
Indudablemente, si se confirma, el caso de la matanza de Bucha[1], es un horror inamisible y rechazable.
Indudablemente, si se confirma, el caso de la matanza de Bucha[1], es un horror inamisible y rechazable.
Uno cree cosas porque ha sido condicionado para creerlas (Aldous Huxley)
A un mes de la incursión rusa el resultado es muy incierto. La ofensiva militar está empantanada luego de la fallida toma del país y la consiguiente supervivencia del gobierno.
Los medios de comunicación son los encargados de modelar una visión única de la realidad.
Ya lo importante no pasa por la contraofensiva rusa en Ucrania, ni por la cantidad de muertos y mucho menos por la escandalosa cobertura que están dando los grandes medios a este conflicto, sino que se acerca, a velocidad del rayo, a convertirse en una guerra nuclear.
Convertir a Ucrania en una punta de lanza para tratar de destruir a Rusia, bajo las órdenes de Estados Unidos y de la OTAN, le ha costado al presidente Volodimir Zelenski llevar al país a una completa debacle económica y humanitaria.
La creciente y probada participación de fuerzas pertenecientes a los países de la OTAN y de la propia Legión Extranjera, que pretende ser independiente pero está a las órdenes de París, revela el carácter internacional de la guerra.
Greg Yudin es filósofo y sociólogo de la Escuela de Ciencias Económicas y Sociales de Moscú. Dos días antes de que comenzara la invasión rusa de Ucrania, anticipó exactamente lo que sucedería en un artículo para Open Democracy.
Desde el triunfo de la Revolución Rusa (1917), entre las potencias capitalistas el “comunismo” fue concebido como la peor amenaza para el mundo en general y para Occidente, en particular.
Vitaliy Dudin, dirigente de la organización socialista democrática ucraniana Sotsyalnyi Rukh (Movimiento Social), habló desde Cherkasy, Ucrania, el 6 de abril, sobre la crítica coyuntura ucraniana y el papel de la izquierda en la lucha contra la invasión rusa.