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Recientemente trascendió la noticia de la alianza electoral entre los tradicionales partidos políticos de URNG y WINAQ con miras a la contienda electoral del 2023.
La plurinacionalidad como propuesta ética y política trastoca el elemento filosófico constitutivo de la modernidad que es el ser uno como el ser perfecto y deseado.
El 18 de septiembre pasado, vecinos y vecinas del Municipio de Asunción Mita, Departamento de Jutiapa, acudieron a las urnas para decidir sobre la presencia del proyecto minero Cerro Blanco de propiedad del consorcio canadiense Elevar Resources.
Marcaba el reloj las 5:00 am del amanecer, del lluvioso miércoles 21 de septiembre. Centenares, miles, de indígenas y campesinos, descienden de los buses en la ciudad señorial de Guatemala.

A diferencia de otros procesos electorales, esta vez, acudir a las urnas en Chile no es una opción, sino una obligación con penas de multa.
En algunos países como Guatemala, algunos actores de la izquierda tradicional comienzan a asumir el “imperativo” político electoral: ¡Ahora es cuando! ¡Es nuestro turno!, entusiasmados por la seguidilla de triunfos electorales de tendencias progresistas en el Continente.

Guatemala es un país tropical, cohabitado, en su gran mayoría, por pueblos originarios, donde el liberalismo hizo dos fallidas revoluciones nacionales para modernizar y desarrollar el país.
Por circunstancias de la vida, en días recientes, corriendo por las rutas fuera del asfalto, conocí a un Sacerdote Católico, maya mam, de 62 años de edad. Un teólogo de la liberación que relee, con autocrítica, la época de “oro” de cuando la Iglesia Católica latinoamericana quiso ser pueblo.
Los días 25 y 26 de abril recientes, comunidades campesinas y colectivos urbanos articulados en el movimiento sociopolítico Comité de Desarrollo Campesino CODECA, junto a otras organizaciones locales del país, paralizaron las principales vías camineras de Guatemala (en 34 puntos) protestando contra el incremento del costo de la canasta básica, los combustibles, insumos agrícolas, la corrupción en el sistema judicial y la criminalización de defensores de derechos y comunicadores.
El colonizador, para instaurar su supremacía racial y cultural sobre los pueblos originarios, mañosamente esculpió y pintó la imagen de Dios semejantes a él. Por eso Dios es oficialmente representado como varón (macho), blanco, barbudo. Jesucristo (judío de tez trigueño, pómulos pronunciados y nariz achatada) es pintado y esculpido con el mismo rostro, porte, contextura muscular y cabello de los colonizadores europeos. De igual modo, las imágenes de la virgen María, santos/as, ángeles, etc. Todos/as, blancos, con nariz respingada…