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Un general desconcertante

Fuentes: Página 12

El informe que el comandante del ejército uruguayo, teniente general Angel Bertolotti, elevó el 8 de agosto al presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, trae un anexo con el sello «estrictamente secreto» cuyo apartado 22 dice textualmente: «María Claudia García Irureta de Gelman Fue trasladada a Montevideo desde Buenos Aires, presuntamente por personal del […]

El informe que el comandante del ejército uruguayo, teniente general Angel Bertolotti, elevó el 8 de agosto al presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, trae un anexo con el sello «estrictamente secreto» cuyo apartado 22 dice textualmente:

«María Claudia García Irureta de Gelman

Fue trasladada a Montevideo desde Buenos Aires, presuntamente por personal del Servicio de Información de Defensa, en el mes de octubre de 1976.

Estuvo detenida en la sede del S.I.D. (Servicio de Información de Defensa) ubicado en la Av. Bulevar Artigas esquina Palmar, separada de los demás detenidos, en avanzado estado de gravidez.

Después de dar a luz en el Hospital Militar fue trasladada nuevamente al mismo lugar de detención.

En diciembre del año 1976 se la separó de su hija y fue trasladada a los predios del Batallón I Parac. Nº 14 donde se le dio muerte.

Sus restos fueron enterrados en el lugar y no habrían sido exhumados en el año 1984, permaneciendo a la fecha en el área mencionada.»

El informe lleva, desde luego, la firma del teniente general Angel Bertolotti. «Creo que lo que informé el 8 de agosto es real», dijo en una entrevista que concedió a la revista uruguaya Caras y Caretas cuyo texto completo fue incluido el 30-12-05 en la página web del Ministerio de Defensa Nacional del Uruguay (www.mdn.gub.uy).

Lagunas

Se transcribe a continuación un tramo de esa entrevista:

P. El caso Gelman, el hecho en sí, que tiene como víctima a esta muchacha embarazada, parece no tener ningún vínculo político.

B. Eso tampoco lo sabemos aún. Inclusive hay interrogantes que uno tiene en este momento sobre toda la familia Gelman.

P. El secuestro de esta muchacha, el traslado a Montevideo para sacarle el hijo y después matarla, parece ser un delito horripilante; ¿ésos son excesos?

B. Es algo realmente horrible. No creo que se haya mercantilizado el tema de esa manera. No, no creo. Tienen que haberse producido otras cosas que yo no conozco y que aún no hemos podido averiguar. No pudo llegar a nada ni la Comisión para la Paz, ni nuestra investigación. Estamos en la pequeña punta de un hilo largo que quizá demore un tiempo también largo en desenrollarlo. Como todo lo que pasó con María Claudia: lo que tuvimos fue alguna noticia, más o menos fehaciente, de que Macarena, su hija, nació en Uruguay y seguramente en el Hospital Militar (si es que nació en Uruguay, cosa que aparentemente ocurrió). Pero lamentablemente no sabemos más que eso. Hay otras vinculaciones que todavía están muy oscuras, referidas a su padre, a su abuelo, a su familia. Intervenciones en aquel momento en movimientos revolucionarios en Argentina. Pero no quiero dejar dudas, si fue algo económico o no: el drama es que no sabemos bien cómo fueron los hechos.

Contradicciones a renglón seguido a un lado -¿Macarena nació o no nació en Uruguay? -, pareciera que el teniente general Angel Bertolotti ya no sabe a fines de diciembre lo que supo a principios de agosto. Lagunas de la memoria, que le dicen.

Lecturas

El informe del ejército elevado al Dr. Tabaré Vázquez contiene un relato bastante preciso de los hechos, aunque afirma que María Claudia fue asesinada y enterrada en el batallón 14 -afirmación por cierto dudosa-, no da los nombres de los militares uruguayos responsables de esos hechos, ni su razón. La Comisión para la Paz del Uruguay sí llegó a algo sobre esto último. En el informe final que presentó al Poder Ejecutivo el 10 de abril del 2003 se dice textualmente en el párrafo 4 del apartado confidencial sobre María Claudia:

«La COMISION PARA LA PAZ concluye que el secuestro de esta joven, sin relación alguna con el Uruguay, no tiene otra explicación lógica y sólo pudo obedecer al propósito de sustraerle su bebé. La COMISION ha formado convicción, también, de que luego de ello se dio muerte a la detenida».

Tal vez los estudios de estrategia en los que se ha sumido últimamente el teniente general Angel Bertolotti le han impedido la lectura completa del informe de la Comisión para la Paz.

Preguntas

Y ya que estamos en el tema: ¿qué estrategia sostienen las declaraciones del teniente general Angel Bertolotti? ¿Sugerir que hubo una razón política que «justificaría» el llevar clandestinamente a María Claudia encinta al Uruguay a fin de robarle la hija y asesinarla después? ¿Encubrir a sus secuestradores, asesinos y violadores culpabilizando a «la familia Gelman» del «horrible» destino de la madre de Macarena? ¿Disimular el bochorno sufrido cuando señaló a Macarena «con un 99 por ciento de seguridad» el lugar donde estaban los restos de su madre? ¿Enfrentar para ello a Macarena Gelman con «toda la familia Gelman», en particular con su padre y su abuelo, la misma maniobra que intentó sin éxito el Dr. Ramela, entonces vocero del ex presidente Batlle? El abuelo puede formular estas preguntas porque está vivo. El padre de Macarena, lamentablemente, no.

Propuestas

El teniente general Angel Bertolotti sugiere que el ejército estaría investigando «vinculaciones muy oscuras» de la familia Gelman para tirar de «un hilo largo que quizá demore un tiempo también largo el desenrollarlo». Esfuerzo inútil. ¿No es acaso «muy oscuro» que el teniente general Angel Bertolotti se abstenga de desenrollar la madeja militar de las vinculaciones no tan oscuras con el crimen? Las del teniente coronel José Nino Gavazzo, por ejemplo, jefe del personal militar uruguayo destinado a Automotores Orletti en el marco del Plan Cóndor que en septiembre de 1976 pasó a María Claudia a «dominio» uruguayo. O las del ex capitán José «El Turco» Arab y del coronel (R) Manuel Cordero, que recibieron en Orletti a María Claudia encinta de 8 meses y medio para trasladarla al Uruguay. También las del teniente coronel (R) Juan Antonio Rodríguez Buratti, jefe de Bulevar Artigas y Palmar, y nuevamente de Arab, que sacaron de ese local del SID a María Claudia con Macarena de apenas dos meses en un canastito. O del coronel (R) Gilberto «El Judío» Vázquez, visto en Orletti y en el local del SID durante el cautiverio de María Claudia. O del entonces capitán de coraceros Ricardo «Conejo» Medina, sindicato por el ex presidente Battle como el asesino de María Claudia. O las del coronel (R) Jorge «Pajarito» Silveira y otra vez de Medina, que entregaron a Macarena, en su canastito, a la familia Tauriño Vivián. Hacerlo así daría buen uso a los estudios de estrategia del teniente general Angel Bertolotti y al tiempo de sus subordinados.