135.285 firmas apoyan tal exigencia en Suiza. Movilización ciudadana excepcional.
Multinacionales famosas en el mundo entero que se mueven con total impunidad: sean Nestlé, Syngenta, Danzer ,Triunph, Holcin, Xstrata o Glencore… Las filiales en el extranjero de las trasnacionales de «bandera» suiza violan en muchos países de Latinoamérica, África y Asia, derechos humanos o ambientales esenciales. Sin sanción alguna para las responsables principales: las casas madres instaladas en la Confederación Helvética.
Para superar esta situación insostenible, desde hace un año, una cincuentena de organizaciones no gubernamentales de cooperación con el Sur; de derechos humanos; ambientalistas y sindicales iniciaron una movilización ciudadana a nivel nacional.
Que incluyó una petición lanzada en noviembre 2011 y que exige la definición de reglas de aplicación jurídicamente obligatorias para que dichas trasnacionales respeten los derechos humanos y ecológicos con las mismas exigencias que deben cumplir en territorio helvético.
En apenas siete meses, 135.285 firmantes ratificaron tal iniciativa que viene de ser presentada la segunda semana de junio ante las autoridades nacionales. Una verdadera «revolución ciudadana» en el país que cuenta con la mayor concentración de empresas trasnacionales de todo el mundo en relación a su población, que llega apenas a 8 millones de habitantes.
La petición hace referencia al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que el año pasado aprobó a la unanimidad los Principios directores elaborados por John Ruggie, ex representante especial onusiano para las cuestiones de derechos humanos y empresas.
Según tales líneas directivas, todos los Estados deben proteger los derechos humanos incluso frente a las violaciones cometidas por las empresas. Subrayan también las obligaciones de las trasnacionales de respetar los derechos fundamentales en cualquier región del planeta.
La Campaña «Derecho sin Frontera» no termina con la presentación de la petición popular. Se inicia a partir de este mes de junio una segunda fase en la cual los esfuerzos de los promotores estarán centrados en la presión parlamentaria. Con el objetivo que el legislativo helvético entre en materia para analizar mecanismos jurídicos que en el futuro controlen el comportamiento de las multinacionales suizas en el exterior.
Las bases de tal debate han sido ya echadas. En estos últimos meses seis diputados nacionales de diversos partidos políticos presentaron iniciativas parlamentarias referentes a los derechos humanos y las empresas helvéticas.
La plataforma «Derecho sin Fronteras» impulsó en los últimos meses centenares de actividades públicas, debates, acciones simbólicas -como la que se realizara durante el Foro Económico Mundial de Davos en enero pasado-, seminarios y puestos de recolección de firmas.
Los promotores enfatizaron en su movilización que las medidas voluntarias hasta ahora vigentes para promover la «buena conducta» de las trasnacionales son absolutamente insuficientes. Insistiendo en la responsabilidad especial de Suiza en tanto país de gran concentración de firmas multinacionales.
Los hechos escandalosos en las últimas semanas ligados a multinacionales suizas y su irrespeto de derechos humanos y ambientales se convirtieron en argumentos adicionales a favor de los promotores de la petición. En particular, la represión alevosa contra los habitantes de la pequeña población de Espinar en el Cuzco peruano.
La movilización de dicha comunidad se intensificó en los últimos días de mayo e inicios de junio para protestar contra la explotación indiscriminada de una mina de cobre con el corolario de la polución de las aguas cercanas, por parte de la multinacional suiza Xstrata.
La revuelta de dicha comunidad peruana ocupó en la primera quincena de junio un lugar destacado en numerosos medios de comunicación suizos y europeos.
En uno de sus artículos el periódico independiente «Le Courrier», hacía referencia a la lucha desigual entre la comunidad campesina del Espinar y el gigante Xstrata quien anticipó el proceso de fusión en marcha con la Glencore, otro peso pesado de la minería mundial. Entre ambos cuentan con un haber de 210 mil millones de dólares, equivalentes al 40 % del Producto Interno Bruto helvético.
*Sergio Ferrari, en colaboración con E-CHANGER, ONG suiza de cooperación solidaria
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