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Guatemala

Revolución del 20 octubre de 1944 y las movilizaciones del 2023

Fuentes: Rebelión

Hace 79 años atrás, universitarios y sectores de la clase media, con conciencia nacional y horizontes deseados de modernizar el país, nuclearon la denominada Revolución Nacional de 1944.

Era la segunda revolución liberal en la historia de la Guatemala criolla anti indígena. La primera expresamente defenestrada por el gobierno norteamericano (1954) en el Continente.

Recuérdese que en la primera Revolución Liberal (1871) Rufino Barrios despojó a los indígenas todas las tierras comunales para entregárselas a los nuevos finqueros. En la segunda Revolución Liberal Nacionalista (1944) todas las tierras pasaron a propiedad del Estado.

En ninguna de las dos revoluciones hubo tierra para indígenas, mucho menos los indígenas fueron considerados como sujetos de derechos. Éstos no existieron jurídicamente para el Estado racista. Hasta que en los 90, para promover la pujante industria del turismo folclórico, constitucionalmente comenzaron a existir como reproductores culturales o piezas museales. Pero, cuidando que no se convirtieran en sujetos sociopolíticos.

¿Qué diferencia hay entre la efervescencia social del 20 de octubre de 1944 y el de 2023?

Sujetos

En 2023, el sujeto político que nuclea la efervescencia social es el partido político Semilla, promovido y asiduo a los EEUU, integrado por la clase media urbana que ve con «preocupación» que el Estado nación racista se cae (carcomido por la corrupción), porque es una de sus principales fuentes de empleo. La corrupción fue una constante, sin importar qué bando estuviera en el gobierno.

A diferencia de octubre de 1944, ahora, son indígenas y campesinos que ponen el cuerpo y su hambre para «defender la democracia que favorece a Semilla». En aquella oportunidad, fueron estudiantes universitarios, quienes años después fueron aniquilados biológica y políticamente. Ésta es una diferencia entre ambas «revoluciones», pero ambos «sujetos sociales movilizados» están en las mismas condiciones de subjetivas (sólo de apoyo para que el ladino suba o mantenga su negocio del Estado racista).

En 2023, a diferencia del 1944, la Embajada norteamericana, la USAID, la OEA, junto al bando oligárquico obediente a Washington, son los principales interesados en que la idea de la «revolución de octubre del 2023» cale en el subconsciente colectivo de la guatemalticidad. USAID financia muchos proyectos de los 48 Cantones, de las ONG que acuerpan a Semilla… están en los informes publicados.

Demandas

La demanda actual que nuclea a los sectores populares movilizados es: «que RENUNCIEN» los tres funcionarios públicos «desobedientes» a Washington. En 1944, la demanda fue: cambios estructurales para modernizar el Estado nación. Para ello se emprendió con la creación de empresas estatales propias, servicios públicos, nacionalización de la tierra, etc.

En la actualidad, los sectores populares movilizados no tienen ningún horizonte de cambios, más que la sustitución de funcionarios públicos para revitalizar el aparato estatal racista letal para con los pueblos indígenas. Ni 48 Cantones, ni la Alcaldía Indígena de Sololá, demandan autodeterminación de los pueblos, Estado Plurinacional o Asamblea Constituyente Plurinacional. Con esto, tanto la nueva élite política aspiracional, como la clase media, están contentos, porque es una garantía para su estabilidad como clase.

Horizontes

En 1944, los núcleos revolucionarios tenían claro su horizonte de emancipación  y autodeterminación como país y como Estado. Por ello, reorganizaron el ordenamiento jurídico del Estado, hicieron del Estado un actor económico central para dar soporte al proceso de cambio, le apostaron a la autonomía universitaria para forjar al nuevo sujeto moderno que haga posible dichos cambios. Esto es lo que incomodó de sobre manera a los EEUU/OEA, por eso derrocaron dicho proceso en 1954.

En 2023, por más que sean multitudes multicolores los sectores movilizados en las calles, el horizonte es seguir entregando todo a los racistas patrones nacionales y al Imperio para que sigan pisando aún más fuerte a indígenas, campesinos y clases medias empobrecidas.

¿Escuchó Ud. alguna consigna en las calles, ahora, contra las petroleras de que deben en regalías e impuestos más de 5 mil millones de dólares al Estado? ¿Quizás leyó en alguna pancarta denunciando a los EEUU por promover el Golpe de Estado de 1954, o por las masacres a niños palestinos, o por inocular sífilis a presos guatemaltecos,…? No. Esta revolución es teatro made in USA en complicidad con los obedientes y obedientitos a Washington.

Ollantay Itzamná. Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala.

Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.