Este 5 de noviembre se celebra el Día Mundial contra las bombas de racimo, iniciativa organizada por la Coalición contra las Municiones de Racimo (CMC) a nivel internacional, que busca llamar la atención de los ciudadanos sobre el impacto de estos artefactos en la población civil, y animarlos a que se sumen a las acciones […]
Este 5 de noviembre se celebra el Día Mundial contra las bombas de racimo, iniciativa organizada por la Coalición contra las Municiones de Racimo (CMC) a nivel internacional, que busca llamar la atención de los ciudadanos sobre el impacto de estos artefactos en la población civil, y animarlos a que se sumen a las acciones para conseguir un tratado que las prohíba.
La Conferencia de Viena es la próxima reunión internacional sobre bombas de racimo del proceso de Oslo y se celebrará del 5 al 7 de diciembre.
«El número de países que participan en el primer día de acción mundial para prohibir las bombas de racimo es un signo del compromiso público para lograr un nuevo tratado. Es el público, en particular en los países afectados por estas armas terribles, que está impulsando este proceso, no vamos a parar hasta que un tratado de prohibición se firme el próximo año «, dijo Thomas Nash, coordinador de la Coalición contra las Municiones de Racimo.
En la página de Internet de la CMC se informa que las bombas de racimo son similares a unos contenedores de municiones que, una vez lanzados, se abren y dejan caer centenares de cargas explosivas que quedan esparcidas por zonas muy amplias, en muchos casos, habitadas por población civil.
Teóricamente, las cargas deben explotar cuando llegan al suelo pero entre un 5 por ciento y un 30 por ciento de las veces, esto no sucede y quedan activas durante muchos años, como si fueran minas antipersonales.
El 98 por ciento de las víctimas que causan son civiles que tropiezan con ellas y se produce la explosión. Esto hace que continúen provocando un gran número de muertos y heridos mucho tiempo después de que un conflicto haya terminado e impiden que la población de la zona afectada pueda recuperar sus cultivos y su movilidad.