La Comunidad Margaritas III, se encuentra en el Municipio de San Francisco Zapotitlán, Suchitepéquez, a 170 Km al suroeste de la ciudad de Guatemala. Está conformada por 15 familias campesinas, en su gran mayoría ex mozos colonos de las fincas agrícolas aledañas que rodean a la comunidad.
Las y los integrantes de la comunidad, por el proceso del colonaje, perdieron por completo su idioma materno, buena parte de sus costumbres mayas… Genéticamente predominan los rasgos mayas. Las familias son campesinas, pero sin tierras. Generan sus medios de vida como jornaleros en las fincas vecinas, alternando con trabajos en los poblados más próximos.
Jóvenes campesinos se organizan en tiempos de pandemia
Durante la pandemia, aprovechando la presencia permanente en la comunidad, jóvenes y niños crearon su organización juvenil y la denominaron Genera Comunidad. Lo hicieron con la finalidad de promover la “participación de niños y jóvenes en la vida comunitaria”.
Estos jóvenes, con motivo de la Navidad 2020, prepararon una convivencia navideña para toda la comunidad. Consiguieron y entregaron juguetes y caramelos para todos los y las niñas de la comunidad, como nunca antes había ocurrido.
Para financiar dicha actividad, cada joven y niños que integran la organización Genera Comunidad aportó Q 25 (equivalente al jornal mínimo que reciben en las fincas vecinas por el corte del café) Y, para completar el costo del convivio navideño, enviaron solicitudes de apoyo a algunas amistades externas a la comunidad.
Algunos padres de familia aportaron frijoles, tortillas, carne, leña… y los jóvenes prepararon la cena. Otros, aportaron y elaboraron las bebidas… Los refrescos y desechables estuvieron completamente ausentes en la fiesta… Una de las familias aportó la “llegada de un Papa Noel cargado de pelotas” que dibujó angelicales alegrías en los rostros de niños presentes.
Desde días anteriores, las y los jóvenes prepararon los adornos y mensajes para la ambientación del lugar de la reunión, compraron y envolvieron los juguetes con dedicatoria para cada niño y niña, según sus edades…
Así, la tarde del convivio navideño comunitario fue lúdica, colorida, y sobre todo alegre por la presencia y sonrisas de niños ilusionados con sus juguetes.
Qué aprendimos de esta convivencia navideña comunitaria
Podemos estar o no de acuerdo con el sentido religioso o mercantil de la Navidad. Pero no se puede negar el hecho que estas fechas simbólicas pueden y deberían ser aprovechadas para promover la proximidad entre las personas, y afianzar el tejido social comunitario. Sobre todo, ahora, que la pandemia nos mostró que la comunidad es el “antídoto social” contra este mal.
Si bien la Navidad es un vehículo de colonización y mercantilización incluso de lo “sagrado”, sin embargo, también dicha fecha puede y debería ser motivo para organizarnos, compartir y cultivar la comunidad. El individualismo y el consumismo no tienen por qué ser necesariamente los únicos referentes a seguir para la juventud y la niñez.
No importa en qué situación económica nos encontremos las familias. Si tenemos esperanza, y fe en el ser humano, siempre tendremos mucho que ofrecer para las y los demás.
Las y los jóvenes campesinos, hijos de jornaleros de la Comunidad Margaritas III, nos enseñan que si estamos organizados y habitados por una buena voluntad siempre se puede regar con alguna dosis de alegría nuestro mundo marchito en tiempos de pandemia.
No sabemos quiénes, cuántos , ni cómo estaremos para la Navidad del 2021. Lo que sí sabemos es qué y cómo compartimos la Vida con nuestra comunidad hasta ahora. Si la Navidad nos sirve para cultivar comunidad, y abonar a la esperanza humana, pues, bendita fecha, sin importar si es de origen profano o sagrado.
Ollantay Itzamná. Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos
Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/
@JubenalQ