La buena noticia es que el año 2005 se cerró con cuatro conflictos armados menos en el mundo que en 2004. La mala, que hubo más países que sufrieron situaciones de tensión política. Y la pésima, que muchas crisis humanitarias se reprodujeron una vez más sin recibir la atención suficiente. El informe Alerta 2006, realizado […]
La buena noticia es que el año 2005 se cerró con cuatro conflictos armados menos en el mundo que en 2004. La mala, que hubo más países que sufrieron situaciones de tensión política. Y la pésima, que muchas crisis humanitarias se reprodujeron una vez más sin recibir la atención suficiente.
El informe Alerta 2006, realizado por la Escola de Cultura de Pau (Escuela de Cultura de la Paz) y editado con la colaboración de Médicos Sin Fronteras (MSF), muestra un mapamundi correspondiente al año 2005 con claroscuros exageradamente pronunciados que ponen de manifiesto «la falta de compromiso real de la comunidad internacional con la construcción de la paz», según se dice en el propio documento.
Otros progresos que se han registrado en los últimos 12 meses son que en dos de cada tres enfrentamientos bélicos hay ya abiertas negociaciones de paz y que ha disminuido el número de desplazados y refugiados en el mundo. Frente a esto, sin embargo, cada vez más personas son sujetos pacientes de estados con una pésima gobernabilidad y en los que las violaciones de los Derechos Humanos están a la orden del día.
Según Vicenç Fisas, director de la Escola de Cultura de Pau, el informe no sólo muestra los desafíos globales «sino también las enormes oportunidades, como que un millón de personas participen hoy en procesos de desmovilización y reintegración». En este sentido, otro de los datos positivos que se desprenden de Alerta 2006 es que, si bien el gasto militar mundial creció en 2005, el número de países que incrementó esta cifra fue menor que otros años. Esta paradoja se explica porque EEUU aumentó mucho su inversión para fines bélicos.
El informe destaca que los conflictos armados en la actualidad son en su mayoría de carácter interno, pero, según Vicenç Fisas, el terrorismo y la lucha contra este fenómeno pueden provocar en algunas zonas una amenaza para los Derechos Humanos, sobre todo en países sin tradición democrática.
El año 2005 ha sido, además, el año del hambre, con 45 países afectados por crisis alimentarias frente a los 34 del año anterior. En este sentido, Rafael Vilasanjuán, director de MSF España, señaló ayer que «la reflexión que hay que hacer cuando las crisis nutricionales se reproducen, como las de Níger, Malí o Mauritania, es ¿por qué se repiten?, y entonces nos damos cuenta de que estamos mal preparados para responder a estos problemas porque las políticas de desarrollo son inadecuadas».
En los países en los que las emergencias humanitarias se producen como consecuencia de conflictos armados, se apuntó la necesidad de reforzar las ayudas para los procesos de rehabilitación posbélica, además de no abandonar a estas poblaciones tan frágiles. «Parece que estas crisis terminan cuando acaban las hostilidades abiertas, pero lo cierto es que muchas emergencias quedan sin respuesta, como sucede en la República Democrática del Congo», insiste Vilasanjuán.
La generosidad de los donantes, además, juega en contra de las crisis olvidadas, como demuestra que el sureste asiático recibiera 12.000 millones de dólares para hacer frente al tsunami, mientras que se destinó menos de la mitad (5.476 millones de dólares) para atender las necesidades de 31 millones de personas de 41 países por todo el mundo.
El informe Alerta 2006 tiene también un recuerdo para la tarea de mantenimiento de la paz internacional que desarrolla el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuya labor ha sido «muy desigual en los últimos cuatro años».
«La ONU vive prisionera de los intereses políticos de los cinco miembros con derecho a veto del Consejo de Seguridad», aseguró ayer Fisas, quien se lamentó de que «al no tener la Asamblea capacidad resolutiva, la situación se mantendrá así muchos años, y esto es lo que impide que haya intervenciones de la ONU en muchos conflictos». De hecho, en el periodo 2002-2005, sólo se han establecido resoluciones en 16 casos de los 32 conflictos armados registrados en estas fechas. Por ejemplo, el caso de Chechenia, que colea desde 1991, sólo ha merecido una resolución del Consejo de Seguridad en 15 años.