Una denuncia presentada ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh) por parte de miembros de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC) revela sospechas en torno a la participación de terratenientes en el asesinato de 2 campesinos de la Empresa Asociativa Brisas de Cohdefor. El pasado miércoles 17 de marzo, […]
Una denuncia presentada ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh) por parte de miembros de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC) revela sospechas en torno a la participación de terratenientes en el asesinato de 2 campesinos de la Empresa Asociativa Brisas de Cohdefor.
El pasado miércoles 17 de marzo, fueron asesinados José Antonio Cardoza y José Carías, directivos de la cooperativa Brisas de COHDEFOR, en Carbonales, Bonito Oriental.
El hecho sangriento es resultante del litigio de un terreno de 60 hectáreas que la organización campesina reclama desde hace cuatro años, porque las parcelas son consideradas como nacionales.
El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh) a través del Area de Acceso a la Justicia, recibió el testimonio del campesino Oscar Cruz, miembro de la Junta Directiva de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC), a la cual está afiliada la Empresa Asociativa Campesina Brisas de Cohdefor.
En su relato, Cruz dijo que la CNTC recibió información que el pasado miércoles 17 de marzo alrededor de la 1:00 de la tarde en el sectyor de Carbonales, Bonito Oriental, departamento de Colón, fueron acribillados a balazos los campesinos Jose Antonio Cardoza (49 años) que deja a su esposa y dos hijos y José Concepción Carías (62 años) que había procreado con su esposa 6 hijos.
El dirigente campesino sostuvo en su relato, que el hecho violento se produjo un día antes que los asesinados se reunieran con el director regional del INA, Coronado Avila y los supuestos dueños de las tierras que demanda la empresa asociativa campesina.
«Sentimos que ellos pueden ser los principales sospechosos de los asesinatos, considerando que nuestros campesinos muertos, fungían como representantes de la empresa asociativa Brisas de Cohdefor», apuntó Cruz.
La CNTC demandó de las autoridades de la Secretaría de Seguridad y del Ministerio Público, una investigación exhaustiva de los crímenes y a los organismos de derechos humanos como el Cofadeh, que procedan a denunciar el hecho tanto a nivel nacional como internacional.
Exigimos al gobierno de Porfirio Lobo Sosa «que investigue el hecho sangriento, que por el simple hecho de luchar por tener un espacio de tierra, fueron asesinados nuestros compañeros», sostuvo el dirigente campesino.
Investigaciones preliminares de la organización de derechos humanos FIAN (Food First Information & Action Network) revelan que el conflicto agrario no tuvo visos de ser resuelto. Los dirigentes campesinos de la cooperativa Brisas de Cohdefor, habían presionado al Instituto Nacional Agrario (INA) para que encontrara una solución al problema y denunciado ante el Ministerio Público que varios de sus dirigentes recibían amenazas de muerte.
Al respecto FIAN considera que es evidente que las políticas públicas con cimientos en la ideología neoliberal no contribuyen al desarrollo equitativo de la población hondureña, al contrario, han acelerado la concentración del poder estatal y de la propiedad de los medios de producción fundamentales, en pequeños grupos de poder dejando sin opciones a la gran mayoría de la población rural. Aquí es donde se encuentra en buena medida la causa de la violencia rural.
«Llamamos la atención de la comunidad internacional y de la opinión pública nacional a no entender las denuncias por asesinatos como simples estadísticas, a la que mucha gente comienza a acostumbrarse y exigimos a la fiscalía a que den pasos hacia la justicialización de los delitos en contra de la integridad física de las personas», señala el comunicado emitido por FIAN-Honduras.
En el comunicado FIAN reiteró que «si no hay cambios radicales en la política agraria del Estado de Honduras seguirá la concentración de la tierra y el agua y, desde luego, de la riqueza producida, en pocas manos y como es lógico suponer, persistirá y profundizará la pobreza y extrema pobreza en el sector rural. Y los acontecimientos actuales vaticinan un futuro con más víctimas mortales».