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Yamandú Orsi del Frente Amplio asume la presidencia de Uruguay

Orsi, un compromiso latinoamericanista tras el desastre del lacallismo

Fuentes: CLAE - Imagen: El nuevo presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, Montevideo, 1/3/2025. (Foto: Tomada de redes sociales de Orsi)

Al fin los uruguayos se libraron de la presidencia de Luis Lacalle Pou, cinco años marcados por el deterioro de la calidad de vida, de actos de corrupción, del crecimiento del narcotráfico y de la deuda externa, en una administración que privilegió solamente a los más ricos, a los que el saliente mandatario calificaba como “los malla oro”.

Desde su primera alocución, su sucesor, el profesor de historia Yamandú Orsi, expresó su compromiso con la cooperación regional y la estabilidad global. “Desde un país como el nuestro, enclavado en el Sur de América, queremos sumar esfuerzos para contribuir con la estabilidad y la paz en un mundo cada vez más complejo y cambiante”, afirmó, apostando por la profundización del Mercosur, la CELAC y la OEA.

“El avance de las acciones y acuerdos del Mercosur, el reforzamiento de la Celac, la participación cada vez más activa en la OEA, la profundización de la cooperación Sur-Sur, la multiplicación de los acuerdos con los grandes países de referencia de nuestro mundo en forma bilateral y multilateral, serán algunas de las banderas que desplegaremos en estos cinco años”, declaró. 

Una declaración de principios, en la que seguramente intervino el nuevo canciller Mario Lubetkin, de vasta experiencia internacional, que no deja lugar a dudas y aleja el fantasma de Luis Almagro, quien fuera designado canciller por el gobierno frenteamplista de Pepe Mujica, para luego ser transmisor de las órdenes de Washington desde la Secretaría General de la OEA.

Desde sectores de izquierda se señala que este gobierno expresa una renovación generacional y una “modernización” discursiva y de posturas que presentan al Frente Amplio más directamente como administrador y gestor del capitalismo, sin ánimo de confrontar con empresarios o representantes del imperialismo.

Pero aún nadie del gobierno conoce realmente lo que encierra la caja de Pandora” hasta que los ministros que asuman comiencen a conocer los “detalles” del desastre lacallista, que obviamente no fueron informados en la llamada transición.

Lejos de promesas grandilocuentes el FA tratará de impulsar el crecimiento económico fortaleciendo la protección social y mejorando la seguridad pública: seguramente convocará a un “diálogo” nacional para debatir el sistema de seguridad social para volver a fijar una edad mínima para jubilarse de 60 años, desandando los 65 años que impuso la reforma del gobierno saliente.

También instrumentará políticas sociales dirigidas a la primera infancia, la juventud y familias en situación de vulnerabilidad social con el objetivo de “igualar oportunidades. La negociación con la oposición derechista será necesaria porque por primera vez un gobierno del Frente no tendrá mayoría en el Congreso (tiene mayoría absoluta en el Senado, pero no en Diputados). “No seré vacilante ni indiferente”, aseguró.

El protector

Este sábado, el pueblo oriental vivaba a Yamandú. El nombre, bien uruguayo, proviene de las lenguas guaraníes y charrúas que habitaron el actual territorio de Uruguay. Yamandú también tiene otros significados: “el que da la vida” o «el protector» y hace referencia a un líder o guardián en las culturas indígenas: evoca respeto y liderazgo y se transmitió de generación y generación en algunas familias uruguayas.

El Frente Amplio ganó las elecciones para volver a gobernar por cuarta vez Uruguay, tras un proceso electoral acompañado de un proceso político, social, comunitario, cultural de recomposición de lazos con distintos actores de la sociedad, con el oído abierto para incorporar temas a la agenda y la potencia de la estructura que movilizó la militancia en cada rincón del país. 

Los temas prioritarios vinculados a las definiciones programáticas y las distintas medidas presentadas en su momento estarán centradas en atender la primera infancia, el trabajo y la educación en los jóvenes, combatir la desigualdad y empujar en la construcción de un gobierno de profundo diálogo, para fortalecer el desarrollo con un fuerte apoyo en la región, desafíos a atender también en el escenario mundial.

Imprescindible para asumir los desafíos del momento y con un fuerte recambio generacional también que es evidente. Ya no están en la lid los líderes que surgieron después de la dictadura cívico-militar (el colorado Julio María Sanguinetti, el blanco Luis Lacalle Herrera, ni los frenteamplisas Tabaré Vázquez o Pepe Mujica).

La asunción a la presidencia sirvió de excusa para que los cuatros jefes de estado de orientación progresista –Gustavo Petro. Lula da Silva, Gabriel Boric y Yamandú Orsi- se reunieron y compartieron una cena donde pudieron intercambiar la agenda abierta de las problemáticas regionales y mundiales. Mutis por el foro: el ultraderechista presidente argentino Javier Milei no estuvo presente. Hubiera pasado un papelón.

Pese a militar en las antípodas ideológicas, Orsi dijo que no veía razones para no tener una buena relación y diálogo con su par argentino, pero no se han visto ni se han hablado desde entonces. Orsi hizo en su discurso una mención al concepto de libertad, destinado a Milei:  «Sobrevuela un concepto de libertad ultra individualista que predica el predominio del más fuerte. Nunca será esa nuestra noción de libertad, La libertad individual en la que creemos es la clave de la convivencia e igualdad de oportunidades».

“Alejémonos lo máximo posible del cinismo y de la frivolidad para no tener que lamentar la incredulidad en la política y sus consecuencias. “Personalmente, me rebelo contra este supuesto país de dos mitades”, dijo Orsi. “Sepan que nunca me llevé bien con los muros, ni siquiera con los ideológicos”, añadió.

Orsi insistió con la idea de no llegar al gobierno con “un espíritu refundacional”, pero “sí con la certeza de que las causas de nuestro pueblo no admiten la menor demora”, parafraseando al prócer José Artigas, quien dos siglos atrás señalara que “La causa de los pueblos no admite la menor demora”  . “No comienza un tiempo de refundación, sino uno de nuevas propuestas”, agregó.

El 95% de los hogares uruguayos tienen hoy menos ingresos que en 2019, cuando asumió el poder. Logró el crecimiento de la desigualdad: casi una quinta parte de la  población de 3,4 millones vive en situación de pobreza multidimensional, mientras se verificó un deterioro en la calidad del empleo, con ingresos sumergidos y la destrucción de puestos de trabajo en la industria automotriz y la frigorífica..

En pleno carnaval, las murgas festejan el retorno de la esperanza, ante una realidad por demás difícil. «¿Cuál será la solución? ¿dónde estará la explicación? Mientras pasan los gobiernos, en los despachos se hace silencio», lanza con dureza Cayó La Cabra. «Si será todo tan caro que hasta la vicepresidenta es Caro…» (Carolina Cosse).

En materia de seguridad, Lacalle se va con el triste record de ser la administración con más homicidios desde el regreso de la democracia. En cinco años se triplicaron los homicidios de niños y adolescentes.

El gobierno de Lacalle fue notoriamente corrupto: desde las viviendas dadas a militantes de su partido, la entrega del puerto a la empresa trasnacional belga Katoen Natie hasta 2081, espionaje a estudiantes, sindicalistas y opositores.

El primer caso fue la entregas ilegales de pasaportes a ciudadanos rusos que terminó destapando una asociación ilícita en el seno de la Torre Ejecutiva de Presidencia. Alejandro Astesiano, jefe de custodia presidencial, fue detenido tras ser implicado en una compleja red de corrupción. Pero,  ¿quién le dió las órdenes a Astesiano?

Mientras, el exsenador blanco Gustavo Penadés, fue imputado por 22 delitos entre los que figuran abuso sexual de menores. Otro caso, de repercusión internacional, es el de Sebastián Marset, un narcotraficante uruguayo acusado de coordinar toneladas de envíos de cocaína a Europa y lavar millones de dólares a través de testaferros que van desde tiendas de coches de lujo a equipos de fútbol profesional.

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Noche en el barrio Sur de Montevideo. Mate, empanadas y vino, tamboriles y alegría. Los muchachos de (mucho) antes y los de ahora se juntan para cantar (sí, en la esquina) quizá el himno de la época de la dictadura;  «A redoblar la esperanza, porque el corazón no quiere entonar más retiradas», al son del borcotó-chás-chás de las lonjas de tantos carnavales. Vuelve la alegría al país verde y herido, del que hablaba Mario Benedetti.

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente: https://estrategia.la/2025/03/02/orsi-un-compromiso-latinoamericanista-tras-el-desastre-del-lacallismo/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.