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Un síntoma de la corrupción en Grecia

Por qué publiqué la lista Lagarde

Fuentes: The Guardian

En 2010, al Gobierno de Grecia se le entregó la conocida como «lista Lagarde», que revela los nombres de 2.000 evasores fiscales griegos. Pero no se hizo nada al respecto. Kostas Vaxevanis, editor jefe de Hot Doc, fue detenido recientemente por publicarla. Para él, es un síntoma de la corrupción en Grecia.

¿Un juicio con dimensión política?

Kostas Vaxevanis fue detenido y posteriormente puesto en libertad el 28 de octubre, al día siguiente de que su revista publicase más de 2.000 nombres de personas que habían depositado dinero en el banco HSBC en Suiza. Es lo que se conoce como la «lista Lagarde», con el nombre de la antigua ministra de Economía francesa, que envió ese documento en un CD a las autoridades griegas en 2010.

El día 29 el redactor jefe de Hot Doc compareció ante el tribunal de Atenas para responder sobre una infracción de la ley por haber publicado datos privados, pero su juicio se retrasó hasta el uno de noviembre. Sus abogados anunciaron que trataran de demostrar el cariz político de este caso. Según el diario Kathimerini, esta demora debería permitir también que ciertas personas que aparecen mencionadas en la lista comparezcan como testigos en la audiencia.

Por qué publiqué la lista Lagarde

«Cuantas más leyes tenga un país, más corrupto es», solía decir el historiador romano Tácito. Grecia tiene unas cuantas leyes. De hecho, tiene tantas, que la corrupción está garantizada. Un club exclusivo de personas poderosas comete actos ilegales, luego consigue que se aprueben las leyes necesarias para legalizar esas prácticas, con lo que obtiene la amnistía y al final, ningún medio de comunicación revela lo que ha ocurrido en realidad.

Mientras escribo, se está hablando en todo el mundo de las aventuras de una revista independiente en Grecia, Hot Doc, de la que soy editor. La publicación en nuestra revista de una lista de presuntos titulares de cuentas bancarias en Suiza y mi posterior detención, han provocado un gran revuelo. Pero no en los medios de comunicación griegos. Hace unos meses, Reuters y la prensa británica revelaron escándalos en los que estaban implicados bancos griegos. Los medios griegos tampoco escribieron nada al respecto entonces. El espacio que tendría que haberse reservado a los informes sobre estos escándalos lo ocuparon anuncios pagados y patrocinados por esas mismas personas que provocaron que los bancos griegos se hundieran.

El caso «Lagarde» en Grecia es simplemente la expresión extrema de esta situación. En 2010, Lagarde entregó al entonces ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinou, una lista de griegos titulares de cuentas en bancos extranjeros. Parte de estas cuentas eran de «dinero en negro», dinero que puede que no se declarara o que tenía que blanquearse. Tras una serie intrincada de sucesos, Papaconstantinou admitió haber perdido los datos originales, pero en cambio pasó una copia a su sucesor Evangelos Venizelos, que al final confesó haberlos tenido en su poder, pero que hasta ahora no los había presentado. Por lo tanto, la lista aún no se ha investigado como es debido.

Chantaje político y financiero

En los dos últimos años, el asunto de nombrar a las personas que supuestamente poseen cuentas bancarias en Suiza ha envenenado la vida política en Grecia y se han producido chantajes en las salas oscuras del poder corrupto. En este contexto, Hot Doc publicó 2.059 nombres de griegos que presuntamente poseen cuentas en bancos suizos, sin especificar la cantidad de sus depósitos ni ningún otro dato personal.

Y entonces, en un acto de extrema hipocresía, los poderes nos recordaron su verdadero carácter. El fiscal de Atenas ordenó mi detención inmediata. Como base de la acusación se mencionó la ley sobre datos personales. Pero en realidad, no se había revelado ningún dato personal, sólo el hecho de que ciertas personas poseían una cuenta en un banco determinado. Ni siquiera sostuvimos que estas personas eran culpables, sino que simplemente pedíamos una investigación.

Las transacciones bancarias se realizan en público, no en secreto. Por lo tanto, la existencia de una cuenta bancaria no es un dato personal. Un dato personal sería la cantidad y el tipo de las transacciones. En Grecia, los bancos envían sobres con sus logotipos, en los que incluyen datos sobre transacciones; es decir, declaran su relación con los clientes. En cambio, la publicación de una simple lista de nombres y la petición de una investigación se definió como publicación de datos personales.

La democracia: una raza nueva y extraña

En la mitología griega antigua, la justicia se representa como una mujer ciega. En la Grecia moderna, simplemente pestañea y asiente. El estudio de la lista Lagarde es muy revelador. Editores, empresarios, armadores y todo el sistema del poder parecen haber transferido dinero al extranjero. Y esta información procede sólo de un banco. Mientras, en Grecia, la gente rebusca comida en los cubos de basura.

No todo el mundo ha provocado la crisis en Grecia. Y no todos están pagando por ella. El club del poder, exclusivo y corrupto, intenta salvarse a sí mismo, fingiendo que se esfuerza por salvar a Grecia. Pero en realidad, intensifican las contradicciones de Grecia, mientras el país se tambalea al borde de un precipicio.

Si en la Biblia, los pecadores «filtran el mosquito y se tragan el camello» [Mateo, 23-24], en Grecia, los poderes pecadores filtran las pensiones y se tragan las listas para, por supuesto, hacerlas desaparecer. Son las listas de sus amigos, sus conocidos, sus favoritos y sus compinches en sus tramas.

En el país que vio nacer a la democracia, como nos gusta recordar, la democracia se ha convertido en una raza nueva y extraña. Los que están en el poder se aseguran de que el derecho al voto se entienda como democracia y al mismo tiempo niegan la democracia al abusar de los derechos que les confieren los votantes. Y la justicia sigue siendo esclava de la política.

Fuente: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2012/oct/30/greece-democracy-hot-doc-lagarde-list

Traducido por presseurop.eu