrícola, un refuerzo del control de las fuentes de agua y una reducción de la amenaza de inundaciones.
WINNER tiene ahora un nuevo rol en la distribución de la reciente donación de Monsanto de 475 toneladas de semillas de maíz híbrido y otras semillas vegetales en todo Haití. Aunque las semillas este año fueron gratuitas, defensores de la agricultura familiarizados con la historia de Monsanto en todo el mundo consideran que la donación es un caballo de Troya con el cual Monsanto trata de conquistar un punto de apoyo en el mercado haitiano. Queda por ver en qué medida Monsanto se sumará ahora a Chemonics y American Rice como beneficiario económico del terremoto. Elizabeth Vancil de Monsanto «agradeció especialmente a USAID y USDA, que nos conectaron para poder conseguir esta aprobación». [13]
Mientras tanto, grupos campesinos haitianos han declarado que esta donación es una afrenta a su soberanía semillera, un derecho al que se refieren como «patrimonio de la humanidad». [14] Entre otros problemas, apuntan a las semillas de tomates Calypso tratadas con Thiram [15], un aditivo pesticida tan tóxico que la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) ha prohibido su uso en jardines caseros en EE.UU. [16] El 4 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, más de 12.000 agricultores haitianos y sus aliados marcharon en una localidad rural y quemaron semillas de Monsanto. En EE.UU., grupos de solidaridad de Chicago a Seattle hicieron lo mismo. [17] Doudou Pierre, un destacado defensor de la soberanía alimentaria, dijo que la acción del 4 de junio fue «una declaración de guerra».
En marzo Bill Clinton pidió formalmente disculpas por su papel en la promoción de la importación de arroz estadounidense a Haití a costa de los agricultores haitianos. «Puede haber sido bueno para algunos de mis agricultores en Arkansas, pero no ha funcionado. Fue un error… Tuve que vivir todos los días con las consecuencias de la pérdida de capacidad de producir una cosecha de arroz en Haití para alimentar a esa gente debido a lo que hice; nadie más.» [18] A pesar del mea culpa, nada ha cambiado en las políticas de ayuda al extranjero y de comercio de EE.UU.
En cuanto a la cosecha de arroz de marzo de Deronzil, Charles y otros productores en Artibonite, finalmente se vendió en junio por casi exactamente dos tercios de lo que hubiera recaudado antes del terremoto, a 13,27 dólares por saco en lugar de los 20,77 dólares anteriores al terremoto.
«Lo que reconstruirá Haití no son las casas», dijo Rosnel Jean-Baptiste de la organización nacional campesina Tet Kole Ti Peyizan Ayisyen de Haití. «Es la inversión en el sector agrícola».
Notas
[1] La CIA afirma un 66% (CIA Factbook, 2010) mientras que las organizaciones campesinas haitianas utilizan generalmente una cifra de un 80%.
[2] Un reciente artículo de Associated Press citó una evaluación gubernamental de necesidades de 2005 que menciona una cifra de un 51%. Jonathan Katz, «With cheap imports, Haiti can’t feed itself,» Associated Press, 20 de marzo de 2010).
[3] World Food Program, 2010.
[4] Oxfam International, «Kicking Down the Door: How Upcoming WTO Talks Threaten Farmers in Poor Countries,» Abril 2005, p. 26.
[5] Environmental Working Group Farm Subsidy Database.
[6] Oxfam International, Op. Cit., p. 26.
[7] USA Rice Federation, «USA Rice Efforts Result in Rice Food-Aid for Haiti,» 20 de enero de 2010.
[8] Ibíd.
[9] Lisa McGowan, «Democracy Undermined, Economic Justice Denied: Structural Adjustment and the Aid Juggernaut in Haiti,» Development Group for Alternative Policies (The Development GAP), Enero de 1997.
[10] USA Rice Federation, Op. Cit.
[11] Center for Public Integrity.
[12] Ibíd.
[13] Email de Elizabeth Vancil, Op. Cit.
[14] Vea, por ejemplo, la declaración de Chavannes Jean-Baptiste, director del Movimiento Campesino de Papay «¿Monsanto en Haití? Distribuida por correo electrónico el 14 de mayo de 2010.
[15] Correo electrónico de Elizabeth Vancil a Emmanuel Prophete, director de semillas en el Ministerio Haitiano de Agricultura, y otros; publicado por el Ministerio Haitiano de Agricultura, fecha desconocida.
[16] Extension Toxicology Network, Pesticide Information Project of the Cooperative Extension Offices of Cornell University, Michigan State University, Oregon State University y University of California at Davis.
[17] Beverly Bell, «Groups Around the US Join Haitian Farmers in Protesting ‘Donation’ of Monsanto Seeds,» 4 de junio de 2010.
[18] De una declaración del Comité de Relaciones Exteriores del Senado del 10 de marzo de 2010. Jonathan M. Katz, «With cheap food imports, Haiti can’t feed itself,» Associated Press, 20 de marzo de 2010.
Fuente: http://www.truth-out.org/
rCR