La primera internacional obrera se realizó en 1864 en Londres, de la que se dice fue el caldo de cultivo para la Comuna de Paris. Luego se sucedieron la segunda y la tercera internacional. Pero estos dispositivos no son patrimonio exclusivo de la izquierda y el movimiento obrero. Los de arriba también luchan. En América […]
La primera internacional obrera se realizó en 1864 en Londres, de la que se dice fue el caldo de cultivo para la Comuna de Paris. Luego se sucedieron la segunda y la tercera internacional. Pero estos dispositivos no son patrimonio exclusivo de la izquierda y el movimiento obrero. Los de arriba también luchan.
En América Latina «la internacional capitalista» al decir de Aram Arahonian, está bien organizada y teje sus hilos a lo largo y ancho del continente a través de la Red Atlas. (https://www.rebelion.org/noti
«Tradicionalmente, los think tanks se conciben como institutos independientes que se crean para desarrollar soluciones no convencionales. En cambio, el modelo de Atlas se enfoca menos en producir propuestas genuinamente innovadoras que en establecer organizaciones políticas que tengan la credibilidad de instituciones académicas, para que así sean una herramienta efectiva en la batalla por mentes y almas», señala Lee Fang, periodista de The Intercept.
Estos tentáculos se extienden a través de distintas ONGs, think tanks, fundaciones y activistas que simulan ser individuales y movidos por una genuina indignación. Cuentan con apoyo y financiamiento estadounidense, de donde perciben cuantiosas sumas.
Estas organizaciones coordinan en conjunto y tienen claro sus objetivos: derrocar los gobiernos progresistas a la par de socavar y minar todo movimiento y/u organización que esté dentro del campo popular latinoamericano, para ganar en hegemonía; como formadores de opinión, para imponer su visión del mundo que responde al sistema neoliberal que no es solo socioeconómico sino básicamente cultural.
La Red Atlas y la Red Liberal de América Latina (Redilial) forman el gran arsenal de tanques de pensamiento ensamblados en nuestro continente. La Red Atlas cuenta con 448 instituciones y 81 think tanks latinoamericanos.
El Atlas uruguayo
En Uruguay las tres organizaciones que forman parte de este entramado son el Centro de Economía, Sociedad y Empresa (ESE-IEEM-Universidad de Montevideo), el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) y el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).
A pesar de declararse «independientes de todo grupo político, religioso y empresarial» (según la descripción del propio CED) tienen grandes vínculos con los partidos de la derecha tradicional uruguaya y la derecha comunicacional trasnacionalizada y concentrada.
CED: En su sitio web explicita sus alianzas estratégicas con: la Red Atlas, la Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Libertad y Progreso y la Fundación Internacional para la Libertad. Su Director Ejecutivo es Hernán Bonilla, columnista del diario El País de Montevideo y de otros medios nacionales y extranjeros. Integra La Mesa del programa radial «En Perspectiva». Es consejero académico de la Fundación Libertad y Progreso de Buenos Aires. En 2016 recibió el premio Smith Fellowship de Atlas Network.
Diego Murara (subdirector ejecutivo) es Concejal en el Municipio E de Montevideo por el Partido Colorado; Felipe Paullier es concejal suplente por el Municipio CH de Montevideo por el periodo 2015-2020 e integrante del Partido Nacional.
En su Consejo Académico Nacional cuenta con María Dolores Benavente, quien fue Vicepresidente de República AFAP S.A y asesora económica de la Cámara Nacional de Comercio y actualmente revista como Gerente General de Unión Capital Afap, presidenta de la Academia Nacional de Economía de la Asociación Nacional de AFAP de Uruguay. Y Martin Aguirre, que s e desempeña desde el año 2011 como Director del diario El País.
CERES: El Director Académico de esta institución es Ernesto Talvi, precandidato a la presidencia de la República por el Partido Colorado e integran el Consejo Nicolás Herrera, quien fuera subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas en 1990/1991 en el gobierno de Luis Alberto Lacalle y negociador de la Deuda Externa uruguaya bajo el Plan Brady, además de presidir la Fundación Impulso.
Es la misma fundación de los liceos en el barrio Casavalle que con fondos privados intenta mostrar buenos resultados educativos en barrios de contexto critico para en un futuro poder introducir en la educación la participación público-privada a través de los vouchers educativos. Según el diario El Observador en 2008 fue incluido dentro de la lista de las 100 personas mas influyentes de Uruguay.
Conforman el Consejo Académico, además, Horacio Hughes, director y genrente general en OCA S.A. (Holding Itaú, antes Bank of America y Bank Boston), y Ricardo Peirano, director del diario El Observador.
IEEM: Es conducido por Pablo Bartol, fundador del Centro educativo Los Pinos (barrio montevideano Casavalle), una iniciativa del Opus Dei. Otro personaje a destacar es Ignacio Munyo con participación en las tres organizaciones de la Red Atlas en Uruguay y Asesor económico de Luis Lacalle Pou, quien encabeza las encuestas presidenciales del Partido Nacional de cara a las presidenciales de 2019, en el intento de desalojar al Frente Amplio del gobierno..
En su currículo aparece como Director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM. Fue Economista Senior de CERES (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social, Uruguay) e Investigador Asociado de la Brookings Institution (Estados Unidos). Forma parte del CED en el Consejo Académico Nacional.
También fue consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y Asistente de Investigación y Tutor en la Universidad de Chicago (Estados Unidos). Ha brindado conferencias organizadas por la Lista 40 del Partido Nacional,y del Batllismo Abierto (Partido Colorado).
Y la izquierda, ¿qué?
Lo que se puede concluir rápidamente es la conexión de los think tanks, organizaciones, la derecha política y los medios de comunicación hegemónicos que marcan la agenda de Uruguay. Estos vínculos no son inocentes ni casuales. La red que se teje en nombre de la «libertad» y estudios académicos «neutrales» es más compleja de lo que parece y tiene intereses claros. Basta con a ver los individuos y organizaciones que apoya y financia la Red Atlas en nuestro continente para observar lo que pueden lograr.
Otras interrogantes emergen de esta pequeña pincelada sobre los think tanks en Uruguay: ¿Qué está haciendo la izquierda uruguaya en materia de producción de conocimiento y propuestas para mejorar las condiciones de vida de los más necesitados y el pueblo en general? ¿Qué está haciendo para captar voluntades, de enamorar, convencer: en fin, de construir una subjetividad de izquierda popular?. ¿Dónde están sus usinas de pensamiento? ¿Cómo ejecuta esa teoría, qué resultados han tenido esas líneas de acción?
Uno de los defectos de la izquierda, del progresismo, es muchas veces vivir de consignas y estudiar poco la realidad para poder operar sobre ella. Obviamente, no se puede vivir con la revolución en los labios sin estar en contacto con la gente.
Los diarios, la televisión, la radio siguen estando en manos de la oligarquía y son dispositivos militantes 24 horas al día , siete días a la semana y no hay feriado que descansen. Es menester no seguir cediendo terreno a los que vendrán a por todo y arrasarán los castillos de naipes construidos por el Frente Amplio.
Porque al decir de Warren Buffet, multimillonario de Nueva York, la lucha de clases existe…y la clase rica, que está haciendo la guerra…la está ganando.
Nicolás Centurión. Estudiante de Licenciatura en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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