En entrevista con Defensoresenlinea.com Pablo Sequeira Canales (1975), testigo clave en el momento de la detención de su hermano Mario Orlando Sequeira Canales (1971-2010), habla de lo vivido en la primera audiencia, las pruebas y testimonios sustentan los cargos de: Violencia de la autoridad, Tortura y Asesinato, en total son 10 los imputados: 2 policías […]
En entrevista con Defensoresenlinea.com Pablo Sequeira Canales (1975), testigo clave en el momento de la detención de su hermano Mario Orlando Sequeira Canales (1971-2010), habla de lo vivido en la primera audiencia, las pruebas y testimonios sustentan los cargos de: Violencia de la autoridad, Tortura y Asesinato, en total son 10 los imputados: 2 policías preventivos de Siguatepeque -al mando de Názir López- y dos agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNCI), cada uniformado tiene un grado de responsabilidad por los hechos. El juez Leoncio Díaz se niega a dictar Prisión preventiva, a pesar de que en su calidad de policías pueden alterar la evidencia y amedrentar a los testigos y familia.
El 13 de septiembre se realizó la primera audiencia, declararon los huéspedes del hotel donde fue arrestado Mario Orlando Canales, pacientes de la Clínica Munguía donde la policía llevó a la víctima para que le tomaran sus signos vitales -ahí fue declarado muerto- y reos del fuero común que vieron la sesión de tortura en una cisterna que está al final de las celdas. A excepción de Pablo Sequeira, todos los declarantes lo hicieron bajo la figura de Testigo protegido, garantías que ofreció la Fiscalía de Derechos Humanos. El 14 de septiembre, el juez Leoncio Díaz removió de su cargo al jefe Názir López, trasladándolo a Progreso y dándoles al resto de policías el beneficio de seguir escuchando el juicio en libertad.
MC.- ¿Cuándo se entera de que su hermano es detenido por la policía preventiva de Siguatepeque?
PS.- La noche del 2 de junio, porque fui a buscarlo al hotel y me encuentro con la sorpresa de que una patrulla está orillada en la calle y otra patrulla dentro -en el parqueo del hotel- mientras escuchaba los gritos de mi hermano Mario Orlando, tuve que decidir si entrar al hotel y ver cómo lo golpeaba la policía o ir a casa de mi mamá por dinero para la multa y una cobija, así que fui donde mi mamá -porque todo está cerca: el hotel, la casa de mi mamá y la comisaría de Siguatepeque-, cuando fui a la posta de la policía, un oficial me dijo que no podía pasar a ver a mi hermano, que regresara al día siguiente.
MC.- ¿Por qué decide participar en la audiencia ante el juez y los imputados sin el beneficio que otorga la fiscalía de ser Testigo protegido?
PS.- En primer lugar porque es mi hermano, los agentes de la policía preventiva ya me conocen y perfectamente saben quién soy, porque yo les pregunté al día siguiente, dónde tienen detenido a mi hermano, la policía dijo que mi hermano no estaba en esa comisaría; pero yo pude ver cuando ellos lo ingresaron arrestado la policía y al otro día ya no aparecía ni en los libros de registros y novedades.
MC.- Pablo, ¿por qué -el 3 de junio- la policía preventiva de Siguatepeque le tomó una fotografía?
PS.- Llegué con mi mamá a preguntar por mi hermano y nos dijeron que ahí no se encontraba, cuando íbamos saliendo de la estación de policía, dos agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) nos interceptaron, uno sacó a mi mamá de las instalaciones y el otro agente me metió al patio y me dijo: «óyeme, por qué te soltaron el otro día si tú tienes una denuncia por robo», le respondí: «denuncia de qué, si yo estoy buscando a mi hermano, anoche yo vi cuando lo arrestaron y ahora no aparece ni en el libro de novedades; pero si hay algún problema estoy dispuesto a un careo con la persona que me acusa de robo». El agente de la DNIC dijo: «para que mirés que te conocemos bien te vamos a tomar una fotografía, es un procedimiento de rutina, para enseñarle a la persona que lo está acusando y ver si sos vos. Pero podés entrar a la celda para buscar a tu hermano».
MC.- Usted vio las fotografías que le presentó la fiscalía, ¿reconoció a uno o más policías de la noche del 2 de junio?
PS.- Reconocí a uno de la noche del 2 de junio y a los dos del día siguiente, cuando sacaron a mi mamá y a mí me tomaron una fotografía.
MC.- ¿Qué espera de las audiencias ante el juez?
PS.- Que se haga justicia y que paguen los culpables; yo no puedo decir que todos los policías son asesinos, tampoco que todos los implicados tienen el mismo grado de responsabilidad, sólo quiero que los que torturaron y asesinaron a mi hermano paguen ante la Justicia.
MC.- ¿Usted ha sido hostigado por la policía de Siguatepeque?
PS.- Los policías han estado pasando constantemente por la casa, luego voltean para adentro, en una ocasión el agente de la DNIC me paró en la calle y dijo: «¿tú sabes quién mató a tu hermano?, porque yo te quiero ayudar».
MC.- ¿En años anteriores ha tenido otras experiencias de maltrato de parte de la policía preventiva de Siguatepeque?
PS.- Sí, en 2007 me detuvieron y me dieron una golpiza, me quebraron dos costillas enviándome al hospital por una semana.
MC.- ¿Presentó la denuncia correspondiente?
PS.- Presenté una denuncia ante los Derechos Humanos de Comayagua -llevé la radiografía de mi par de costillas rotas-, pero al parecer no prosperó la denuncia.
MC.- ¿No ha sido objeto de extorsión de la policía de Siguatepeque?
PS.- Un amigo me prestó una motocicleta, pero yo no andaba con licencia, así que íbamos dos en la moto, yo llevaba casco y mi amigo no; así que nos paró la policía, pidiendo la licencia de lo contrario nos decomisaría la motocicleta, entonces le entregué la llave, el policía me dijo: «podemos arreglarlo de otra forma, con 500 lempiras», le contesté que no traía tanta plata, sólo 100 lempiras, el policía se fijó que yo traía teléfono celular, y preguntó si me quedaba saldo, pensé que era para que llamara por teléfono, pero no, me quitó las 100 lempiras e hizo que transfiriera mi saldo a su teléfono celular.
MC.- Regresando al caso del asesinato de su hermano, ¿está en contacto con la viuda Adriana Abarca?
PS.- No he tenido la oportunidad de hablar con ella, pero mi hermano Javier y mamá si se comunican a Estados Unidos.
MC.- ¿La Embajada de Estados Unidos le ha preguntado sobre los hechos que terminaron con el asesinato de su hermano?
PS.- La Embajada de Estados Unidos sí se ha comunicado con mi hermano Javier, porque él tiene más estudios y mi mamá le ha delegado toda la responsabilidad ante el juez y la Embajada.
MC.- Mario Orlando Sequeira Canales era residente legal en Norteamérica, la viuda es ciudadana de Estados Unidos por nacimiento, al igual que la hija de 8 años que procreó su hermano con su cuñada. ¿Qué le pediría a la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa?
PS.- Le pido por favor que nos ayuden con la seguridad de los muchachos que están de testigos, tanto para los huéspedes del hotel, los pacientes de la clínica y los reos que vieron cómo los policías torturaron y asesinaron a Mario Orlando en la cisterna de agua y la celda.
MC.- El hecho de que los imputados sean policías y agentes de la DNIC puede afectar con la desaparición o modificación de la evidencia, ¿dónde está la ropa que traía su hermano?
PS.- La ropa sí la entregaron en la morgue, donde se perdió la ropa fue en la funeraria donde prepararon a mi hermano, cuando mi mamá preguntó en la funeraria dijeron que la habían tirado a la basura, ahora sé que la ropa puede ayudar a identificar el suelo donde golpearon a mi hermano, por los rastros de tierra.
MC.- ¿Todavía no aparecen las pertenencias que tenía su hermano en el hotel?
PS.- Todo se lo robó la policía, hasta una tarjeta de crédito, la ropa, la computadora laptop y un I-pod. Los 10 policías enfrentan los cargos de: abuso de autoridad, tortura y asesinato. El robo no se está tomando en cuenta, pero puede ayudar en la investigación.
MC.- Finalmente, ¿qué le impresionó de esta primera audiencia ante el juez Leoncio Díaz?
PS.- Ver a los testigos protegidos con las capuchas negras y la ropa especial; me asusté cuando la policía quiso entrar al bus de la fiscalía para saber la identidad de los protegidos y el cinismo de los imputados, uno estaba riéndose en la audiencia. Saber que a pesar de las pruebas y de cada testimonio los 9 policías y su jefe -Názir López- siguen libres.
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