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Mis servicios irrelevantes al Ecuador

Fuentes: Rebelión

Dicen que unosiempre es extranjeropero a veces mucho más… Ayer me enteré que el presidente de la República, Rafael Correa, le otorgó la ciudadanía al arquero del Emelec, Marcelo Elizaga, por «servicios relevantes» a Ecuador, como antes lo hicieron Jamil Mahuad, Fabián Alarcón, Sixto Durán Ballén y Lucio Gutiérrez a otros jugadores (y a unos […]

Dicen que uno
siempre es extranjero
pero a veces mucho más…

Ayer me enteré que el presidente de la República, Rafael Correa, le otorgó la ciudadanía al arquero del Emelec, Marcelo Elizaga, por «servicios relevantes» a Ecuador, como antes lo hicieron Jamil Mahuad, Fabián Alarcón, Sixto Durán Ballén y Lucio Gutiérrez a otros jugadores (y a unos más que no se destacaban precisamente por su buen fútbol), también nacionalizados por «servicios relevantes» al país.

Otros futbolistas construyeron su vida en Ecuador, pero para nacionalizarse estuvieron meses y meses haciendo trámites burocráticos, porque no tenían un presidente amigo o no eran amigos de un amigo del presidente, para que les reconocieran «servicios relevantes» al país.

Yo, que por mala suerte (y malas condiciones) no me hice futbolista, desde hace años he decidido nacionalizarme ecuatoriano, pero cada vez que voy a iniciar el trámite me topo con un camino burocrático que me quita inmediatamente la voluntad de hacerlo.

Es verdad que aunque soy casado con una ecuatoriana hace 18 años (¡haya aguante!), vivo y siento el país hace 15 años y tengo una hija ecuatoriana de trece años, no he brindado «servicios relevantes» al Ecuador.

No hay duda que eso es verdad. Haber tenido destaque como periodista con diversos reconocimientos nacionales e internacionales no es un servicio relevante; haber promovido la cultura ecuatoriana desde diversos ámbitos también no es relevante; haberme vinculado y apoyado al movimiento indígena en la reivindicación de sus derechos desde que llegué al país, y ser recibido en las comunidades y respetado por ese movimiento como pocos ecuatorianos tampoco es un servicio relevante; haber aportado con investigación y análisis sobre la realidad nacional en cientos de artículos y más de una decena de libros no es nada relevante; haber escrito el primer libro que alertó sobre el Plan Colombia y los problemas que traería al Ecuador tampoco fue relevante; analizar críticamente la política ecuatoriana y por ello haber sido amenazado de muerte tampoco ha sido relevante; comprometerme con el país profundo del que me habló el maestro Adoum hace unos cuantos años cuando nos conocimos en Cuba, no tiene ninguna relevancia; trabajar por la libertad, igualdad y fraternidad aquí y en cualquier rincón es todavía mucho más irrelevante… También es verdad, que no siendo formalmente ecuatoriano no debería haber incursionado en tareas tan irrelevantes. Según entiendo eso es penado por la ley…

En mi defensa puedo decir que soy hincha de la Liga desde que llegué al país, pero no sé si eso sea relevante. También que mi esposa a pesar de ser serrana, es hincha del Emelec, ahora que está de moda tal vez eso sea relevante.
Además he escrito sobre el fútbol ecuatoriano, que aprendí a admirar cuando Spencer hacía goles a mi equipo, el Nacional de Montevideo, y aprendí a querer en los últimos años cuando se llenó de magia destacando en el Mundial sin necesidad de jugadores nacionalizados al apuro por algún presidente.

Aunque los años y la vida no pasan en vano, y seguramente ningún equipo tenga interés en contratarme, también puedo decir que alguna cascarita hago y algún partido de fútbol me puedo jugar, pero creo que eso tampoco debe tener ninguna relevancia.

Las circunstancias de la vida me han llevado, a veces en forma obligada y otras no tanto, a tener que dejar Uruguay y vivir en varios países de la América, entre esos Ecuador. Esas mismas circunstancias de la vida me hacen sentir casi como un ciudadano del mundo y, paradójicamente, extranjero en todos lados, incluidos el país en que nací y el que me adoptó.

Con o sin nacionalidad ecuatoriana, soy un poco ecuatoriano, como soy un poco uruguayo y bastante latinoamericano. Y aunque nunca sea formalmente ecuatoriano, seguiré realizando acciones irrelevantes…

En todo caso, hay algo que me consuela, yo no vine a jugar al fútbol, vine a sentir al Ecuador, y en eso estoy desde hace quince años.