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60.000 estudiantes de secundaria toman las calles de Austria

Fuentes: El Militante / Der Funke

Antecedentes En diciembre y enero aparecieron una serie de artículos en el periódico alemán Die Zeit titulados: «La juventud en estado de agitación«. Se podía leer que los estudiantes en Italia se habían manifestado en las calles junto con los trabajadores, en Francia los estudiantes había protestado contra la reforma educativa y la juventud en […]

Antecedentes

En diciembre y enero aparecieron una serie de artículos en el periódico alemán Die Zeit titulados: «La juventud en estado de agitación«. Se podía leer que los estudiantes en Italia se habían manifestado en las calles junto con los trabajadores, en Francia los estudiantes había protestado contra la reforma educativa y la juventud en Grecia había participado en una rebelión masiva que sacudió al país. El artículo sobre Austria, sin embargo, se titulaba «Derechista, pero no radical» y afirmaba: «En Austria la juventud no está protestando en las calles, sino en las cabinas de votación». El autor hacía referencia a las últimas elecciones generales de septiembre de 2008, cuando los dos partidos de derecha, el FPÖ y el BZÖ, recibieron conjuntamente el 30 por ciento de los votos. Entre los jóvenes votantes consiguieron el 43 por ciento.

En ese momento explicamos que la razón de estos resultados lejos de ser un giro a la derecha de los jóvenes y trabajadores, expresaba la ausencia de una alternativa por parte de la dirección del Partido Socialdemócrata, el SPÖ, y de los sindicatos. El problema es que no plantearon una alternativa seria, que los dirigentes del SPÖ en realidad colaboraron con el Partido Conservador y con la Confederación de Industriales, y que están aplicando una política para los capitalistas y grandes empresas. Los partidos de derechas al menos hablan de los problemas y temas relacionados con la gente corriente. Sus «soluciones», no obstante, son totalmente reaccionarias, como culpar a los inmigrantes de todos los problemas, en lugar de aceptar que los problemas tienen su origen en la crisis del propio sistema capitalista.

Cuando miramos la situación política y económica de Austria desde enero y la comparamos, por ejemplo con la de Grecia, encontramos que unas condiciones similares habrían llevado también en este país a unas masivas protestas juveniles y varias huelgas generales.

En marzo de este año unas 270.000 personas, aproximadamente un 7,5 por ciento estaban desempleadas, en un año ha aumentado un 28,8 por ciento. Entre los jóvenes (15-24 años de edad) la cifra subía al 39,3 por ciento, 44.085 parados. Aproximadamente 40.000 trabajadores tienen un trabajo temporal. La producción industrial ha caído un 10 por ciento. El sector automovilístico se ha visto afectado masivamente debido a la crisis internacional de sobreproducción que afecta a esta industria.

Los periódicos están llenos de perspectivas sombrías. Por ejemplo, dos artículos de portada del periódico Der Standard del fin de semana eran sorprendentes. Uno mencionaba que Gabi Burgstaller, el gobernador del estado de Salzburgo, temía el estallido de disturbios sociales porque los trabajadores estaban perdiendo sus empleos debido a la «demencia colapsada».

El otro decía que los cuatro grandes bancos austriacos estaban al borde del colapso. Desde la caída del «telón de acero», los bancos austriacos han estado invirtiendo mucho en Europa del Este, hasta ahora se calcula que han invertido en esta región 300.000 millones de euros, el grueso en forma de concesión de créditos. Sólo Raiffeisen International y Erste Bank tienen «negocios en Europa del Este» valorados en 230.000 millones de euros. Esa suma representa el 70 por ciento del PIB. Si se añade el Banco de Austria (que forma parte del Italian UniCredit) y el BA-CA se alcanza la asombrosa cifra que supera en más del 100 por cien la producción económica. Ahora, como consecuencia de la crisis económica internacional, los países de Europa del Este tienen grandes problemas y tienen serias dificultades para devolver estos créditos.

Paul Krugman, premio Nobel de economía y profesor de la London School of Economics, dijo recientemente que después de Islandia e Irlanda, Austria era el tercer país que tenía más probabilidades de entrar en bancarrota debido a la crisis actual. También, según un informe publicado recientemente de la agencia de tasación Moody: «El sistema bancario austriaco es el más expuesto a Europa del Este que cuenta con casi la mitad de todas las exigencias bancarias globales de Austria». De un plumazo Austria podría ser clasificada como un «pobre» de Europa.

Pero incluso sin este escenario que sería el peor de los casos, las consecuencias de la crisis son claramente perceptibles. Los 100.000 millones de euros del plan de rescate bancario, una vacuna de protección para el empresario del National Bank Nowotny, no resolverá el problema. En el mejor de los casos podría aliviar la situación durante un tiempo, pero a largo plazo sólo servirá para agravar los problemas en el futuro. No se puede curar un cáncer con una aspirina.

El SPÖ y la federación sindical ÖGB no están seriamente interesados en nada que pueda sacudir, ni siquiera tocar, los cimientos de la economía de mercado. El líder del SPÖ, Werner Faymann, en la discusión sobre si se deberían restringir los exorbitantes salarios de los directores dijo que «están regulados por el mercado». Sobre la cuestión del trabajo temporal los dirigentes del ÖGB apoyaron a la Confederación de Industriales (IV). Los sindicatos están aceptando la implantación por parte de la actual gran coalición de gobierno de recortes en cada departamento, especialmente en educación, y rebajaron la reivindicación de más dinero para los fondos de seguros sanitarios. En el conflicto por el cierre de 293 oficinas de correos, Faymann está al lado de los beneficios de los directores en lugar de estar junto a los trabajadores y los clientes.

Comiendo entra el apetito, dice el refrán, ¡y los capitalistas cada vez están más hambrientos! Además de las concesiones en recortes de impuestos, IV está exigiendo créditos públicos, «más flexibilización de la jornada laboral, acuerdos de negociación colectiva de emergencia en la línea del ejemplo sueco, y que la decisión sobre las horas de trabajo se tome a nivel de empresa, siguiendo así el ejemplo danés». Y, por supuesto, nada de aumentos salariales en la próxima ronda de negociaciones, en realidad sería una reducción salarial si se tiene en cuenta la inflación. A muchos burgueses les gustaría ver los acuerdos de negociación colectiva como algo del pasado.

Cada concesión y cada retirada envalentonan aún más a los capitalistas. La lógica de Faymann y Foglar (el presidente del ÖGB) es que los trabajadores y los empresarios están en el mismo barco y, por lo tanto, deben remar juntos contra la crisis. Además cada vez más capas dentro de la clase obrera comienzan a ver que la socialdemocracia ya no es su portavoz y comienzan a buscar alternativas. En las recientes elecciones estatales el SPÖ sufrió grandes pérdidas. La situación de los jóvenes y trabajadores no mejorará debido a las constantes sonrisas de Faymann, a los acuerdos permanentes y los intentos de diluir todo. Pero no van a poder contener siempre la presión. Los activistas sindicales combativos comenzarán a encontrar un eco cuando planteen la necesidad de una defensa organizada. Los trabajadores mirarán de nuevo a sus sindicatos como la única forma de defensa y en el proceso intentarán transformarlos en instrumentos de lucha.

Los estudiantes se defienden

El viernes pasado más de 60.000 estudiantes de secundaria se manifestaron por toda Austria contra la supresión de los cinco días de vacaciones y para exigir un aumento del gasto en el sistema educativo público. Es el mayor movimiento estudiantil de secundaria en la historia de Austria.

En el aire hay un sabor a revolución. Unos 25.000 estudiantes tomaron el centro de la ciudad de Viena. Fue más que una simple manifestación, como una gran fiesta con una mezcla de odio y rabia contra el gobierno. Desde Stephansplatz al parlamento se manifestó una impresionante masa de estudiantes y desde el parlamento hasta la sede del ministerio de educación. Parecía que nadie quería parar, realmente ninguna organización llevaba la dirección.

Austria no ha visto nunca un movimiento tan espontáneo y con tanta iniciativa. Muchos estudiantes llevaban sus propias banderas y pancartas, incluso algunos habían hecho panfletos a mano. El llamamiento de huelga se extendió rápidamente a través de mensajes de texto por teléfono móvil, correos electrónicos y el boca a boca. Pero no sólo en Viena los institutos quedaron vacíos el viernes. En Linz, 15.000 salieron a las calles, en Salzburgo fueron 8.000, en Dornbirn (Vorarlberg) 3.500, incluso en ciudades muy pequeñas los estudiantes organizaron manifestaciones. En total, por lo menos 60.000 participaron en diferentes manifestantes por todo el país.

Este estallido de rabia fue precedido por varias huelgas estudiantes las últimas semanas. El movimiento se inició en Vorarlberd donde las Juventudes Socialistas, dirigidas por los marxistas, convocaron una huelga de estudiantes el 18 de marzo en solidaridad con la lucha de los profesores contra la prolongación de su jornada laboral. La consigna de esa huelga fue: «No pagaremos vuestra crisis» y tenía una orientación anticapitalista clara. El éxito de esa huelga con más de 1.500 estudiantes en las calles de Dornbirn fue una inspiración para los estudiantes de otras zonas del país. Fue seguida el 2 de abril con manifestaciones en las que participaron más de 1.000 estudiantes tanto en Viena como en Linz, protestaban contra la política educativa del gobierno. «Dinero para las escuela no para los bancos» fue una de las principales reivindicaciones de los estudiantes. De nuevo la corriente marxista Der Funke jugó un papel crucial en la organización de estas huelgas, por ejemplo, en Liz donde sólo nosotros convocamos esta huelga.

Estas huelgas sacaron el potencial para un movimiento más grande. Hasta ahora las grandes organizaciones estudiantiles y la dirección nacional de las Juventudes Socialistas han permanecido pasivas. Especialmente las organizaciones juveniles socialdemócratas no estaban dispuestas a organizar un movimiento contra la «roja» ministra de educación. Sin embargo, el hecho de que un número cada vez mayor de activistas de las Juventudes Socialistas estén participando en el movimiento finalmente les obligará a hacer algo cuando se reanuden las escuelas después de las vacaciones de Pascua. Un día antes del debate sobre el presupuesto federal de 2009-2010 en el parlamento se organizó una huelga estudiantil nacional para exigir un aumento del gasto en el sistema educativo y una reforma real del sistema escolar en interés de los estudiantes.

Los nuevos planes presupuestarios del gobierno pretenden reducir masivamente el gasto en educación, aunque la gran coalición llegó al cargo con la promesa de iniciar una «ofensiva en educación». La ministra de educación Claudia Schmied exigió recientemente que los profesores trabajaran dos horas más a la semana sin aumento salarial. Los profesores debían dar dos horas más de su trabajo para ayudar al gobierno a mantener el gasto dentro del presupuesto. Pero ¿por qué los profesores deben pagar la crisis? Esta medida significaría la destrucción de miles de empleos, especialmente de jóvenes profesores que ya están preocupados porque cada vez son más los que engrosan las listas del paro.

Amenazado por un día nacional de acción de los profesores, al final el gobierno renunció a sus planes de aumentar la jornada laboral a los profesores. Fue una victoria importante para el sindicato de profesores y fueron un ejemplo que demostraba cómo es posible defender los intereses de la clase trabajadora a través de la acción combativa.

El sindicato de profesores está dominado tradicionalmente por los cristianodemócratas, su dirección está muy vinculada al conservador Partido Popular. No es una sorpresa que al final la dirección del sindicato aceptara el argumento del gobierno de que los profesores deben pagar por la crisis. Aparte de cancelar la paga extra por trabajo administrativo, etc., el sindicato de profesores salió con la propuesta de eliminar los «cinco días escolares autónomos», las vacaciones que cada escuela puede decir cuando desee. Con esta medida el sindicato de profesores hacía una especie de concesión simbólica a la llamada «opinión pública» de que los profesores deberían trabajar más. El gobierno aceptó esta propuesta, pensando que había alcanzado un acuerdo con el sindicato que evitaría un gran movimiento huelguístico.

La ministra era optimista y pensaban que podía seguir adelante con sus planes. Sin embargo, se llevaron una gran sorpresa. Lejos de evitar el movimiento, este acuerdo fue la gota que colmó el vaso de una situación que tenía un carácter explosivo entre los estudiantes.

Superficialmente este inmenso estallido de rabia está vinculado a la defensa de las vacaciones. Sin embargo, las manifestaciones del 24 de abril eran mucho más que esto. Es la protesta de una generación de jóvenes que pueden ver que no tienen una perspectiva real en la vida, que nadie está interesado en sus opiniones, una generación harta de no tener verdaderos derechos democráticos.

En los días previos a la huelga los medios de comunicación burgueses intentaron amenazar a los estudiantes con la idea de que conseguirían malas notas y sufrirían unas «consecuencias» terribles, los directores amenazaron a los estudiantes con la policía. Pero esto no tuvo un efecto sobre los estudiantes y no pudo parar el incremento del movimiento, ¡todo lo contrario!

Ya las primeras huelgas habían revelado que se estaba produciendo entre los estudiantes una radicalización nueva. En las manifestaciones las consignas anticapitalistas y revolucionarias eran muy populares. Nunca se había visto a tantos estudiantes participando en este tipo de huelgas y estaban preparados para participar activamente en política. En Vorarlberg docenas de estudiantes ya han entrado en las Juventudes Socialistas y han formado nuevas agrupaciones. En Viena y Linez docenas de jóvenes firmaron en las hojas de contacto de Der Funke y quieren ser participar.

Los marxistas de Der Funke han planteado la idea de que el movimiento ahora debe continuar. El gobierno por ahora no está preparado para dar nuevas concesiones y espera que las huelgas de masas sean sólo un éxito efímero. Ahora el movimiento tiene que demostrar su determinación. Es posible la victoria con la condición de que pueda aumentar la presión sobre el gobierno. Esto sólo será posible si el movimiento desarrolla formas apropiadas de organización. Las primeras huelgas fueron relativamente espontáneas. En poco tiempo fueron posibles estas movilizaciones de masas. En cada escuela se deben elegir comités de acción y preparar la próxima huelga. Además estos comités deberían coordinarse a nivel regional y nacional. Los marxistas daremos ejemplo organizando estos comités y congresos regionales de estudiantes en Vorarlberg, Linz y Viena. La tarea y el deber de las Juventudes Socialistas es hacer lo mismo en todas las regiones y nacionalmente.

La cuestión de la defensa de nuestras vacaciones debe ir unida a la reivindicación de un aumento del gasto en educación y la reforma del sistema educativo (clases más pequeñas, no a la selección social, etc.,). Nuestra consigna principal tiene que ser que no pagaremos la crisis capitalista de ninguna manera y deben pagarla los empresarios. Pero estas reivindicaciones sólo se pueden conseguir vinculando el movimiento estudiantil a la clase obrera y a las luchas entre sindicatos y empresarios, para defenderse salarios y las condiciones de vida de la clase obrera.

Nuestra perspectiva debe ser un día nacional de lucha en todos los sectores afectados por la crisis. En las próximas semanas podremos ver huelgas importantes en las imprentas y de los trabajadores del sector químico contra los recortes salariales. Dentro de los sindicatos y del SPÖ ha estallado un debate abierto sobre la introducción de un impuesto adecuado. Hay un fermento importante dentro de las filas del movimiento obrero. El movimiento estudiantil puede jugar un papel importante en empujar hacia adelante a la clase obrera. La corriente marxista jugará un papel activo luchando por esta perspectiva entre los estudiantes.

http://www.elmilitante.org/content/view/5552/85/