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Algunas personas dicen "¡pero si recién van dos meses de gobierno"! Nosotras decimos: ¡"Todo esto en sólo dos meses!"

Autoritarismo humanista

Fuentes: Comcosur Mujer

La imagen popular de Tabaré Vázquez está lentamente cambiando en el subjetivo de las y los uruguayos. Está pasando de ser aquel «muchacho de barrio, humilde, que con sacrificio hizo su carrera de médico y trabajaba solidariamente en un merendero para niños», socialista (y por tanto marxista), humilde y digno, a la de este oncólogo […]

La imagen popular de Tabaré Vázquez está lentamente cambiando en el subjetivo de las y los uruguayos. Está pasando de ser aquel «muchacho de barrio, humilde, que con sacrificio hizo su carrera de médico y trabajaba solidariamente en un merendero para niños», socialista (y por tanto marxista), humilde y digno, a la de este oncólogo empresario, católico y admirador de la actual línea de la Iglesia Católica, sordo a los primeros reclamos populares ante medidas suyas no comprendidas, y sólo canchero cuando de medidas efectistas se trata. Así, ha hecho oído sordo al clamor de ambientalistas, fraybentinos, PIT_CNT y muchas organizaciones sociales uruguayas e internacionales para que no se instale en Uruguay las plantas finlandesas de celulosa que tanto daño social y ambiental causarán a Uruguay y Argentina.

Porfiadamente, insistió en el nombramiento del ex canciller Gross Espiel como embajador en Francia, a pesar de las múltiples denuncias que contra él se le hicieron llegar, ya que este ex canciller actuó como funcionario de Fujimore, encargado de blanquear su imagen de represor y corrupto ante la comunidad internacional. No ha respetado el resultado del plebiscito del agua, que declara que a partir del momento en que fue aprobado por más del 60% de la población, el agua pasa a ser un bien público, en manos del Estado, no permitiéndose que queden empresas extranjeras en exploten su uso. No ha respetado el resultado del plebiscito del año 92 el que impide las privatizaciones de algunas empresas públicas, entre ellas ANTEL, al aceptar la compra por parte de American Móvil, multimillonaria corporación mexicana, de buena parte de nuestra telefonía celular.

Se anticipa a que el tema del proyecto de ley de Salud Reproductiva -que entre otras cosas despenaliza el aborto- sea visto por el nuevo parlamento, declarando, a la salida de un almuerzo con el arzobispo de Montevideo Nicolás Cotugno, que si el aborto se despenaliza, él lo vetará. Al decir esto, agrega que lo que pase después es «problema de la población», desconociendo o subvalorando que en una encuesta hecha el año pasado, un 66% de la misma estaba a favor de su despenalización. En el mismo momento también declaró que no existirá la eutanasia en el país, ya que los médicos no pueden disponer de las vidas de sus pacientes. También aquí hay un no reconocimiento a que el proyecto que se está elaborando de eutanasia deja la responsabilidad de concretar la muerte de un paciente cuando éste sea terminal, sin nada que modifique su estado de salud, y a pedido de él o de su familiar más próximo, si el paciente ya no está en condiciones de tomar decisiones. Ahora dialoga con los militares, quienes lo invitaron a una reunión en el Comando General, inquietos por el tema de los desaparecidos, tan inquietos que plantean colaborar con el gobierno en la búsqueda de los mismos para terminar de una vez por todas con el tema. ¿Se olvidan los generales y el presidente que existe una Ministra de Defensa Nacional? ¿Se olvida Vázquez que en este país hay un fuerte y natural sentimiento antimilitarista y que pueda al menos doler estas reuniones «muy importantes»? Los militares no son un partido político, por lo tanto no se entiende que «ofrezcan su colaboración» en este tema. Su misión es obedecer al mando superior, es decir al presidente.

¿Se olvida que en Uruguay la Iglesia Católica tiene relativa importancia, y que con los compromisos que pueda haber contraído con el arzobispo Cotugno ofendió a otras religiones igualmente gravitantes en este país, además de no atenerse a lo establecido en nuestra constitución en cuanto a la separación entre Estado e Iglesia? La laicidad de nuestro Estado, ¿es sólo un ornamento? Pero más allá de todas estas medidas, declaraciones, y tantos otros episodios preocupantes, lo que más nos inquieta es una característica suya que ya se había vislumbrado en su pasaje por la Intendencia de Montevideo: su autoritarismo. Tendría que hablarse de un autoritarismo humanista, ya que de humanista se ha definido a si mismo en su discurso de asunción de mando. Un autoritarismo que parece ser visto sólo por la gente de la calle, ya que no hemos oído ni leído ninguna crítica u opinión al respecto por ninguna de las personas que son parte de su gobierno, o del parlamento; dentro de su fuerza política sí se habla de esta fenómeno, aunque en voz baja.

El Uruguay siempre fue el país de la demagogia. Lo fue desde Rivera, pasando por Chicotazo al presente presidente. Así catalogamos su presencia junto a sus ministros en el acto del 1 de mayo, y la concesión de 10 minutos de la cadena de radio y televisión, ese día, para que el secretariado ejecutivo del PIT-CNT diera un mensaje a la población. Así también la vemos cuando reúne a su gabinete en Zapicán, un pueblo del departamento de Treinta y Tres, de 600 habitantes. Medidas simpáticas y efectistas, que para muchos son símbolos de los «nuevos tiempos». Pero, ¿dónde está el reconocimiento al «sujeto social», y las instancias de debate de medidas polémicas? No queremos símbolos sino hechos.

Algunas personas dicen «¡pero si recién van dos meses de gobierno»! Nosotras decimos: ¡»Todo esto en sólo dos meses!»

Debemos estar atentos a estos signos de poder unipersonal. Loa zapatistas dicen que el poder corrompe. Nosotras pensamos que sólo si éste está en manos del pueblo todo, gobernándose a sí mismo, controlando a los delegados, asegurando mecanismos de recambio al estilo de la constitución bolivariana, sólo entonces no tendremos sobresaltos. Como esta concepción no es la de este gobierno progresista, debemos conformarnos con continuar las movilizaciones sociales, aplaudir la valiente proclama de los y las trabajadoras del 1 de mayo, y apoyar y participar en las luchas sindicales y sociales.

No olvidemos que fue nuestro pueblo el que llevó al Frente Amplio, Encuentro Progresista, Nueva Mayoría al gobierno. Recordar eso es lo primero que debe hacer un verdadero «humanista».