Se podía presagiar que las relaciones entre Rusia y EEUU comenzarían a mejorar desde este 17 de diciembre cuando el Presidente Putin telefoneó al Presidente Trump para agradecerle por la información que la CIA suministró a la seguridad rusa, FSB, que posibilitó el arresto de terroristas del Estado Islámico, EI, que planificaban, mediante la inmolación […]
Se podía presagiar que las relaciones entre Rusia y EEUU comenzarían a mejorar desde este 17 de diciembre cuando el Presidente Putin telefoneó al Presidente Trump para agradecerle por la información que la CIA suministró a la seguridad rusa, FSB, que posibilitó el arresto de terroristas del Estado Islámico, EI, que planificaban, mediante la inmolación de uno de sus miembros, la destrucción de la catedral de Nuestra Señora de Kazán, uno de los lugares más hermosos de San Petersburgo, y la colocación de bombas caseras en varios lugares públicos, así como el asesinato de ciudadanos rusos durante las festividades de Año Nuevo y en el transcurso de la próxima campaña presidencial rusa del 2018.
El FSB realizó en San Petersburgo el 13 y el 14 de diciembre un operativo que concluyó con en la detención de siete miembros de una célula de Daesh, que planeaba perpetrar atentados en esta ciudad. Los agentes desmantelaron un taller de fabricación de explosivos y capturaron una gran cantidad de materiales y componentes para la producción de bombas caseras, armas automáticas, municiones y propaganda extremista . Putin destacó que la información facilitada por la CIA permitió dar con el paradero de los terroristas y detenerlos y prometió al presidente estadounidense que si la seguridad rusa obtenía cualquier información sobre «amenazas terroristas contra EEUU o sus ciudadanos», la haría llegar «sin demora» a sus colegas norteamericanos. Trump valoró en mucho esta llamada y afirmó a Putin que él y toda la comunidad de inteligencia de Estados Unidos «está encantada de haber ayudado a salvar muchas vidas… Ningún ruso ha muerto, los terroristas han sido detenidos y están bajo custodia.» Luego, el presidente Trump llamó por teléfono al director de la CIA, Mike Pompeo, para felicitarle a él y a sus empleados, así como a toda la comunidad de inteligencia por un trabajo bien realizado. Ambos mandatarios concordaron en que el frustrar el atentado de San Petersburgo «sirve como ejemplo de las cosas positivas que pueden ocurrir» cuando los dos países colaboran en materia de inteligencia para derrotar a los terroristas dondequiera que se encuentren, por lo que no descartan la realización en Siria de operaciones conjuntas entre Rusia y EEUU contra Daesh, cuya eliminación califican de prioridad máxima.
Luego de la derrota del EI en Irak y Siria, el terrorismo planifica extender sus acciones por el mundo entero, lo que posibilita que EEUU y Rusia busquen una alianza, que antes parecía muy difícil. El embajador de Rusia en EEUU, Anatoli Antónov, enfatizó que «está absolutamente claro que ese es un ejemplo positivo de lo que nuestros países pueden lograr si trabajan juntos.» Aseguró que los contactos entre ambos presidentes «confirman que nuestros países se necesitan mutuamente» e hizo un llamamiento para encontrar los elementos comunes para combatir los desafíos y las amenazas modernas, principalmente «el auge sin precedentes del terrorismo internacional.» El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que Moscú busca normalizar las relaciones con Washington, pero que se requiere de mucho trabajo para lograrlo. La colaboración para la lucha contra el terrorismo es un gran paso en la normalización de las relaciones entre ambos países.
¡Bravo! Así se trabaja por el bien de todo el mundo. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, declaró que «los contactos entre nuestros servicios de inteligencia suelen ser esporádicos, pero en este caso se trató de una información extremadamente útil, pues ayudó a salvar muchas vidas… Precisamente, este es un ejemplo muy evidente de que la lucha efectiva contra el terrorismo sólo es posible cuando se basa en la cooperación entre diferentes países, y en primer lugar entre Rusia y EEUU.» Es que ningún país puede combatir el terrorismo a solas de manera efectiva.
El embajador estadounidense en Rusia, Jon Huntsman, sostuvo que EEUU y Rusia están «al cien por cien» juntos en la lucha antiterrorista; preguntado acerca de si espera una mejora en la relación entre ambos países, respondió que sí «porque los estadounidenses lo exigen y lo están esperando, lo mismo exigen y piden los rusos… A veces en esta cuestión interfiere la política y todo se complica. Pero cuanto más tiempo llevo en Rusia, más me doy cuenta de que tanto los norteamericanos como los rusos, tienen que encontrar las soluciones a los problemas globales juntos. ¡Y eso ya está ocurriendo!» Subrayó que ambos países están cooperando en los asuntos relacionados con Siria donde «hemos logrado mayor seguridad y en el problema nuclear norcoreano… Tenemos una agenda prometedora por delante, y mientras más temas importantes haya en los que encontremos entendimiento mutuo… mejores serán las relaciones entre EEUU y Rusia».
Pero una golondrina no hace la primavera y tanta belleza no podía durar mucho. Donald Trump, en el Centro Ronald Reagan de Washington, con motivo a la publicación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional norteamericana, pronunció un discurso solemne en el que colocó a Rusia y China entre las mayores amenazas para EEUU y explicó que Moscú y Pekín «están desafiando el poder, la influencia y los intereses de EEUU.» Recalcó que «una nación sin fronteras no es una nación… una nación que no protege la prosperidad en el país no puede proteger sus intereses en el extranjero… y una nación que no está preparada para ganar una guerra es una nación que no es capaz de prevenir una guerra ni proteger la patria» ni incluir un plan económico internacional que defienda sus intereses. «Nos defenderemos a nosotros mismos y a nuestro país como nunca antes lo hicimos.» En este nuevo documento, Washington cataloga a Rusia y China como «potencias revisionistas» y como las mayores amenazas que «tratan de erosionar la seguridad y la prosperidad estadounidense.» Trump insistió en que primero hay que reconocer «los errores del pasado para colocar a Estados Unidos en el lugar que merece» y enfatizó la necesidad de «crear fronteras… proteger la patria» e incluir un plan económico internacional que defienda también sus intereses. Su texto también cita otras amenazas graves, como Irán, Corea del Norte y el terrorismo.
El Secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, consideró que el hecho de que el Ejército de EEUU posea «las Fuerzas Armadas más poderosas del mundo» proporciona a los diplomáticos estadounidenses «la oportunidad de hablar siempre desde una posición de fuerza… Con el apoyo de nuestros aliados y socios», que Washington «seguirá defendiendo nuestros intereses de seguridad comunes y a EEUU de quienes tratan de poner en peligro la libertad que tenemos.» Este plan implica una oposición activa a las políticas de Irán y Corea del Norte y, en determinados casos, a las actuaciones de Rusia y China, que caracterizó como «países competidores»; además, el Pentágono cataloga a los «yihadistas suicidas» como una de las principales amenazas a EEUU y sus aliados.
Dmitri Peskov declaró que Rusia estudiará la nueva estrategia de seguridad de EEUU, destacó que el texto presentado por Donald Trump es bastante extenso y «debe ser examinado cuidadosamente», de lo cual se encargarán «los departamentos pertinentes.» Anticipó que «incluso una lectura rápida», en especial de aquellas partes que de alguna manera mencionan a Rusia, muestra «el obvio carácter imperial» del documento, así como «la renuencia a abandonar un mundo unipolar» y aceptar «un mundo multipolar». Indicó que la estrategia de seguridad nacional de EEUU contiene «modestos momentos positivos», como, por ejemplo, la voluntad de Washington «de cooperar en aquellas áreas que sean del interés de los estadounidenses… Esto se corresponde completamente» con el enfoque ruso, que fue expresado por el presidente Putin, «porque Moscú también busca la cooperación con EEUU donde nos beneficie y en la medida en que nuestros socios estadounidenses estén dispuestos a colaborar.» El jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma de Rusia, Leonid Slutski, expresó que el objetivo de la nueva estrategia de seguridad de Washington es «revivir la hegemonía de EEUU y construir un mundo unipolar.» En un comunicado de prensa, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia denunció la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la que demuestra que Washington intenta conservar «por todos los medios su debilitada dominación…EEUU no quiere ver a Rusia y China como potencias fuertes por temor» a que estos países destruyan por completo el orden global impuesto por Washington desde finales del siglo XX. Agregó que la nueva versión de Estrategia de Seguridad Nacional que EEUU presentó este 18 de diciembre cataloga a Moscú y Pekín como «potencias revisionistas» y como las mayores amenazas que «tratan de erosionar la seguridad y la prosperidad» de EEUU. «El fortalecimiento del poder económico y militar» de Rusia y China «se ha convertido en un desafío para EEUU», que «nos acusa de atentar contra el ‘orden mundial’ o, mejor dicho, contra un mundo unipolar que se centra en los intereses y necesidades estadounidenses.» Algunos pilares de esta nueva Estrategia de Seguridad Nacional norteamericana estipulan «conservar la paz a través de la fuerza» y «aumentar la influencia de EEUU» en el mundo. Según Rusia, estas políticas no ayudarán a resolver las diferencias entre los países sino que generarán más confrontaciones. A pesar de todo, Moscú está dispuesta a trabajar con Washington, pero sin imposiciones ni injerencias en asuntos internos. «Una verdadera cooperación productiva solo es posible según los principios de igualdad y respeto mutuo».
El Ministerio de Exteriores de China instó a EEUU a renunciar a su retórica de Guerra Fría, que perjudica la paz mundial, y afirmó que «la cooperación en beneficio mutuo es la única opción viable. Pekín sigue comprometido con el camino del desarrollo pacífico y se apegará con firmeza a la estrategia de apertura de beneficio mutuo y a resultados en los que todos ganen», dijo la portavoz de ese Ministerio, Hua Chunying, en respuesta a la nueva versión de la Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense. Exhortamos a EEUU a dejar de «distorsionar deliberadamente las intenciones estratégicas de China y a que abandone el juego de suma cero y conceptos obsoletos como la mentalidad de la Guerra Fría.» Asimismo, subrayó que Pekín «nunca buscará el desarrollo a costa de los intereses de otros países, pero tampoco renunciará a sus derechos e intereses legítimos… La cooperación en beneficio mutuo es la única opción viable para los dos países» e hizo hincapié en que la política exterior de China consiste en el desarrollo pacífico por medio de una mayor colaboración y entendimiento con las demás naciones, por lo que llamó a EEUU a contribuir con la paz mundial.
Más allá de que el discurso de Donald Trump se entiende sólo en el contexto de la guerra interna que lleva contra sus enemigos, tanto demócratas como republicanos, a los que debe demostrar que no es agente de Putin, no cabe la menor duda de que la unión de Rusia y China es un hueso muy duro de roer.
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