Artículos
En la historia moderna que corre de 1492 a 2023, la humanidad sufre tres holocaustos (exterminio de pueblos por razones políticas, religiosas o culturales).
Después de casi un mes de movilizaciones sociales, en «defensa de la democracia» (patronal), los sectores populares movilizados frustrados tuvieron que aceptar la «ratificación de la voluntad patronal» vigente, ya dos siglos republicanos.
Hace 79 años atrás, universitarios y sectores de la clase media, con conciencia nacional y horizontes deseados de modernizar el país, nuclearon la denominada Revolución Nacional de 1944.
En 2015, la Embajada norteamericana, activó la “primavera de colores”, bajo la bandera de “guerra contra la corrupción”, con la finalidad de legitimarse en el “imaginario latinoamericano” como el “guardián contra la corrupción” y así perseguir a todos los gobiernos progresistas de la región (contrarios a sus intereses) acusándolos de corruptos.
Se veía venir. En Guatemala se estaban creando las «condiciones de factibilidad» para que el gobierno norteamericano reocupara política o militarmente el país centroamericano.
Así comienza la poesía titulada Los Heraldos Negros, del peruano César Vallejo, publicado en 1919. El poeta norteño del Perú, quizás jamás imaginó que un siglo después su poesía continuaría retratando el calvario que viven los pueblos del Perú, en especial acelerado por el “desorden estructural” que sus élites político empresariales le imprimen.
Dos partidos políticos socialdemócratas neoliberales se disputan la presidencia de Guatemala el próximo 20 de agosto. Ninguno de los dos tiene mayoría en el próximo Congreso de la República. Ambos acuden a Washington para potabilizarse políticamente.
En marzo de 1954, el gobierno norteamericano impulsó y concretó la X Cumbre de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en Caracas, Venezuela, con el objetivo de castigar a la Revolución Nacional de Guatemala (1944-1954).
El pasado 25 de junio se realizaron las elecciones generales para elegir president@ y vicepresident@, 160 diputados al Congreso de la República, 20 diputados supranacionales al Parlamento Centroamericano y 340 gobiernos municipales.
El Emperador de Roma, para mantener distraídos y desmovilizados a ciudadanos romanos y esclavos, aplicó por mucho tiempo la política imperial de: “pan y circo para el pueblo”.