En entrevista con Defensores en línea, Heliodoro Cáceres (1952) denuncia la desaparición de su hijo desde el 13 de junio, Oslín Obando Cáceres (1987) fue detenido en un retén de la policía mientras conducía un taxi -propiedad de la familia-, la última llamada telefónica la realizó a las 3:35pm, informando que no podía responder «porque […]
En entrevista con Defensores en línea, Heliodoro Cáceres (1952) denuncia la desaparición de su hijo desde el 13 de junio, Oslín Obando Cáceres (1987) fue detenido en un retén de la policía mientras conducía un taxi -propiedad de la familia-, la última llamada telefónica la realizó a las 3:35pm, informando que no podía responder «porque estaba en un problema». Desde entonces, don Heliodoro ha buscado a su hijo en la localidad de Tela, presentando la denuncia ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras (COFADEH), conversamos con el padre en la morgue de San Pedro Sula y a pesar de los recursos legales todavía no encuentra a su hijo, ni entre los cadáveres sin identificar, mucho menos en las comisarías de la policía de Tela.
MC.- ¿Cuándo fue la última vez que recibió noticias de su hijo?
HC.- No hemos tenido ningún contacto desde el 13 de junio, aproximadamente a las 4 de la tarde, nadie contesta el teléfono celular de mi hijo, seguimos probando marcando a diferentes horas, pero no hay nada, ninguna señal; con muchos sacrificios pusimos hasta en internet la noticia de la desaparición de nuestro hijo, se envió la noticia a Estados Unidos, a México, a los consulados de Nicaragua, Guatemala, El Salvador, con la esperanza de que nos llamaran si alguien lo había visto, buscamos cualquier pista, pero hasta la fecha, desde el 13 de junio, no hemos recibido ninguna información.
MC.- ¿Qué dijo su hijo en la breve llamada telefónica?
HC.- La mamá siempre le llamaba seguido, como mi hijo trabajaba en un taxi se mantenían en comunicación; alrededor de las 3:45pm -del 13 de junio-, él le dijo que regresaría la llamada porque donde andaba con el taxi había muchos policías, pero no regresó la llamada y mi esposa lo llama preocupada, él sólo dijo: «ahora no puedo hablar porque tengo problemas», insistimos en llamarle, pero ya no contestó el teléfono.
MC.- ¿La policía de la comunidad de Tela reconoce la existencia del retén?, ¿por qué le pidieron los papeles a su hijo?
HC.- La policía me dijo: «es raro que usted meta a la policía en este problema»; pero aquí -en Tela- para que las investigaciones inicien tiene que ser una persona con dinero, para los pobres no hay justicia, aquí la justicia hay que comprarla, y si no tiene dinero no puede comprar la justicia.
MC.- ¿Ante qué juzgado presentó la denuncia por desaparición?
HC.- Lo primero que hice fue levantar la denuncia en COFADEH-Tegucigalpa, firmé un poder legal para que las abogadas de COFADEH pudieran presentar las denuncias ante la fiscalía, todos los documentos los estoy poniendo en antecedente para buscar un esclarecimiento del caso.
MC.- Nos encontramos en la morgue judicial de San Pedro Sula, don Heliodoro ¿tiene una orden del juez para buscar a su hijo entre los cuerpos sin identificar?
HC.- No, hice una llamada telefónica para saber qué requisitos tenía que cumplir para buscar y reconocer en la morgue el cuerpo de mi hijo, me dijeron que los únicos requisitos eran traer los documentos de identidad del familiar desaparecido y los documentos del familiar que viene a reclamar la búsqueda, vine aquí para verificar si hay algún caso no documentado y que pueda estar aquí, yo pensando cualquier cosa, después de tantos días de desaparecido, yo pienso que puede estar en la morgue, pero ya verifiqué y no lo encuentro, sólo hay una osamenta y vamos a ver qué trámites siguen, porque si el ADN no es compatible con el familiar que reclama la osamenta, vamos a esperar para que a mí me tomen la muestra de ADN y se compare con esa osamenta u otras que pudieran aparecer sin identificación desde el 13 de junio.
MC.- ¿Cuántas fotografías revisó de las personas fallecidas que están sin identificar en la morgue de San Pedro Sula?
HC.- Vi las fotografías de 30 cadáveres sin identificar en la morgue de San Pedro Sula, pero las características no corresponden con las de mi hijo, algunos cuerpos tienen tatuajes en la cara y ninguno se parece a mi hijo.
MC.- ¿Qué tipo de información extrajudicial ha recibido sobre el paradero de su hijo?, ¿y por qué conductos?
HC.- La información que ha llegado a mis oídos, no es que han llamado a mi casa, sino que «alguien» le cuenta a «otro» y algún amigo mío me trae la noticia y me llama para decirme: «en tal parte está sepultado tu hijo», dicen que en una colonia de Tela hay gente enterrada, me informan que se «sospecha» de tres colonias; pero imagínese yo he hablado con la policía de Tela y con la fiscal y ellos dicen que sólo trabajan con lo que la Dirección Nacional de Investigaciones les indica, y que para hacer un operativo necesitan un refuerzo policial de afuera, porque claro es propiedad privada y uno no puede entrar a buscar la osamenta y exponerse a recibir una agresión de los propietarios, yo no puedo investigar por mi parte.
MC.- ¿Solicitó identificar los cuerpos enterrados en la reciente fosa común de San Pedro Sula?
HC.- Hace dos semanas hicieron un entierro masivo de los cadáveres que tenían aquí en la morgue de San Pedro Sula, pero yo no sé si la Ley establece un reglamento para la morgue y ellos puedan enterrar a una persona sin identificar después de permanecer más de un mes o durante 15 días; porque a mí me han dicho que los cadáveres deben permanecer por lo menos 3 meses en la morgue en la espera de que sean reclamados por sus familiares. Sé que la fosa común está cerca de la aldea del Carmen, habría que investigar si los que enterraron no llevaban 8 días en la morgue de San Pedro Sula.
MC.- Entendemos que los análisis de ADN tardan un poco, porque se realiza en Costa Rica, ¿usted buscará que se compare su ADN con una base de datos del sistema judicial hondureño?
HC.- Creo que es importante que el ADN mío esté aquí en la morgue porque mi hijo está desaparecido, si no hay ninguna pista para identificar los cadáveres es necesario recurrir a la ciencia; a la osamenta le pueden cambiar la ropa, pero el ADN puede determinar a quién corresponde. Estoy pensando en iniciar el trámite ante el juez para que mi ADN se compare con los registros de desconocidos en la morgue que tenga la edad, sexo y complexión de mi hijo.
MC.- ¿Hubo respuesta en el extranjero a su solicitud de búsqueda y de solidaridad?, ¿lo han buscado las representaciones diplomáticas acreditadas en Honduras?
HC.- Sí, recibí respuesta desde Washington, de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH-OEA), llamaron por teléfono a COFADEH pidiendo mi número y entonces me localizaron, para preguntarme cómo se han dado estos casos, y qué es lo que ha hecho la autoridad. La verdad es que la fiscalía no ha iniciado ninguna investigación, recuerde que las muertes quedan impunes, aquí un pobre que muere no le dan importancia, en cambio si muere un rico se mueve todo un contingente militar. En mi caso no, porque cuando voy a la DNI de Tela me dicen que no pueden hacer nada.
MC.- ¿Tiene conocimiento de otros jóvenes desaparecidos en la comunidad de Tela?
HC.- Hay bastantes casos de asesinatos sin resolver en Tela, yo no sé que están investigando, todos quedan impunes; hay 7 desaparecidos en la comunidad de Tela, y la gente tiene miedo de andar buscando a sus hijos, yo hablo con los familiares para ver qué se hace, la gente tiene temor.
MC.- ¿Los 7 desaparecidos tienen algún lazo familiar o compartían un vínculo generacional?
HC.- No tienen nada en común, por ejemplo mi hijo no conocía a los otros jóvenes desaparecidos.
MC.- ¿Sólo usted está buscando a su hijo?
HC.- Sí, comprendo que alguien tiene que hacer algo, esto tiene que parar, es demasiada la pérdida de vidas de jóvenes que mueren y no hay respuesta de la autoridad para investigar, todo queda impune, es como si un animalito muriera, a nadie de la fiscalía le importa esclarecer.
MC.- ¿Cómo describiría a su hijo?, ¿era un joven tranquilo?
HC.- Uno como padre es el último que se da cuenta de cómo son los hijos, pero en este tiempo que he preguntado, la gente con la que trabajaba -tenía contratos con el taxi para transportar a personas de la Iglesia y maestros-, todos lamentan lo sucedido y aseguran que mi hijo era un muchacho tranquilo, que nunca se metía en problemas. Yo lo creo, porque el que anda en malos negocios anda con dinero, y mi hijo vivía del taxi, con sacrificios hacía una reparación o compraba los repuestos.
MC.- Lo que llama mi atención del comunicado de COFADEH es que su hijo transportaba a una pareja en el taxi al momento del retén policial, ¿sabe quiénes son?, ¿han declarado a la fiscalía?
HC.- Nadie quiere decirme quiénes son esos pasajeros, sólo sé que llevaba un viaje en el taxi -porque una persona me lo dijo-, sé que los pasó a buscar después de la llamada telefónica y los recogió en una colonia cercana donde vivimos, eran una hembra y un varón, los vieron abordar el taxi, hay gente que los conoce, pero no me quieren decir sus nombres para irles a preguntar qué pasó en el retén de la policía, la gente tiene temor.
MC.- ¿Existen testigos del retén de la policía?, ¿otros afectados?
HC.- Yo he preguntado y nadie quiere declarar, ni los taxistas.
MC.- Dentro de la investigación podría solicitarle al juez el registro de las llamadas telefónicas del celular propiedad de su hijo…
HC.- El celular desapareció junto con mi hijo, al taxi lo abandonaron en una aldea y la policía no tomó muestras de las huellas digitales, de hecho cuando apareció el taxi tenía su radio, pero después de que la policía lo movió al municipio de Tela se perdió el radio y el neumático de refacción. Se me fue de las manos saber dónde estaba mi hijo cuando llamó desde su teléfono celular.
MC.- Finalmente, ¿la nueva fiscalía de Lobo se ha puesto en contacto con usted?
HC.- No, de la fiscalía de Tegucigalpa no he tenido ni una llamada telefónica. Para el gobierno de Lobo los derechos humanos no existen en Honduras.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.