El pueblo panameño conmemora otro aniversario de la intervención militar más sangrienta y dirigida contra la soberanía de una nación latinoamericana en el siglo XX. El gobierno dictatorial dejó de ser útil a los intereses norteamericanos a finales de los años ´80 y usaron como excusa el tráfico de drogas, negocio que el mismo imperio […]
El pueblo panameño conmemora otro aniversario de la intervención militar más sangrienta y dirigida contra la soberanía de una nación latinoamericana en el siglo XX. El gobierno dictatorial dejó de ser útil a los intereses norteamericanos a finales de los años ´80 y usaron como excusa el tráfico de drogas, negocio que el mismo imperio promovió. La oligarquía vendió la idea de la necesidad de una invasión, con el sólo propósito de retomar el control político perdido en parte, desde 1968.
Asimismo, la nueva clase pudiente creada en la dictadura transa su propia subsistencia cobijándole el neoliberalismo de la mano de la Casa Blanca. Sobre esta base, el pueblo se abatía el 20 de diciembre de 1989 contra armas de prototipo que causaron miles de muertos; pero estos muertos lo puso la clase popular, nacionalistas, chorrilleros, y aquellos que sabían que en defensa de la patria se está de pie o se muere combatiendo, pero nunca arrodillados; la burguesía panameña no puso un solo muerto en la Invasión a Panamá. Los mártires no defendieron un gobierno, un General o un modelo económico, defendían la patria y su libertad.
Los panameños, a 22 años de invasión, queremos presentarle al mundo nuestra única verdad: fuimos bombardeados y masacrados para aterrorizar, intimidar y desmovilizar a nuestro pueblo, para arrasar con el nacionalismo brotado de las gestas anti coloniales a lo largo del siglo XX; pero también fuimos el fatídico ejemplo que los yankis le pusieron al mundo sobre su poder militar y sus perversas nuevas guerras mediáticas de cuarta generación; fuimos ejemplo que donde manda el capital no manda ningún General ni nadie más. El resultado, lo sufrimos hasta nuestros días cuando lo que nos dejaron las bombas fue un país deshecho, ocupado, endeudado y en manos de la misma clase dominante.
Hoy no podemos olvidar nuestra historia porque de ella es de quien hemos aprendido que la soberanía nacional se ganó con sangre de mártires a los que les debemos respeto irrestricto. El pueblo panameño los recuerda cada día, porque vive la miseria que nos dejaron las bombas gringas y los gobiernos serviles a sus políticas económicas e imperiales.
Exigimos que el 20 de diciembre se decrete Día de Duelo Nacional; que sea obligatoria la enseñanza escolar fidedigna y veraz de lo ocurrido; exigimos se estructure una Comisión independiente y calificada para dar un resultado oficial de todos los muertos y desaparecidos durante la ocupación militar estadounidense; y sobre todo, exigimos que el Estado panameño CONDENE la invasión y demande internacionalmente a los Estados Unidos de América, para que esa potencia norteña sea juzgada y condenada por este crimen de lesa humanidad y obligada a su resarcimiento y reparación a la Nación panameña.
Comité Coordinador de Actos Conmemorativos de la Invasión del 20 de diciembre de 1989
Asociación de Familiares de los Caídos del 20 de Diciembre, Comité de Refugiados de El Chorrillo, Comité Femenino Panamá-Chorrillo, Movimiento 20 de Diciembre (M20), Comité Cuida Tu Techo de El Chorrillo, Coordinadora del Barrio Mártir de El Chorrillo, Unidad de Lucha Integral del Pueblo (ULIP), Centro de Estudiantes de Derecho, Movimiento Popular Unificado (MPU), Partido del Pueblo, Movimiento de la Juventud Popular Revolucionaria (MJP), Fundación Oportunidad, Pensamiento y Acción Transformadora (PAT), Unidad Estudiantil Revolucionaria (UER)