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La red de comunicadores independientes emite un programa de televisión quincenal a través de Internet

Tz’ikin, una voz para los invisibles de Guatemala

Fuentes: Rebelión

La comunidad de Mucbilhá (municipio de Raxruhá, Alta Verapaz) recibe el nombre del río que emerge y se esconde bajo unas grandes cavernas. Allí se emplazan unas cuevas declaradas en 1999 Patrimonio Cultural y Natural de Guatemala. Los indígenas Q’eqchi’ en resistencia han señalado al hotelero y espeleólogo francés, Daniel Dreux, por adueñarse de una […]

La comunidad de Mucbilhá (municipio de Raxruhá, Alta Verapaz) recibe el nombre del río que emerge y se esconde bajo unas grandes cavernas. Allí se emplazan unas cuevas declaradas en 1999 Patrimonio Cultural y Natural de Guatemala. Los indígenas Q’eqchi’ en resistencia han señalado al hotelero y espeleólogo francés, Daniel Dreux, por adueñarse de una buena porción del territorio indígena para desarrollar su negocio turístico. Entablado el conflicto, sobre miembros de la comunidad de Mucbilhá (formada a finales de los 60) pesan 52 órdenes de captura. Se reclaman legítimos propietarios de las tierras y denuncian la existencia de dos presos políticos -Pedro Chub y Carlos Luis Pop-, arrestados y encarcelados en Cobán. La comunidad administra un centro turístico «alternativo» al hotel del empresario francés, informan los voceros. «Intentaron asesinar a uno de nuestros guías, pero la policía nunca viene cuando necesitamos apoyo: se están prestando al juego del hotelero». La autoridad indígena ancestral también denuncia la contaminación del río Candelaria, que poco a poco se seca, por la expansión de la palma africana. Alerta de que el efecto de los químicos está generando enfermedades en la piel de los menores.

Dedicado al «Turismo invasivo» en Guatemala, el programa número 13 de la Televisión Comunitaria Tz’ikin se emitió el 31 de marzo desde Mucbilhá. Tuvo una duración de 26 minutos y presentaron los contenidos en lengua castellana y Q’eqchi’ los comunicadores comunitarios Sergio Xol y Alicia Mucú. La activista resume el sentido de su trabajo: «Los medios de comunicación están a favor de los empresarios y nunca dan apoyo a los pueblos indígenas; nosotros somos comunicadores independientes, sin apoyo de alcaldes, diputados ni del gobierno». La tarea no requiere grandes alardes ni libros de estilo: «Vamos por las comunidades documentando lo que ocurre en la realidad». Alicia Mucú empezó en el equipo de artistas y comunicadores comunitarios «Kutan Saqen» («claro y pelado») en el municipio de Chisec (Alta Verapaz). Participaba en un grupo de jóvenes que representaban por las comunidades las historias del pueblo Q’eqchi, se tratara de la violencia contra las mujeres, la actividad agrícola o la contaminación del territorio. En 2014 recibió formación en la Red Tz’ikin para trabajar como comunicadora.

La televisión comunitaria Tz’ikin, que emite un programa quincenal a través de Internet, se hizo eco sobre el terreno del desastre ecológico que en junio de 2015 afectó a las comunidades del municipio de Sayaxché (Petén). Aparecieron miles de peces muertos en el río La Pasión, recuerda Alicia Mucú, al igual que había ocurrido en el mes de abril. Las comunidades atribuían la contaminación del río al cultivo de la palma africana en sus territorios, en concreto a los vertidos del plaguicida «Malation». Pronto bloquearon la carretera entre Sayaxché y Cobán para pedir una investigación oficial. También denunciaron que la empresa Reforestadora de Palma del Petén (REPSA) intentó borrar las huellas del accidente: empleados de la compañía se dedicaron a enterrar peces muertos.

Las Comunidades de Población en Resistencia-Urbana citan informaciones de la revista «El Observador» para ampliar el foco de responsabilidades. REPSA forma parte del grupo Agro Industrias HAME (familias Molina Espinoza y Molina Botrán), que controla más de la mitad de la producción de palma y aceite en el mercado nacional. «Estuvimos allí, cubrimos el conflicto y entrevistamos al líder comunitario; un mes después lo mataron», explica Alicia Mucú. A Rigoberto Lima Choc lo asesinaron en septiembre de 2015 frente al Juzgado de Paz de Sayaxché. Vivía en una de las zonas afectadas por los vertidos, el caserío Champerico, y se había significado por las denuncias a la empresa responsable. También era concejal electo por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Con la llegada de las empresas palmeras, «gran número de vecinos se vio obligado a vender sus tierras y desplazarse», apuntan las comunidades. Después de estas informaciones, el programa de la Red Tz’ikin introduce pausas, pero no de carácter comercial. Se trata de anuncios de menos de un minuto en homenaje a la activista y líder indígena, Berta Cáceres, asesinada el tres de marzo en Honduras; o para pedir la libertad de los presos políticos en defensa del agua, la vida y el territorio en Guatemala.

El último programa de la Red Tz’ikin (14 de abril de 2016) alertaba de que en los «medios de desinformación» y las redes sociales se están emitiendo reportajes sobre unas supuestas «fuerzas armadas campesinas», que ocultas en una situación de clandestinidad justifican la acción violenta contra las empresas hidroeléctricas. La presentadora, Andrea Ixchíu, pone en contexto estas informaciones: en el norte del departamento de Huehuetengango, principalmente en los municipios de Santa Cruz Barillas, Santa Eulalia y San Mateo Ixtatán, se trata de implantar proyectos hidroeléctricos sin el consentimiento de las comunidades. Se criminaliza a los líderes comunitarios y se utiliza el discurso del terror, destaca la comunicadora. «Resulta muy sospechoso que este supuesto grupo armado aparezca en un momento en que las empresas hidroeléctricas están desesperadas por implantarse en estos territorios».

El informativo número 14 se dedica a la batalla por los recursos hídricos. Entre el 11 y el 22 de abril se organizó una «Marcha por el Agua» de 250 kilómetros, convocada por la Asamblea Social y Popular de Guatemala. Partía de las regiones del norte y el oeste del país, y tenía final en Ciudad de Guatemala, donde se constituiría un Tribunal de Conciencia de los Pueblos Iximulew para denunciar a empresas y funcionarios que violan los derechos de las comunidades. La televisión realizó un seguimiento del primer día de las marchas en Tecún Umán (San Marcos). Otro reportaje, de Feliza Juan Mateo, aborda los estragos provocados por la empresa canadiense Goldcorp, que extrae el oro de la mina Marlin en el departamento de San Marcos. La televisión de la Red Tz’ikin también trata la resistencia de más de una década a la represa Xalalá, en la zona donde se unen los ríos Chixoy y Copón, en los municipios de Cobán (Alta Verapaz), Uspantán (Quiché) e Ixcán (Quiché).

Se calcula en 220-230 las comunidades mayas Q’eqchi’ afectadas por la represa Xalalá; protestan porque «con la fuerza del río que queda cerca de nuestras tierras, se exportará energía eléctrica a países extranjeros». Gustavo Che, de la aldea Santa María Chaylá, avanza el porvenir: «Se inundarán los terrenos y después ya no habrá nada, todo quedará bajo el agua; nos mandarán a un lugar seco donde ya no se cultive, cuando aquí tenemos tierra fértil». También se denuncia el impacto sobre la flora: «Tenemos 95 clases de plantas medicinales que las comunidades estamos protegiendo». Y sobre la fauna: «Desaparecerán los animales de cuatro patas que viven en los cerros, como el venado». Cada programa televisivo se divide en «segmentos» o apartados. Uno de ellos se titula «En Comunidad». Los comunicadores se hicieron eco de la reunión el 31 de marzo de las autoridades ancestrales de las comunidades Q’eqchi’, en Chisec (Alta Verapaz). Se trataba de bendecir las varas de los nuevos responsables y dar la bienvenida al año nuevo (uno de abril en el calendario maya). Las autoridades ancestrales también pidieron, al final de la ceremonia, que se aprobara la iniciativa legislativa 4087 para el reconocimiento de las radios comunitarias.

En el apartado de «Nuestras historias» se ofrece un altavoz a las reivindicaciones e inquietudes de las poblaciones indígenas. Por ejemplo, Teresa Choc Choc, de la comunidad Copal AA La Esperanza (Cobán), relata en uno de los programas la asociación de las comunidades cercanas para reparar una carretera de siete kilómetros. Lamentan que el alcalde de Cobán no les apoye. La vía lleva sin adecuarse desde que empezaron a vivir en Copal AA La Esperanza, hace dos décadas. Ellos también rechazan la construcción de la represa Xalalá. De hecho, han constituido un grupo artístico cuya primera canción, cuenta el intérprete, Alfredo Gómez, dice lo siguiente: «Si es por amor soy capaz de parar con el pecho una bala».

La Red Tz’ikin (realizadores independientes de Guatemala) tiene su origen a partir de 2012, cuando diferentes colectivos se plantean la contribución que puede realizarse desde el sector audiovisual a la transformación del país. Forman la red una docena de comunicadores (individuales y colectivos), productoras y grupos de vídeo comunitarios. Entre las actividades, destacan los talleres formativos de vídeo en diferentes regiones del país y sobre todo la Muestra de Cine y Vídeo en Defensa de la Vida y el Territorio, que celebró la quinta edición entre abril y mayo de 2016. Con la idea «Libertad de Expresión. Libertad de los presos políticos», la muestra se desarrolló en más de una veintena de comunidades y centros educativos de Guatemala.

Los destinatarios de la Muestra de Cine y Vídeo se localizan generalmente en zonas rurales (mayas) implicadas «en procesos de defensa del territorio y construcción de alternativas al modelo hegemónico». Los organizadores resaltan que en Guatemala hay actualmente más de un centenar de «presos políticos» por la defensa del agua, la vida y la tierra. Según la Procuradoría de Derechos Humanos de Guatemala (PDH), en 2015 se contabilizaron más de un centenar de agresiones a periodistas y comunicadores sociales en el país, el doble que en 2014. La misma fuente atribuye las agresiones en la mayoría de los casos (75%) a los agentes de la Policía Nacional Civil. Los delitos más habituales contra los comunicadores son amenazas, coacción, abuso de autoridad, allanamientos de casas, de oficinas y asesinatos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.