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La negociación sobre la directiva de las 65 horas entra mañana en su recta final

Fuentes: Agencias

El Parlamento se mantiene firme en su exigencia de que se supriman todas las excepciones (‘opt-out’) a la jornada laboral de 48 horas semanales, mientras que los Gobiernos insisten en mantener el ‘opt-out’. Si el 15 de abril la Eurocámara y el Consejo no logran un acuerdo, la directiva de las 65 horas decaerá y seguirá vigente la norma actual, que ya permite trabajar hasta 78 horas semanales.

La negociación entre la Eurocámara y los Gobiernos de los 27 sobre la directiva que permite ampliar la jornada laboral máxima a 65 horas semanales entra mañana en su recta final sin perspectivas de acuerdo. El Parlamento se mantiene firme en su exigencia de que se supriman todas las excepciones (‘opt-out’) a la jornada laboral de 48 horas semanales, mientras que los Gobiernos insisten en mantener el ‘opt-out’.

«Si el Consejo no cambia radicalmente de postura sobre el ‘opt-out’, no habrá acuerdo», explicó a Europa Press el ponente parlamentario sobre la directiva de tiempo de trabajo, el eurodiputado socialista Alejandro Cercas. Desde que la Eurocámara tumbó en diciembre el compromiso alcanzado por los ministros de Trabajo de la UE sobre las 65 horas, ya ha habido contactos informales entre los dos bandos pero «se ha avanzado muy poco», afirmó.

Este martes se celebrará la primera reunión formal del denominado Comité de Conciliación, compuesto por representantes de la Eurocámara, de los Estados miembros y de la Comisión. Hay otros dos encuentros previstos para el 31 de marzo y el 15 de abril. Si el 15 de abril la Eurocámara y el Consejo no logran un acuerdo, la directiva de las 65 horas decaerá y seguirá vigente la norma actual, que ya permite trabajar hasta 78 horas semanales, según los cálculos del Consejo.

Cercas afirmó que hay «posibilidades claras de acuerdo» entre la Eurocámara y los Gobiernos sobre una de las cuestiones que regula la directiva de tiempo de trabajo, el tratamiento de las guardias. Este acuerdo pasaría por reconocer el tiempo de guardia como tiempo de trabajo y por fijar el principio de que los trabajadores deben poder disfrutar de periodos de descanso compensatorios inmediatamente después de las guardias.

Sin embargo, por lo que se refiere al ‘opt-out’, las perspectivas de llegar a un compromiso son «muy pocas» porque los Gobiernos «no quieren renunciar a estas excepciones». Y ello pese a que la Eurocámara «ha ofrecido miles de soluciones» para que el final sea progresivo y contemple excepciones temporales para algunos sectores, aseguró el eurodiputado socialista.

El acuerdo alcanzado por los Veintisiete en junio de 2008 y bloqueado por la Eurocámara permite que continúen indefinidamente las excepciones a la jornada laboral de 48 horas semanales. En virtud de acuerdos individuales entre empresario y trabajador, se podrá alargar la jornada laboral hasta 60 horas semanales, calculadas como media sobre un periodo de tres meses, e incluso hasta 65 horas en ausencia de un convenio colectivo o cuando el periodo inactivo de la guardia se considera tiempo de trabajo. Contra este compromiso votaron España y Grecia y se abstuvieron Bélgica, Chipre, Hungría, Malta y Portugal.

Cercas resaltó que la supresión de todas las excepciones a la jornada laboral de 48 horas semanales constituye una «línea roja» irrenunciable para la Eurocámara. Esta medida es necesaria para mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar y la seguridad en el trabajo y para acabar con la competencia desleal entre los Estados miembros, explicó. Y los parlamentarios tampoco aceptarán que pueda haber derogaciones individuales.