Artículos
En los últimos meses, el menú de las medios corporativos y los esfuerzos de los medios alternativos pro norteamericanos en Guatemala, además de furtivos actores red en las redes sociales, instalaron en el espectro noticioso internacional y nacional, la preocupación de: «la democracia de Guatemala corre peligro», «hay Golpe de Estado en proceso», «la corrupción está invadiendo al Estado», etc.

El 2 de diciembre próximo se cumplen 200 años consecutivos de la vigencia real y letal de la implementación de la Doctrina Monroe.

En un mes del exterminio de la población civil en Palestina, sobre todo en Gaza, 49 periodistas fueron asesinados por el ejército de Israel, ante la complicidad y el silencio de la gran mayoría de la prensa mundial.

En la historia moderna que corre de 1492 a 2023, la humanidad sufre tres holocaustos (exterminio de pueblos por razones políticas, religiosas o culturales).

Después de casi un mes de movilizaciones sociales, en «defensa de la democracia» (patronal), los sectores populares movilizados frustrados tuvieron que aceptar la «ratificación de la voluntad patronal» vigente, ya dos siglos republicanos.
Hace 79 años atrás, universitarios y sectores de la clase media, con conciencia nacional y horizontes deseados de modernizar el país, nuclearon la denominada Revolución Nacional de 1944.
En 2015, la Embajada norteamericana, activó la “primavera de colores”, bajo la bandera de “guerra contra la corrupción”, con la finalidad de legitimarse en el “imaginario latinoamericano” como el “guardián contra la corrupción” y así perseguir a todos los gobiernos progresistas de la región (contrarios a sus intereses) acusándolos de corruptos.
Se veía venir. En Guatemala se estaban creando las «condiciones de factibilidad» para que el gobierno norteamericano reocupara política o militarmente el país centroamericano.

Así comienza la poesía titulada Los Heraldos Negros, del peruano César Vallejo, publicado en 1919. El poeta norteño del Perú, quizás jamás imaginó que un siglo después su poesía continuaría retratando el calvario que viven los pueblos del Perú, en especial acelerado por el “desorden estructural” que sus élites político empresariales le imprimen.